Reseña: Inscryption — El dolor es temporal… pero este juego vino para quedarse

Uno de los aspectos más emocionantes y maravillosos del mundo de los videojuegos es su evolución constante, su habilidad para expandirse más allá de las mecánicas y géneros conocidos para crear algo único. Cada cierto tiempo, un desarrollador se lanza a la aventura para traernos una apuesta asombrosa que nos hace preguntarnos cómo es que a nadie se le había ocurrido algo tan genial hasta ahora, y esta vez fue el turno de un género inesperado, pero al que ya le hacía falta: Los juegos de cartas. Sí, estos existen desde hace siglos, por lo que puede que ya no quede mucho qué innovar ahí, pero lo que sí tienen es variedad, y no hay uno que provoque más exaltación o furor en comunidades enteras que… UNO, tal vez, pero aparte de ese: ¡Los juegos de cartas coleccionables! Y en ese espacio cabe Inscryption.

Hace apenas cinco años, en 2017, los desarrolladores de MegaCrit Games revolucionaron la industria con una idea muy atrevida: ¿Qué tal si juntamos los juegos de cartas con los de calabozos? El resultado fue Slay the Spire, un videojuego que mezcla lo mejor del mundo de las cartas coleccionables y de los videojuegos de calabozos —o roguelike—, demostrando que el matrimonio perfecto sí existe y dándonos el doble de diversión. Gracias a esto, ahora mismo estamos en pleno auge de los juegos de cartas roguelike, los desarrolladores están lanzando sus apuestas a toda velocidad, y uno de los más aclamados del momento es el extraño, sangriento, pero asombroso Inscryption.

Inquietante a más no poder

Lanzado en octubre de 2021 para PC, y este pasado 1 de diciembre para Nintendo Switch, Inscryption es su propia quimera: Es un juego de horror, de escape room, de calabozos, de RPG, de FMV, pero, por encima de todo, de cartas; y, sin embargo, incluso en eso es realmente único.

La premisa es simple a primera vista: Estamos atrapados en una cabaña oscura en medio de lo que solo sospechamos que podría ser un bosque, a merced de un ser misterioso pero claramente desquiciado, el cual antes de asesinarnos solo quiere una cosa de nosotros: que juguemos a las cartas con él. Esto ya es más que perturbador por sí solo, pero en Inscryption nada es lo que parece; lo que sea que te imagines, no es. Desde el momento en que te saluda la pantalla de inicio, la incertidumbre se hace sentir, y esto es algo que te acompaña a lo largo de todo el juego, cada respuesta trae más preguntas y no querrás hacer otra cosa más que descubrir de qué se trata todo; eso sí, con su buena dosis de miedo, porque el terror atmosférico en este juego es excepcional.

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¿Qué hacemos ahora?

Al decir que estamos atrapados en una cabaña, ya es más que obvio de dónde vienen los elementos de escape room. Casi desde el inicio, tenemos disponible alrededor de nosotros una serie de rompecabezas que tenemos que ir resolviendo si queremos escapar antes de que nos maten, esto mientras jugamos el sangriento juego de calabozos al que nos somete el enigmático game master, nuestro secuestrador y potencial asesino, a quien nos iremos enfrentando con el uso de cartas coleccionables de dudosa apariencia. ¿Extraño? Sí. ¿Divertido? ¡Mucho! Es una combinación que no se traduce bien en papel, pero que en la práctica es interesante, emocionante, e indudablemente entretenida.

Pero hablar de la dinámica de Inscryption es complicado porque en realidad no se trata de un solo juego, sino de tres; la historia sigue una misma confusa y misteriosa línea, pero las mecánicas de juego, la temática, y hasta los gráficos dan saltos radicales de un acto al otro. Sin ánimos de revelar cómo o por qué, solo les aconsejo que no se encariñen demasiado con ninguno, porque este título no desaprovecha la oportunidad de tomarnos desprevenidos, sacudirnos y dejarnos desorientados. Advierto que es un cambio muy brusco que podría resultar desagradable para algunos, pero que me pareció muy original y refrescante.

En Inscryption ¡Debes creer… en el corazón de las cartas!

Los tutoriales son mínimos —cuando los hay—, pero las mecánicas de juego de cada acto son bastante instintivas y hasta sencillas en lo que respecta a los juegos de cartas coleccionables, no toma mucho tiempo adaptarse a lo que requieren, y te las van introduciendo poco a poco a medida en que vas avanzando. Esto evita que nos sintamos abrumados, y a la vez hace que la jugabilidad conserve nuestro interés.

