Margaret Howe Lovatt, fue la mujer que la NASA obligó a intimar con un delfín en un experimento que la agencia espacial desarrolló para poder estudiar una posible interacción entre alienígenas y humanos, haciendo que estos intentaran pronunciar o reconocer palabras humanas.
Dentro de este proyecto, se utilizaron tres delfines machos y dos hembras. El más joven de estos llevaba por nombre Peter y el director de la investigación notó que tenía un cerebro especialmente bien desarrollado, por lo que tenía confianza en que este pudiera completar el objetivo de la investigación.
Sin embargo, las interacciones que Peter desarrolló terminaron con muchas otras respuestas que no fueron para nada las de lograr que pronunciara palabras con su escuetas y nada resonantes cuerdas vocales… sino que se enamoró de una humana.
Margaret Howe Lovatt fue una de las voluntarias que participaron de este estudio. Sin embargo, al comenzar a entablar comunicación con el delfín decidió quedarse a vivir con ellos para no tener que regresar a casa y hacer que la relación con este fuera mucho más estrecha.
Luego de seis meses, a pesar de que eran cinco delfines en total, Margaret solo respondía a Peter y no mostraba interés en el desarrollo o la investigación de estos. Durante una entrevista para The Guardian, explicó que Peter:
“Estaba muy, muy interesado en mi anatomía. Si yo estuviera sentada aquí y mis piernas estuvieran en el agua, él se acercaría y miraría la parte posterior de mi rodilla durante mucho tiempo. Quería saber cómo funcionaba esa cosa y me encantó. No me sentía incómoda con eso, siempre y cuando no fuera áspero. Simplemente se convertiría en parte de lo que estaba pasando, como una comezón: simplemente deshazte de eso, ráscalo y siga continúa. Y así es como pareció funcionar. No era privado. La gente podía observar”
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Esta cercanía que desarrolló con Peter siguió expandiéndose y con el tiempo llegó a ser una relación, en sus propias palabras, íntima. Sin embargo, asegura que no tenía atracción sexual por Peter, aunque sí sentía que había mucha sensualidad entre ambos.
A pesar de que para Margaret Howe Lovatt el estudio estaba siendo satisfactorio, los investigadores de la NASA comenzaron a querer llevarlo más lejos, experimentando con LSD y algunas sustancias para incentivar y motivar los cerebros de los delfines, por lo que el líder de la investigación decidió detener todos los experimentos.
Luego de un tiempo, Margaret recibió una llamada de uno de los científicos de la NASA, quien le confirmó que Peter se había suicidado luego de mantenerse en cautiverio y de que se le realizaran más experimentos.
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