El anuncio del remake de Live A Live sorprendió a propios y extraños porque se trata de un juego que muy pocos conocieron en la década de los 90s. Incluso, su primer avance, el cual luce muy hermoso, también te cuestionaba sobre cómo lucía en aquel entonces.
Lo comparabas, le dabas la vuelta y te das cuenta de que se ve como un juego totalmente distinto. Ese efecto HD-D2 ya es un sello muy especial que podría revivir decenas de juegos como Chrono Trigger, por solo poner un pequeño e intocable ejemplo… Bueno, también Final Fantasy Tactics.
Ahora bien, el concepto de Live A Live no es como el del RPG convencional, incluso, si lo pensamos de manera muy seria, suena lógico que no llegara a Norteamérica, ya que aquí contamos con varias historias – cortas – y el genero durante la década de los 90s contaba con una historia muy lineal y algunas misiones secundarias.
¿Valió la pena traer de vuelta a este título? ¿Las nuevas generaciones lo sabrán valorar? Tratemos de resolver esta y otra serie de preguntas a través de esta reseña de un juego que tal vez los dueños de un Nintendo Switch deberían tener.
Live A Live: historias originales y mecánicas de juego
Lo primero que debes entender es que no existe un camino fijo para jugar Live A Live. Los protagonistas tienen algo que contarte en distintos momentos muy marcados en la historia. Por ejemplo, tienes a un cavernícola que no habla nada, a vaqueros batiéndose en duelo en medio del viejo oeste o un peleador futurista en un torneo de artes marciales.
Se tratan de siete capítulos distintos se van complementando y, lo mejor, es que puedes detener uno para seguirte con otro. Cuando terminas todos, desbloqueas una última historia la cual nos llevará al final del juego y a ponerle un desenlace a esta batalla que parece que lleva milenios de desarrollo.
Luego tenemos un sistema de juego muy especial; ninguno de los personajes se juega igual que el otro. Cada uno es acompañado de una mecánica única durante cada combate. Así como puedes tener duelos muy directos con Masaru, el vaquero tendrá batallas a distancia.
Otro detalle que cambia mucho es la progresión de los personajes. Por ejemplo, un Shifu depende más de cómo se desarrollan sus muchachos a cómo él se hace más fuerte. Oboromaru puede avanzar sin ser visto y no subir de nivel o matar a cuanto tipo se ponga enfrente y subir de nivel.
Mecánicas de juego únicas, pero también que se sienten viejas
Una de las razones por las que valió la pena traer de vuelta a Live A Live es que su sistema de juego es de la vieja escuela, pero con una especie de giro de tuercas que, hasta verlo en acción, cobra sentido. Si bien el combate es por turnos, la batalla se lleva a cabo a través de cuadros y mosaicos por donde se mueven los personajes.
Pareciera un sistema parecido al de Fire Emblem o Final Fantasy Tactics, sin embargo, se trata más del manejo del campo de batalla. Tienes un sistema de habilidades que tiene ciertas restricciones y ataques con una cobertura muy bien definida.
A eso debemos añadir que es importante poner atención a los distintos cuadros en pantalla, así como el desplazamiento del personaje. Por ejemplo, con Oboromaru puedes quemar la superficie de todo el campo de combate y si no te mueves, puedes salir herido. También si no manejas bien los tiempos, de alguna manera, puedes perder tu turno.
Por otro lado, Live A Live tiene un esqueleto de la vieja escuela de los videojuegos, así que puede ser que sientas una experiencia ciertamente lenta, lo cual a veces termina alejando a aquellos jóvenes que no conocieron el ritmo pesado que en su momento tenían esta clase de propuestas de hace más de 30 años.
El poderoso sello del motor HD-2D de Square Enix
Live A Live es el claro ejemplo de cómo un juego que tiene casi 30 años de existir rejuvenece con unos toques casi artesanales. Si comparas ambas versiones, sentirás que se tratan de juegos totalmente distintos. El manejo de los fondos, los escenarios y la manera en que los personajes se desplazan en pantalla generan un deleite visual.
A eso es necesario añadir que contamos con un título que tiene un diseño de personajes muy bien detallado. En la era del Super Nintendo, los desarrolladores tenían que planear bien a los protagonistas de los juegos para que tuvieran sus respectivos distintivos y aquí no solo se mantienen, mejoran muchísimo.
La música es otro apartado que la gente de Square Enix llevó a otro nivel. Si bien la música de 16 bits tiene un distintivo ciertamente nostálgico, en Live A Live se tomaron la molestia de grabar de nuevo las canciones para crear una experiencia deliciosa a la hora de jugar.
Sa gusto ver que Square Enix se tomó muy en serio el detalle en cada uno de los apartados de este título para Nintendo Switch. Además, Yoko Shimomura fue la encargada de darle vida a esta entrega, así que en el apartado musical encontrarás composiciones que suenan de maravilla.
¿Deberías comprar Live A Live?
Live A Live es un juego como pocos, incluso si lo analizas de manera bien fría, te das cuenta de que tal vez no hubiera sido la mejor idea llevarlo fuera de Japón en los 90s. Gracias a títulos como Octopath Traveler, incluso a remasters de otros clásicos como Actriser, es que esta clase de lanzamientos se hacen camino porque vale la pena darles un segundo aire.
No nos equivocamos cuando decimos que Live A Live es el paquete entero. Sus mecánicas de juego son únicas y entretenidas, los personajes son memorables y la presentación es increíble. Claro, también tiene todos los elementos de hace 30 años que hacen lenta o tediosa la experiencia de juego, pero al mismo tiempo la vuelven adorable y disfrutable al mismo tiempo.
Este título es super recomendable si te gustó Triangle Strategy o el mismo Octopath Traveler. Si te gusta la vieja escuela con a marca de Squaresoft, dátelo, no te vas a arrepentir. No es un juego tan largo, pero sí va a requerir cierta dedicación para que lo puedas acabar por completo.
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