Este 15 de junio de 2022, Internet Explorer dejará de recibir soporte, marcando el final del mítico navegador web de Microsoft, que aunque se quedó muy atrás, fue el artífice detrás de la revolución digital que comenzó en el Siglo XXI.
La historia de Microsoft Internet Explorer es oscura como sus actualizaciones y sus filtros de seguridad, pero sin duda fue el gran artífice que impulsó el uso de Internet como un estándar dentro de los ecosistemas digitales, una tecnología que se sabía importante, pero no central a mediados de los 90, cuando este se convirtió en el navegador por default en todas las computadoras con Windows.
Sin embargo, en ese entonces tenía como competencia a Netscape, un navegador web que hacía mucho más sencillo el acceso a Internet para el usuario final, pero que entorpecía los planes directos de Microsoft para el lanzamiento de Internet Explorer, un navegador con el mismo tipo de interfaz y facilidad de uso, pero dentro del software de Windows.
Al comienzo, Internet Explorer no fue del agrado de muchos. La versión que utilizaron fue una copia un tanto buggeada y no muy adecuada de Mosaic de nombre Spyglass. Sin embargo, fue lo suficientemente utilizada para que comenzaran una de las primeras grandes guerras del software, que terminó sumamente mal para Netscape.
Luego de la negativa que la empresa le dio a Bill Gates para unirse y controlar la totalidad del mercado de navegadores web, este les prometió que los iba a aplastar si se negaban. Algo que fue llevado a la corte, pero no tuvo más consecuencias que una leve sanción para Microsoft, que culminó con el cierre de Netscape y el monopolio de Internet Explorer.
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Años más tarde, James Barksdale, CEO de Netscape en 1995, declaró al respecto que:
“Nunca en mis 33 años de carrera en el mundo de los negocios había tenido una junta en la que nuestro competidor dijera tan claramente que dejáramos de participar o nos matarían”
Internet Explorer… la única alternativa y el único rival a vencer
La desaparición de Netscape dejó clara la forma de jugar de Microsoft, que tenía en Internet Explorer una única opción para los usuarios, que sin tener más opciones nunca vieron necesidad en buscar otro navegador… hasta que llegó Mozilla y comenzó el proyecto Firefox, un navegador de uso y software libre que trató de inclinar esa balanza.
Para 2001, con el lanzamiento de Internet Explorer 6, era claro que no había motivos de mejora para Microsoft. Todos los errores se mantuvieron y el cambio estético fue nulo, a pesar de que se diseñó una nueva máscara para el SO; esta fue la punta de lanza para que Mozilla Firefox comenzara a ganar terreno.
En 2005, Firefox comenzó a quitarle ese 90% de participación que tenía y en 2008 Google Chrome se convirtió en el explorador que tomaría la batuta como predominante. Ambos desarrollaron software propio y aprendieron de todos los errores que el avejentado y caótico Internet Explorer cometió, de los cuáles tampoco pudo zafarse ni proponer soluciones hasta que fue demasiado tarde.
Al ser el único rival a vencer y ser, sobre todo, aquel con más usuarios, fue fácil para Mozilla y Google comprender lo que se buscaba en la navegación de Internet, que no era otra cosa que fluidez y estabilidad, así como protección ante el misterioso mundo de la web, que hasta hace pocos años seguía estigmatizada.
La muerte de Internet Explorer y un meme para el recuerdo
La muerte de Internet Explorer es algo que es una realidad desde hace años, que se le deje de dar soporte es solo el último clavo en su ataúd. No tiene usuarios y ni siquiera Microsoft ya le tomaba importancia, por eso sacó Edge, un explorador cercano a Chrome y Firefox y totalmente ajeno a IE.
Sin embargo, fue algo que Microsoft fue cosechando después de declararle la guerra a Netscape, violando todos los códigos de ética y de competencia antimonopolio existentes. Si bien ninguno de los avances reales en materia de navegación web fueron gracias a Internet Explorer, sí fue su propia existencia la que motivó los cambios que durante la primera década del Siglo XXI consolidaron la forma de consumir Internet.
Por otro lado, al ser el único navegador web para la mayoría de los usuarios, este fue el que comenzó a darle un espacio real a la Internet dentro del ecosistema de software computacional. Hoy en día, a pesar de que se tienen computadoras cada vez más potentes y capaces en términos de procesamiento, casi todo se hace desde un navegador web, como esta nota que lees ahora, reproducir alguna película o video, incluso los trámites legales.
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La revolución digital sería imposible sin Internet Explorer, a pesar de lo ineficiente y poco seguro que fue; a pesar de ser un capricho monopólico de Bill Gates, a pesar de lo lento que hacía navega y lo complicado que se volvió utilizar su interfaz con el tiempo, mientras que todo el Internet avanzaba.
Los memes le hicieron justicia pero hoy se va. Desaparece sin ningún tipo de gloria, como una escoria en la historia de la Internet, como una mancha que no podemos quitarnos del mantel, pero que sabemos que fue importante. Eso fue Internet Explorer, el perfecto ejemplo de lo que no hay que hacer.
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