Habiendo dicho eso, el nivel de dificultad se me antojó muy bajo, el juego de cartas es bastante básico si lo comparas con, por ejemplo, el pionero Magic: The Gathering; los elementos roguelike carecen de complejidad, y los de escape room se resumen a unos cuantos rompecabezas en un espacio bastante pequeño. En más de una ocasión, el juego tuvo que castigarme por ir demasiado rápido o demasiado bien, y esto entorpeció ligeramente el flujo de la historia. Por suerte, para aquellos que prefieran un mayor desafío, existe una expansión del primer acto con una dificultad más elevada, accesible al finalizar el juego al menos una vez.

El dolor y la muerte son la ley en Inscryption

A diferencia de otros juegos de horror, los cuales ponen todo su peso sobre los hombros de tus enemigos, los primeros sustos en Inscryption te los llevas como consecuencia de tus propias acciones, porque la mecánica exige que seas consciente de lo que haces: ¿Quieres poner la balanza a tu favor? Tendrás que arrancarte un diente o sacarte un ojo para agregarle peso; o tal vez no quieras ser tan temerario, así que ¿qué tal hacer algo tan simple como poner una carta en el tablero? Está bien, solo tendrás que sacrificar otra o más, pero ten en cuenta que todas ellas están vivas, sienten dolor, y las verás temblando de miedo mientras las amenazas con el cuchillo.

“El dolor es temporal” es la terrible frase del game master, lo que no nos sirve de ningún consuelo mientras la cámara hace un gran trabajo para mostrarnos cómo se sufre. Lo cierto es que es una dinámica verdaderamente cruda, pero efectiva, ya que, por un lado, tiene éxito en hacernos más conscientes y precavidos; por el otro, es un giro muy interesante e innovador dentro del género de juegos de cartas, que le agrega una dimensión más a este título.

En Inscryption no encontrarás cartas como estas en otro lugar.

Hablando de las cartas, estas son tus aliadas, y no lo digo solo porque son tuyas, sino porque algunas pueden hablar contigo, en el que vendría siendo uno de los mejores aspectos de todo el juego, y también uno de los más inquietantes. En títulos como Griftlands o Night of the Full Moon, una carta no es más que el sinónimo de una acción, mientras que otros como Yu-Gi-Oh! te ofrecen poco más que hologramas de poca sustancia, pero en Inscryption nuestras cartas parlantes tienen personalidades muy bien establecidas, objetivos claros, y sangre qué perder, lo que convierte este juego de cartas en el único, quizás, en el que sentí real apego y consideración por mis cartas.

El segundo acto cambia las cosas, pero el sentimiento es el mismo, y es que todos los personajes en esta entrega, tanto aliados como enemigos, son sorpresivamente carismáticos, lo que lo vuelve aún más perturbador cuando nos recuerdan que este es un juego de horror.

Y hablando del horror…

Aunque no son demasiados, los efectos de sonido y los temas musicales son excelentes; complementan la atmósfera perfectamente, de modo que nos atrapa en una frecuencia llena de temor e incertidumbre en los momentos en los que menos carecemos de ellas.

Por otro lado, el apartado visual se contradice entre actos. Hay animación en 3D, con un estilo gráfico similar a videojuegos como The Room, nada más que estándar en lo que al género de escape room respecta; y también hay gráficos en 2D, con un arte pixelado que busca imitar el encanto de los videojuegos de antaño tales como Pokémon Red & Blue o Super Mario Land 2: 6 Golden Coins, aunque esta vez a todo color. Por si solos, cada estilo visual está bien ejecutado, pero la transición de uno a otro carece de tacto y requiere un poco de tiempo acostumbrarse.

Una obra de arte en forma de videojuego.

Dentro del recién nacido mundo de los videojuegos de cartas roguelike, Inscryption es, en esencia, una canción de amor a los juegos de cartas coleccionables, una celebración de todo lo que los hace tan divertidos, y una promesa de que esto apenas empieza. Es una entrega imperdible en su género, tal vez la mejor que existe hasta ahora, y solo queda esperar que otros sigan varios de sus ejemplos.

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Jugamos Inscryption en Nintendo Switch con un código proporcionado por un representante de Devolver Digital en nuestra región.