Little Goody Two Shoes es uno de los claros ejemplos donde se demuestra que un juego no necesita ser de una producción AAA para tener una diversión garantizada. Se puede contar con una historia profunda, mecánicas de juego claras y simples, reto en cada toma de decisiones y una propuesta innovadora. Claro, muchos otakus dirán que es el arte lo que lo hace realmente atractivo, pero siempre hay más.
A primera vista, tienes en Little Goody Two Shoes un juego de horror con diseños tipo anime que atraerá a cierto tipo de público, pero más allá de la superficie contamos con el uso de varias mecánicas de juego distintas que junto a una gran narrativa logran amalgamar una experiencia de juego ciertamente distinta.
Sí, Little Goody Two Shoes no es un RPG cualquier como tal. Tiene elementos de novela visual, pero su meta final no te lleva a ese grado. Hay mucha aventura, pero también una buena dosis de minijuegos que recompensan a la historia. Sí, pareciera que tenemos un título sin una identidad definida, sin embargo, su chiste es que caigas en las garras de la narrativa después de sufrir por el amor, el hambre y las ganas de sobresalir y desear algo más de esta cochina vida.
Tenemos entre nuestras manos una joya de juego que de verdad merece una oportunidad, especialmente porque es una experiencia diferente a todo lo que hemos visto a lo largo de 2023. Es una lección de diseño inteligente de gaming. Pero, no podemos negarlo, también es un tributo a una generación que tal vez ya no juega videojuegos.
El reto detrás de Little Goody Two Shoes
Little Goody Two Shoes es una aventura narrativa llena de misterio
Little Goody Two Shoes nos cuenta la historia de Elise, una chica con el tradicional vestido rojo salido de un cuento de hadas que tiene una personalidad muy particular. Sí, no se trata de la tradicional heroína perfecta que lo puede todo con el poder del positivismo tóxico exagerado impuesto por el neoliberalismo que promueve la meritocracia. Tenemos una protagonista le cuesta mucho y se ve que le sufre como cualquier otra persona del mundo.
La vida es dura a través de los ojos de Elise. Incluso podemos entender esos grados de amargura, especialmente cuando parece que hay algo positivo que sucede, surge algo más que provocará amargura. Pero esto no es nada más porque sí, los factores sociales a su alrededor así lo apremian.
Ahora bien, Little Goody Two Shoes no se trata de vivir las aventuras de una chica que aspira a algo más y se queda a raya, tienes que hacer lo posible por evitar que un pueblo se te vaya encima y lograrlo no requiere que salgas a golpear maleantes, sino que hagas que una sociedad te respete y no levante sospechas sobre ti.
La manera en que uno se puede sentir cómodo con este juego, con todo y que la premisa del horror es agobiante y desesperanzadora, tenemos espacio para el amor, pero este apartado también es complicado. Vamos, terminas en una especie de simulación de administración de vida donde, a pesar de los esfuerzos, es imposible quedar bien con todos. Tal como sucede en la vida real.
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Cuando nadie confía en ti
La vida de Elise en Little Goody Two Shoes es complicada, especialmente porque en el pueblo que habita, parece que nadie la traga. Esto quiere decir que todos le buscan el negrito en el arroz cuando se trata de ella. Como si se tratara de una especie de chinche. Claro, ella no se deja y pues, de alguna manera demuestra que es muy tenaz en todas las actividades que le piden hacer.
Lo que sí está muy triste es que en esta aventura que se lleva a cabo en el pueblo de Kieferberg, es que nadie te “quiere”, por describirlo de alguna manera. Elise tiene que poner la buena cara ante tanta mugre que le hacen, pues ella no tiene de otra si es que quiere salir adelante.
Vamos, no le falta techo, pero las demás necesidades básicas de la vida como lo son el alimento y un trabajo fijo y seguro, sí. Es increíble lo que Astral Shift logró plasmar en un videojuego, más con su presentación visual. Muchos pensarían que, a primera vista, al ser un juego tipo anime, será muy sencillo y digerible, pero en realidad es que la experiencia se pasa como agua.
Con Elise tomarás toda clase de empleos para ganar unas monedas que te ayudarán a salir adelante con una dieta a base de carbohidratos, es decir, puro pan. Pero como se trata de un videojuego con ambiente de anime, pues se vale. Vamos, Remi y Corazón Alegre aguantaban con eso y mucho menos.
Un juego con elementos de simulador de citas
Little Goody Two Shoes cuenta con varios elementos – ciertamente básicos – de un simulador de citas. Esto no es como llega a suceder con lo que sucede en un Mass Effect o tal vez Baldur’s Gate 3, es más bien una especie de experiencia al estilo japonés como sucede con juegos del estilo de Tokimeki Memorial o, en su defecto, Sentimenal Graffiti.
Ojo, no es que Little Goody Two Shoes tenga el mismo sistema de citas y romance, que los juegos antes mencionados, sin embargo, sí importa mucho con qué chica sales y los resultados de desarrollar una historia con ellas. Claro, es un ejercicio que pareciera que toma tiempo, sin embargo, se te pasa muy rápido, especialmente por cómo pasa el tiempo dentro del juego.
Como te lo mencioné, este es un juego donde debes de administrar todo a tu paso, trabajo, citas, comprar provisiones y demás. Finalmente, tu termina en el desarrollo de pesadillas que te llevan a un bosque y tú, en realidad, no quieres pasar por nada de eso. Pareciera una especie de ejercicio injusto con el jugador, pero, por esa misma razón es que tenemos tantos finales por desbloquear mientras jugamos.
