El manga es una expresión que oscila entre lo literario y lo gráfico, no es una novela ilustrada y tampoco es un cómic. Es difícil definirlo, sin embargo, lo seguro es que proviene de Japón y lo recibimos como un producto cultural.
Existen muchos géneros, estilos y autores de manga. Y, sin embargo, en el mar de todos estos datos, existen cuestiones que son —o que parecen— reiterativas. Una de ellas es que mantengamos la idea de que las autoras se limitan a escribir shōjo.
El shōjo es el género conocido por ser dirigido al público femenino adolescente, siendo protagonizado por una chica. Suele tener argumentos muy inocentes de romance o fantasía. En otras palabras, sus historias son bastante digeribles y sus ilustraciones son bonitas.
No es que haya muchísimas autoras de manga en la enorme industria escrituraria japonesa, sin embargo, cuando una suele reconocerse o popularizarse, mayormente es por sus historias de shōjo, como es el caso de Kyōko Mizuki —seudónimo de Keiko Nagita— y Yumiko Igarashi, las autoras de Candy, Candy.
Pero, por supuesto que las mangakas, como cualquier persona, escriben de lo que se les ocurra. A continuación presentamos a cinco autoras de manga que escribieron grandes obras que no son de shōjo.
Koyoharu Gotouge
La mangaka del éxito más reciente, brilló con su obra Kimetsu no Yaiba. Esta contó con una animación preciosa que lograba ser tan impactante como la historia misma.
La adaptación de su manga que llegó al cine con el título de Mugen ressha-Hen, tiene el primer lugar en el récord taquillero en Japón.
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El grupo de las CLAMP
Está conformado por cuatro autoras que rondan los cincuenta años, aunque al principio, existían once colaboradoras. Cada integrante tiene distintas actividades. Los nombres de las CLAMP definitivas son:
Nanase Ohkawa
Satsuki Igarashi
Tsubaki Nekoi
Mokona Apapa
Cuentan con un enorme abanico de creación, pero son mayormente conocidas por su dulce obra mágica Sakura Card Captor, no obstante, dentro su prolífica producción encontramos a xxxHolic, Chobits y Tokyo Babylon que son trabajos que en los que es evidente su fuerte apego a lo sobrenatural.
Se debe destacar que la vertiente de lo sobrenatural, es lo que verdaderamente predomina en toda su obra. Incluso construyeron un mundo multidimensional en el que sus diferentes personajes existen y se conectan de manera inevitable.
Akimi Yoshida
Es la mangaka que escribió Banana Fish, que puede ser confundido con el género de soft yaoi, pero nadie podría negar que tiene una trama llena de acción, tragedia, abuso, pandillas y drogas.
Kazue Katō
Su obra más popular es Ao no exorcist, también de género sobrenatural y marginalidad. Aunque se trata de demonios y exorcistas, se mantiene como una obra sensible a la par de emocionante.
Hiromi Arakawa —que utiliza como seudónimo la versión masculina de su nombre, Hiromu—
Clasifica aquí con su gran manga Full Metal Alchemist, que contó con dos temporadas de anime. Y que está clasificado como un shōnen.
Ahora trabaja en Yomi no Shigai, una nueva obra que gira en torno a otra pareja de hermanos, solo que ahora son una chica y un chico, a diferencia de Full Metal, donde ambos era niños.
En fin, las autoras de manga escriben obras bien fabulosas de amor, de acción, y de lo que sea, pero ojalá escribieran más y las ubicáramos mejor, ¿no?
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