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Omega Force le entró con Electronic Arts para lanzar Wild Hearts, un nuevo juego de caza de monstruos que no vas a dudar en comparar con Monster Hunter. La cosa es que este desarrollador no es nuevo en el género. Alguna vez hizo Toukiden y su juego no estuvo nada mal. Ahora, con esta nueva oportunidad busca meterse en un escenario que si bien no está saturado, sí parece competido.

Wild Hearts tiene enormes bestias, hermosos escenarios y un sistema de combate lleno de acción donde la estrategia debe ser ejecutada en el instante. Sí, la fórmula está más que comprobada, no requiere gran ciencia, pero puede ser aderezada para que sea aún más sabrosa y en este caso, el sistema karakuri es el gran diferenciador.

Para poder comprender mejor la propuesta de Wild Hearts es indispensable entender que el combate puede ser muy grande al punto de abrumar al jugador. Eso que ves en los avances se traslada sin problemas a la experiencia de juego y la construcción es ese factor que te permite tener una ventaja a la hora de combatir.

¿Tiene sentido que vayas tras este juego? ¿Es solo una copia de Monster Hunter? ¿Reaviva el género de caza? Estas y otras preguntas serán resueltas a continuación.

El héroe que llegó a salvar a todos

Wild Hearts cae en una especie de cliché que es el del héroe que llega a salvar a todos de que los enormes monstruos sigan haciendo de las suyas. Sí, ese es un “tropo” argumental que se repite una y otra vez, pero funciona para que te sientas parte de la aventura, porque ya sabes, puedes personalizar a tu personaje, ponerle detallitos aquí y allá y salir a la aventura.

El escenario de Wild Hearts es místico, inspirado en el Japón feudal que ahora es adornado por una naturaleza basta. El sitio donde se lleva a cabo la aventura te presenta las cuatro estaciones del año y muchos monstruos muy puntuales para cada lugar. Visualmente la propuesta es atractiva y entretenida, ahí no hay queja.

Wild Hearts kemono
Fuente: EA|Omega Force

Mientras exploras, conoces a personajes que te ayudarán en la aventura, una herrera, samuráis tirados a la bebida, ancianos llenos de sabiduría y mucho más. No estás solo, siempre hay una mano que te acompaña o te brinda ayuda, porque finalmente, la vas a necesitar.

Ahora, tu personaje puede tener una postura muy clara ante el reto que tendrá frente así. Puede tener el mayor sentido de la justicia o solo desear ser más fuerte, todo depende de lo que contestes. No es como que tu personalidad afecte mucho a cómo el juego es presentado, pero digamos que es un extra para que te sientas un héroe misterioso o un ser que sigue las reglas.

El sistema de combate que gira alrededor de Karakuri

No perdamos de vista que Wild Hearts tiene todo lo indispensable para un juego de casa: armas, monstruos gigantes, muchos ítems, herreros creando nuevos artículos y una progresión a la que debes poner mucha atención para que los combates se vuelvan mucho más sencillos. Vamos, en este plano no inventa alguna clase de hilo negro.

La forma en que combates a los Kemono puede sentirse un poco torpe porque la cámara puede estar muy abierta, muy a pesar de que puede elegir a quién atacar. También se tiene el tradicional golpe débil, el fuerte, un movimiento más para esquivar y otro para saltar, el cual es muy necesario si lo sabes aplicar. Puedes realizar ataques especiales combinando los gatillos y los botones frontales y así generar más daño.

Wild Hearts tiene muchos escenarios
Fuente: EA|Omega Force

El ajuste viene en el sistema Karakuri que en un inicio coloca cajas frente a ti para que puedas explorar y llegar a lugares más altos. Al principio puedes apilar 3 cajas y ya, pero conforme vas progresando puedes poner más. Parece un elemento inútil, pero cuando amontonas varias y las transformas, el sistema de combate tiene una cara totalmente distinta.

Aquí es donde pesa más la progresión del personaje. Gracias a este elemento es que puedes combatir a los kemono más grandes y no dependes nada más de estar persiguiendo a los monstruos enormes, también puedes saltar sobre ellos, defenderte y mucho más. Parece una idea muy simple, pero en la ejecución funciona y muy bien. Es un acierto que hayan bajado tan bien esta idea. Brinda mucha versatilidad a la experiencia de juego.

Wild Hearts y su gran variedad de monstruos

Los juegos de caza deben de contar con bestias retadoras enormes que presentan alguna clase de deformidad o característica que los hace ver como un kaiju o dinosaurio. La creatividad de los artistas a veces se ve limitada, pero en el caso de Wild Hearts los ejemplos son realmente locos. De inicio te enfrentas a una especie de rata con flores de cerezo que planta árboles frente a ti.

Sí, sus movimientos son torpes, pero al ataque cambia mucho la cosa. Es probable que te vayan a sacar más de un susto cuando te enfrentes a estos enormes enemigos. Lo que sí es un hecho es que la variedad está ahí y muchas veces los enormes kemono van de la mano con el sitio donde te los encuentras.

Una cascada en el fondo del escenario del juego de caza de EA y Omega Force
Fuente: EA|Omega Force

Ahora, enfrentar a esas enormes bestias no es sencillo, pero con la ayuda de los karakuri cambia todo. Por ejemplo, armar una pared que detiene ataques sin decides juntar nueve bloques de madera. La cuestión es que, también este elemento requiere recursos y tienes que acercarte a árboles y piedras para obtenerlos, si no, pues todo puede terminar muy mal.

