¿Se acuerdan cuando había un niño que se enojaba si no lo dejaban jugar, daba igual que fuera malísimo, y se llevaba el balón solo porque era suyo? Pues ese es Elon Musk.
Está a dos pasos de comprar Twitter y la pregunta que nos debemos de hacer es clara: ¿qué va a cambiar si él se vuelve el mandamás absoluto de la red social más peleada de todas?
Primero empecemos por recordar que Twitter no es líder en nada dentro de su competencia. No es la que más usuarios tiene, no es la que más ingresos genera, ni siquiera es la que más actividad concentra. Es más, ni siquiera puede decirse la que más problemas genera, para eso tenemos Facebook.
Sin embargo, desde políticos como AMLO y Trump hasta empresarios y celebridades como Elon Musk y Kanye West, es la que más frecuentan y la que utilizan como su vara para medir el mundo. Elon Musk, como cualquier otro sujeto con megalomanía, lleva ya un rato peleándose contra los términos y condiciones de la plataforma, pues mucho de lo que publica es reportado y borrado por ser discriminatorio o información falsa.
Esa es la razón por la que quiere comprarlo, por “defender la libertad de expresión”, que no es otra cosa que querer tener un pase libre para decir lo que quiera sin que tenga consecuencias, exactamente como en el mundo real, donde está exento de casi cualquier cosa sencillamente por ser la persona con más dinero del mundo.
Pero aquí es donde nos preguntamos: ¿qué va a cambiar entonces cuando Elon Musk haga la compra de toda la empresa? Muy probablemente nada… Twitter tiene un sistema de monetización tan pobre que hasta antes de 2018 se creía que cerraría en cuestión de años.
La pandemia, con la necesidad de re explotar medios y canales digitales de comunicación, le dio un nuevo impulso junto a la necesidad ególatra que figuras públicas tienen de esta plataforma y las cámaras de eco que generan a partir de sus propias ideas.
La compra hará que cambie de manos, pero el hoyo en el que está metido Twitter sigue necesitando de una regulación que sigue no solo medidas propias, sino recomendaciones globales sobre derechos humanos y protección de audiencias en cuanto a la información.
Restringir cuentas por actitudes discriminatorias no es censura. Borrar publicaciones porque comparten información falsa no es censura y definitivamente que te digan que tus memes no dan risa tampoco lo es.
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Que sí, seguramente a Elon Musk no le vuelvan a borrar un Tweet, pero fuera de eso… seguirá siendo el mismo hoyo de siempre donde un huevito llegará a decirte que la Tierra es plana y que la ciencia funciona con rezos.
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