Por otro lado, además de las citas con las chicas que salen en este juego, tenemos muchas pláticas con los NPC. Hay unos que argumentalmente te apoyan y no se sobrepasan con sus comentarios y otros que de plano solo escupen palabras de dolor hacía Elise. Esta clase de detalles generan que la experiencia de juego sea mucho más entretenida.
Supervivencia básica y compleja a la vez
Little Goody Two Shoes pone en una especie de encrucijada a la no tan pequeña Elise, pues además de todas las cosas que ya hace, pues debe comer. Cuando no lo haces, la persona se pone muy mal, se marea y no tiene manera de seguir. Por eso es importante siempre gozar de una buena cantidad de dinero para que puedas comprar esos panes y pretzeles que te amarran el estómago.
Por otro lado, hay una chica en el juego que se llama Muffy y ¡vaya que es un dolor en la entrepierna! Ella es el chantaje andando y debes darle algo de tu dinero porque si no, pues, así te va a ir en la vida y tu no quieres eso. Claro, el chantaje emocional pega muy duro, especialmente cuando toca a tu puerta.
Las relaciones interpersonales son clave. Por ejemplo, Rozenmarine es la primera chica que te aparece en el juego y a la que pones a “chambear” porque pues – no ayudas gratis a nadie -. Si esa chica se une al equipo de Elise, pues tendrá a una aliada que le puede ayudar a que el pueblo no piense mal de ella. Tienes que estar al tanto de esta pequeña porque si no, te puede salir muy caro y es ahí donde se demuestra el problema de “quedar bien con todos es un problema”.
La historia de Elise depende de muchos factores a su alrededor para que pueda ser la mejor posible, sin embargo, hay tantas variables que es difícil acomodar todas en una sola dirección que vaya a traerte felicidad. Por eso son tantos finales por desbloquear y eso el juego te lo deja en claro desde el inicio.
Minijuegos para ganar un billete
Una de las razones por las que Little Goody Two Shoes es tan variado es por la cantidad de minijuegos a los que tienes acceso. Claro, la mayoría de ellos involucran a Elise haciendo actividades para otras personas que, por lo general, la tratan feo. A cambio de superar satisfactoriamente el reto, obtienes morralla la cual servirá para que puedas comprar tu comida.
Sí, la idea es simple, pero de menos es entretenida. Recolectas huevo, manzanas y hasta partes madera. Eso demuestra que tienes a una protagonista a la que no le duelen las manos a la hora de trabajar y que es por esa razón por lo que ella, a pesar de los obstáculos, se siente tan empoderada.
Lo feo se da cuando llega la noche, pues ahí es cuando nuestra protagonista se enfrenta a sus pesadillas. Aquí también tienes algunos puzles por superar que pueden complicarte un poco la vida. Lo malo es que el ambiente se puede poner un tanto oscuro, maldito y hasta siniestro.
Es importante que sepas administrar bien todos los elementos que tienes a tu favor porque de Little Goody Two Shoes puede ponerse realmente pesado y tu luego ya no sabes ni por qué el cielo es azul. Así como por momentos cuentas con una experiencia llena de horror por los monstruos que te castigan en tus pesadillas, también hay situaciones que son relajadas, pero también van a sacarte un susto.
Un juego dedicado a una era que ya no volverá
Algunas de las animaciones en Little Goody Two Shoes tienen ese tono “vaporwave” que se hizo popular hace más o menos una década para que te sientas en un anime de la década de los 90’s. Esto no demerita la presentación visual, todo lo contrario, es un juego visualmente impecable. Los diseños de personaje son sólidos, llenos de detalles y con animaciones ciertamente dignas.
Cuando la presentación se vuelve “deformer” o “chaparra”, también luce bastante bien. Incluso el pueblo por el que deambulas se siente lleno de detalle. En otras palabras, tenemos una dirección artística notable que muchos estudios podrían considerar arriesgada porque finalmente se trata de un estilo encerrado en la década de los noventa.
El reto en las pesadillas que se presentan en las noches es ciertamente complicado. Es aquí donde guardar una partida se vuelve de suma importancia porque en una de esas no la libras en tu primer intento. El juego que luce como una maravilla, de verdad puede ser un horror cuando se trata de terminarlo con lo que podría ser el mejor final.
Tal vez el apartado que hace más llevadero tanto reto es el del amor. Vamos, no es garantía que todo te vaya a salir bien a la primera, pero si aprendes bien del sistema, comprenderás que a veces no tienes que decir que sí a todo… Justo como sucede en la vida real.
¿Deberías comprarte Little Goody Two Shoes?
No es necesario tener un presupuesto de cientos de millones de dólares para tener un juego que valga la pena de principio a fin. Todo lo contrario, es necesario que la idea sea buena, entretenida y sólida en todos los apartados. Lo que logra el estudio detrás de Little Goody Two Shoes es un producto que saca provecho de varias mecánicas de juego y géneros dentro de los videojuegos. Claro, es un poco de todo, pero bien acomodado para que funcione.
Little Goody Two Shoes es la ejecución correcta de varios estilos: simulador de citas, aventura gráfica, juego de rol y mucho más. Lo mejor de todo es que no se trata de una experiencia abrumadora, al contrario. Tiene reto, narrativa y mucha rejugabilidad. Es el claro ejemplo de que no es necesaria una inversión irreal para que el videojuego sea una maravilla. Su impecable presentación visual y diseño de personajes hará que te pongas los zapatos de Elise para descubrir qué clase de finales le deparan.
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Jugamos Little Goody Two Shoes con un código para PC proporcionado por un representante de Square Enix en nuestra región.