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¿De dónde viene el nacionalismo? ¿Cómo y hacia dónde dirige a las estructuras mundiales? El anime de deportes muestra a equipos que deben enfrentarse entre regiones, y posteriormente se dirigen hacia el honor mundial. Sin embargo, los spokon muestran las estructuras simbólicas que maneja Japón. Blue Lock lleva esto a un nivel más extremo y, a su vez, potencia el individualismo de sus personajes. Las entregas de deportes son muy importantes para la industria japonesa. Justo eso queremos comentar hoy, porque la obra de Yosuke Nomura traza una grieta oscura en los spokon.


Blue Lock es un manga escrito e ilustrado por Yusuke Nomura. Sin embargo, pese a que el béisbol es el deporte más popular del país del Sol naciente, el mangaka eligió el fútbol como su vértice. Su obra se publica desde 2018 a través de Kōdansha. En otoño de 2022, se estrenó la adaptación a anime a cargo de Bandai Namco.

¿De qué se trata Blue Lock?

La historia de Blue Lock se construye sobre una competencia de ascensión, en un formato de battle royale. Más de 300 jóvenes serán encerrados en una estructura que los ayudará a entrenar y les brindará el espacio necesario para competir. 

Cabe mencionar que, Blue Lock busca descubrir al mejor delantero, así que, aunque se formen equipos, éstos estarán constituidos solamente por el mismo tipo de jugador, lo que comenzará a generar estructuras de jerarquías basadas en primera mano en el poder, y en segundo en la valía de las habilidades de los jóvenes. 


Los equipos se enfrentarán a otros, y el fracaso en los partidos podría significar el fin de las carreras de los chicos que serán descalificados y exiliados de la industria. De esta manera vemos cómo los jóvenes se verán forzados a colaborar, aunque cada uno ambicione ser la estrella. Por supuesto, quienes verdaderamente logran brillar serán aquellos que no cedan por el bien del equipo, sino que se sobreesfuercen por encarnarlo, evitando ser relegados.  

El catálogo de estrellas y lo que implica socialmente el arquetipo del jugador 

Algo muy importante de la historia es que cada uno de los jugadores tiene potencial para ser el protagonista. Desde Meguru Bachira hasta Hyoma Chigiri e incluso Ikki Niko. Blue Lock eleva las narrativas hasta generar un apego de los consumidores hacia los jugadores, y esto es gracias a la personalidad, las habilidades e incluso la historia de cada uno de los personajes. No obstante, algo que tienen en común todos los jugadores es su perseverancia, su egocentrismo y su fortaleza. 

Así que, los personajes de Blue Lock resultan tener aspectos muy humanos, que se proponen como una necesidad para alcanzar el éxito que necesitan dentro de su sociedad. Al ser características indispensables, lentamente se convierten en algo emocionante que logra engranar la historia, haciendo que ésta funcione con una chispa explosiva, justo lo que necesita un campo de fifas. 

Sin embargo, Blue Lock pone sobre la mesa mucho más de lo que los anime de deportes habían expuesto anteriormente. Desde Captain Tsubasa hasta Haikyuu, podremos ver el glamour de jugadores épicos que lograrán generar aspiracionismo entre los jóvenes, debido a que son personas normales que con esfuerzo, dedicación y sentido de la comunidad, lograrán alcanzar metas que, en teoría, podrían beneficiar a todos: son un equipo. Además, claro, se mantiene el sentido ético y la sensibilidad, pues tendrán un papel importante en el desarrollo de sus respectivas historias.   

De esta forma, podemos ver que los animes de deportes emergen como una estructura que propone y abrillanta una ideología que guía a la población japonesa hacia un modelo social que puede ser aplicado en la vida cotidiana.

 El quiebre que Blue Lock propone en el anime de deportes

No obstante, Blue Lock logra posicionar de manera distinta las ambiciones de toda la industria. Propone pilares “corruptos” que elevan a los individuos destruyendo, de a poco, el sentido de la comunidad. Aunque, por supuesto, cada jugador funciona como el símbolo de la nación, más aún tras el “éxito”. Pero, debemos mencionar que desde la base estructural, una nueva configuración comienza a emerger. 

Blue Lock es el anime de deportes más popular de la temporada de otoño 2022.
Fuente: Bandai Namco

De esta forma, el sentido de comunidad en el anime de los deportes comienza a tener un quiebre: propone un individualismo que apunta a ser la base de su sociedad —sí, un poco contradictorio—. Muestra una base comunal fragmentada, de rostros inalienables, que sostendrán a la sociedad únicamente por pertenecer a ella. No por elegirla o sentir pertenencia. 

Comienza a emerger una nueva visualización de los espacios y la pertenencia.

Aunque, no me atrevería a decir que es algo “bueno”, si bien comienza un delineamiento de las voces y los cuerpos, también da cuenta de la aguerrida competencia y el estrés a los que la sociedad se enfrenta actualmente, ya que ello generó este tipo de percepción del individualismo. 

Te recomendamos: ¿Qué es el proyecto Blue Lock y por qué todos dicen que funcionó?

Lo diferente de Blue Lock: un buen anime para fifas y para el mundo  

Blue Lock es un buen anime para los amantes de los deportes, y para la población general. Especialmente debido a que propone varios arquetipos de jugadores con corporeidades atléticas y habilidades “realistas”. 

El spokon clásico suele ser disfrutado por cualquier persona, aunque, por supuesto, existen algunos menos especializados que otros. Además de otros más digeribles por las narrativas de sus historias, como es el caso del boom de Haikyuu.

Sin embargo, el tinte especial de Blue Lock,—y por lo que puede ser apreciado por más personas es que no es el anime de deportes que todos esperamos. Si bien el género consigue presentar un formato de demografía shonen, Yoichi Isagi, nuestro protagonista, trae un brillo distinto. 

Blue Lock es un spokon que se sale de lo clásico.
Fuente: Bandai Namco

Lejos de conocer a su equipo: historia, personalidades y habilidades —que es lo usual en los spokon—, Isagi construirá un ambiente oscuro muy tenso, y parece que va más allá de lo que él mismo puede prever. Si bien los anime de deportes suelen tener como quiebre épico el romper los límites corporales y estratégicos de los personajes, Isagi va más allá. 

Los instintos competitivos de los personajes rayan en lo psycho y en la oscuridad de alcanzar las metas establecidas. Y esto es la esencia particular de Blue Lock, y tan disfrutable que da miedo.  

Los anime de deportes son importantes para Japón por las estructuras ideológicas que proponen para su nación. Sin embargo, parece que podríamos estar ante un quiebre especial. Quizá Blue Lock tiene más sorpresas que incluso quitarían brillo a la Copa de Qatar. 

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