Siempre dicen que los otakus nada más vemos monos chinos de dos estilos: voluptuosos o kawaii. A la mayoría de las personas —incluso de los fanáticos— se les olvida que, a final de cuentas, las narrativas adaptadas son un producto cultural de Japón y en este intervienen n-mil cosas. Existen muchos tipos de adaptaciones, una muy importante es la de clásicos de literatura a anime.
El anime está muy lejos de ser únicamente entretenimiento básico, en él permea el contexto político, histórico, social, cultural e incluso económico de la sociedad nipona. De esta manera, los otakus también podemos llegar a ser bastante cultos —matizadamente, jaja—.
La literatura japonesa es vasta y muy particular. Pocos, en occidente, consumen o les gusta el detalle de la narrativa oriental que, suele ser bastante “naturalista”, con enfoque y con un desarrollo único y bello de la cotidianidad.
Japón cultiva su literatura formal de manera brillante; en el país del sol naciente fue donde emergió la narrativa larga ficcional considerada como la primera novela contemporánea del mundo—o el embrión esencial—. Hablamos de La historia de Genji —Genji Monogatari— que, narra la vida y los amoríos del príncipe Genji, está ambientada en la corte de Kioto durante el siglo X.
Además, La historia de Genji fue escrita por Murasaki Shikibu, una mujer de la corte.
No debemos olvidar que, la narrativa secuencial con imagen es parte del espectro de formas de contar historias, como lo es la literatura, sólo que el nacimiento del manga tuvo sus raíces en oriente y hace uso de más herramientas que la literatura clásica.
No obstante, la literatura clásica japonesa logra una proyección especial de acuerdo a su propio panorama cultural. En Japón se han adaptado grandes clásicos de la literatura a anime, y el resultado es sorprendente.
No sólo logran consolidar los hechos en imágenes sino que, consiguen encapsular las sensaciones con la misma rigidez o fraternidad —lo que sea necesario— literaria, aunque estas correspondencias sólo las comprenderás cuando leas las obras.
En esta ocasión, presentamos adaptaciones de clásicos de literatura japonesa a anime.
Heike Monogatari: 2021
El más actual es Heike Monogatari que, por medio de paisajes, colores y sonidos cuenta la historia de una pequeña que tiene un poder especial y que, vive una etapa turbulenta de Japón. La adaptación estuvo a cargo de Science Saru y fue dirigido por Naoko Yamada.
Heike Monogatari es un clásico de literatura japonesa, es una epopeya histórica del siglo XIII que narra el ascenso y la caída del clan Taira.
Aoi Bungoku: 2009
En segundo lugar tenemos a Aoi Bungoku Series que, por medio de una mini saga de episodios, expone varios de los grandes clásicos literarios japoneses. Lo más bonito de este anime es que cada entrega literaria tiene un estilo de trazo único a nivel gráfico, fue adaptado por Madhouse.
Este anime adapta:
Indigno de ser humano/ Ningen Shikkaki de Osamu Dazai.
Corre, Melos/ Hashire, Melos también de Osamu Dazai.
Corazón/ Kokoro de Natsume Soseki.
El biombo del infierno/ Jigokuhen de Ryunosuke Akutagawa.
El hilo de la araña/ Kumo no Ito de Ryunosuke Akutagawa.
En el bosque bajo los cerezos en flor/ Sakura No Mori no Mankai no Shita por Ango Sakurachi.
Crecer
Por otro lado, tenemos Crecer de Higuchi Ichiyo, una autora que murió muy joven pero que legó literatura muy importante. Ella escribió acerca de las clases sociales y del ambiente miserable de un Japón que sufría y formaba los barrios rojos. Existe una adaptación súper antigua de su clásico Crecer, puedes encontrarla —con algo de esfuerzo — en YouTube.
En ella se narra la infancia de varios pequeños que tienen destinos marcados.
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Otras ficciones de clásicos literarios a manga
También, existen otras ficciones de manga que utilizan los referentes clásicos de literatura para crear y posteriormente adaptarlo a anime. Bungo Stray Dogs es una de las obras más ingeniosas que logra conjugar a la ficción y a los escritores, mostrando incluso sus obras básicas.
Bungo Stray Dogs muestra todo un catálogo de escritores: Osamu Dazai, Ryunosuke Akutagawa, Atsushi Nakajima, Junichiro Tanizaki, Rampo Edogawa, Akiko Yosano, e incluso a algunos “extranjeros” como Fitzgerald y Dostoyevski.
Estas adaptaciones de clásicos literarios a anime resultan bastante educativas, lo mejor es que debido a que cuentan con mucho detalle, logran recrear una nueva pieza artística.
Si no has leído las novelas, e incluso teniendo pretensiones de hacerlo, deberías darle una oportunidad a estos animes, ya que te dejan probar una nueva e inesperada esencia de la formalidad narrativa.
Ya ven, los otakus sabemos leer y apreciar el arte por medio del anime.
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