Le llegó su hora a Tokyo Revengers, nos los advirtieron y pasó lo de siempre: No todos salieron felices. Esto es porque esta clase de historias que atrapan a muchos fans después de que tienen un anime pasan por un duro escrutinio de los fans que rara vez tienen llenadera.
Ken Wakui construyó una trama – como dicen los chavos – “bien edgy” porque nos mostraba a unos personajes súper rotos en fuerza que no habían acabado la secundaria. Que sufrían, luchaban y de alguna manera, buscaban la venganza.
Vamos, en las convenciones ya veíamos a varios con uniformes de mecánico automotriz en color negro y kanjis ilegibles para un estudiante de japonés promedio. Todos odiaban al llorón de Takemichy, pero eran bien fans de Baji, Draken o el mismo Mikey – que era el peor de todos -.
Ese nivel de expectativas fue irreal entre los lectores frecuentes de manga y sabíamos que la situación podía salirse de control. Por eso, decidimos ponerle respuesta a la pregunta: Tokyo Revengers: ¿Era el final que merecíamos o el que podemos tener?
Prepárate porque se vienen muchos spoilers y la verdad es que no queremos arruinarte la experiencia. Si no vas al día con el manga, lo mejor que puedes hacer es ver el tráiler de la segunda temporada del anime.
El penúltimo salto en el tiempo de Tokyo Revengers iba a terminar mal
La última parte de Tokyo Revengers consta de 2 partes: El arco de las tres deidades y la de Kanto Manji. La primera fue regresar en el tiempo para salvar a Mikey de su vida de oscuridad – que por mi mejor lo hubieran dejado en el bote –. Este último viaje de Takemichy tuvo muchas consecuencias, entre ellas, la muerte de Draken, quien lo salvó por enésima vez, solo que aquí si ya no hubo marcha atrás.
Luego vemos la reunión formal de la Tokyo Manji – también conocida como Toman – que le iba a plantar cara a la Kanto Manji de Mikey en un duelo que pronósticos reservados. Como siempre, Tokyo Revengers propuso un duelo disparejo donde los buenos – vestidos de underdogs – estuvieron reventando a sus rivales gracias al apoyo de su nuevo jefe.
La nueva habilidad del protagonista de poder ver el futuro – casi inmediato – era un ajuste interesante y ya muy malviajado, pero válido. Vamos, no se nos olvide que los viajes ya eran suficiente fantásticos como para tomarlos en serio. Lo duro era la vida de los delincuentes.
Todo lo que vino en los últimos 20 o 10 capítulos, sabías que se iba a sentir un poco apresurado o con una serie de duelos que iban a terminar en tragedia o disparejos. Dicho y hecho, eso sucedió, pero valió la pena, porque todos se rifaron: Mitsuya, Chifuyu, hasta Hanagaki… Pero llegamos al tiro con Mikey y ahí es cuando todo se puso pesado.
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Los viajes en el tiempo fueron una maldición
Takemichy es una especie de Homero Simpson en sus tiempos de boxeo amateur en la taberna de Moe, aguanta las golpizas y sobrevive de milagro. El problema es que, Mikey era su Drederick Tatum y él sí podía matarlo, de hecho, casi lo hace.
La situación es que, para nivelarlos, Ken Wakui le dio a su protagonista la habilidad de ver el futuro inmediato y, gracias a eso, fue que pudo ponerle un freno. Lo bueno de todo esto es que por fin nos explicaron el tema de los viajes en el tiempo y quién los comenzó – que resultó ser Shinichiro y para salvarle la vida a su hermano -.
La cuestión aquí es que, cuando Mikey atraviesa a Takemichy con la espada, pues se supone que el siguiente salto en el tiempo es al futuro, porque de alguna manera Manjiro Sano ya estaba salvado, pero no, los regresaron al pasado, justo al momento en que todo iba a romperse.
El desenlace que nos plantean es aquel donde tanto Mikey como Takemichi se encuentran en el pasado y – sabiendo todo lo que va a ocurrir – hacen todo lo necesario para que no ocurran las distintas catástrofes: Kisaki Tetta vuelto un criminal desde pequeño; Kazutora no mata a Shinichiro y, entre todo eso, que Draken no muera.
Lo bueno del final de Tokyo Revengers es:
- Todos los personajes tiene una redención justificada y te dan a entender que hay una vida más allá de la delincuencia y los pecados.
- Te explican cómo iniciaron los viajes en el tiempo.
- Ken Wakui juega con todas las probabilidades de por qué Mikey está roto emocionalmente y cuál fue el factor que lo provocó.
- Takemichy obtuvo su venganza y salvó a todos, incluso su vida.
¿Hubo algo malo con el final? La verdad es que no, todo quedó resuelto, que tal vez no te agrade la conclusión, pero la hay. Es como dice Marge en los Simpson, “es un final y basta.”
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