Por otro lado, también tienes la oportunidad de ver cuáles son los puntos débiles de los kemono y atacar ahí cuantas veces sea necesario. El problema es, como se menciona en unos párrafos atrás, que la cámara puede ser estorbosa o controlarla es complicado. No solo te estás preocupando por defenderte y atacar, es no perderte en todo el campo de batalla.

En solitario está bueno, pero en compañía es mejor

El sistema multijugador de Wild Hearts es muy sencillo, claro y tiene opciones para que las partidas con otros usuarios sean prácticas y ágiles. Puedes ir solo en tu aventura, solicitar ayuda, armar tu equipo con otros amigos o, en su defecto, armar un lobby. Es necesario hacer énfasis en este apartado porque el chiste de estos juegos recae en cómo la comunidad se va armando.

Un detalle adicional es que este juego tiene crossplay. Gracias a eso los usuarios de PlayStation, Xbox y PC pueden tener partidas entre sí. Aquí si podemos decir que el sistema multijugador de Wild Hearts es mucho más amigable que el de Monster Hunter. Parece una comparación innecesaria, pero era necesario subrayarlo.

Los Kemono pueden ser realmente grandes
Fuente: EA|Omega Force

Ahora bien, es importante tener partidas con otros jugadores porque a Omega Force se le ocurre tener bestias demasiado poderosas en los kemono. Sí, parece una queja, sin embargo, es más una invitación a que te enfrentes a los enormes monstruos de una manera más entretenida y sin tener que correr por tu vida todo el tiempo.

Técnicamente los videojuegos de caza están diseñados para que la experiencia de juego sea atractiva en su apartado multijugador y lo que logra Wild Hearts es de aplaudir. Da gusto ver que el crossplay funciona y que, como dicen por ahí, entre más, mejor.

También te recomendamos: Primeras impresiones: Wild Hearts – Omega Force imprime su estilo en el arte de la caza

La importancia de la construcción en Wild Hearts

El sistema karakuri no se resume nada más a las cajas, también a desbloquear más artefactos. Hay muchos Dragon Karakuri que están por todo el juego. Cuando las desbloqueas, obtienes recursos que se transforman en herramientas mucho más grandes que puedes utilizar.

Gracias a este elemento, la cacería puede ser mucho más veloz y ágil. Lo mejor de todo es que en el multijugador se nota mucho más este último apartado, porque así como puedes colocar estas piezas en las partidas de otros jugadores, esos mismos usuarios pueden hacer también en la tuya. Digamos que el apoyo de otros hace que las partidas en conjunto sean mucho más entretenidas.

Wild Hearts escenario invierno
Fuente: EA|Omega Force

Por otra parte, hay una buena variedad de armas con las que puedes enfrentar a los kemono. La elección y la fabricación de estas depende plenamente de ti. Igual y te puedes acomodar con una sola espada samurái y con eso te lo llevas todo el juego. Sin embargo, te puedes perder de utilizar un hacha o cualquier otra cosa.

Las armas son ciertamente directas, no es que de pronto te pongas creativas con ellas, para eso está el Karakuri. Lo que sucede es que dependiendo de tu estrategia y la forma en que te aproximas al kemono, tal vez tengas que variar entre una espada o algo que arroje misiles. Estos ajustes brindan variedad durante todos los duelos, aunque también es probable que encuentres el modo y hagas la experiencia un poco repetitiva.

En lo visual, Wild Hearts cumple, pero nada más

Wild Hearts sufre de lo mismo de siempre cuando se trata de juegos entre generaciones de consolas. Hay veces que luce muy bien, donde no hay falla e incluso te sorprendes, pero también hay otras ocasiones en que se siente como si le metieran un freno gráfico, especialmente porque sale también en Xbox One y PS4.

Los diseños de monstruos, de personajes y toda la ambientación tienen el sello de Omega Force y eso se disfruta desde los primeros minutos. El que piense que este estudio solo sabe hacer juegos de la saga Warriors, tal vez deba ver de nuevo lo que logró con Wild Hearts.

Otro enorme Kemono
Fuente: EA|Omega Force

Por otro lado, debemos recordar que se trata de un juego de acción con ciertos elementos RPG. La experiencia debe ser veloz, audaz, propositiva, solo con pausas cuando sea necesario. A veces el juego llega a funcionar muy bien, pero, cuando hay elementos muy grandes en pantalla o los kemono se descontrolan, a veces hay ciertas caídas en los fotogramas por segundo.

Ahora solo resta responder una pregunta muy importante que de seguro hasta el fan más cerrado de Monster Hunter quiere saber…

¿Deberías comprar Wild Hearts?

Electronic Arts tiene en Madden NFL y FIFA dos juegos que les generan ganancias millonarias, incluso, podríamos pensar que no necesitan hacer otros videojuegos, pero finalmente, también saben que no todo son deportes, también hay muchas aventuras por descubrir; It Takes Two es un claro ejemplo de que apoyan los proyectos que valen la pena. El caso de Wild Hearts no es distinto, aunque, tampoco es tan perfecto.

Wild Hearts no inventa el hilo negro a la hora en los juegos de caza, pero sí propone unas atractivas mecánicas de juego gracias al sistema karakuri el cual cambia mucho la forma a la que enfrentas a monstruos enormes. Omega Force demuestra una vez más que es un estudio de videojuegos versátil, con mucho talento y la capacidad de hacer cosas diferentes. El resultado es un título muy entretenido que dependerá de su comunidad para poder seguir adelante.

Wild Hearts combate
Fuente: EA|Omega Force

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Jugamos Wild Hearts en PS5 con un código proporcionado por un representante de Electronic Arts en nuestra región.