El común denominador de las personas que aman u odian a Blizzard es que todos terminan jugando durante horas sus videojuegos. Así de sencillo. Podrán decir barbaridades y toda clase de desplantes, pero ahí están en WoW, Overwatch y hasta en Starcraft. La cuestión es que, con Diablo IV habrá toda clase de sentimientos encontrados, pero de la misma manera, vamos a estar jugando y gastando decenas, si no es que cientos de horas buscando un buen ítem.
La cuestión aquí es que esta franquicia, por más que los fans de antaño quieran, pues no va a volver a como era. Lo más es que tal vez puedan disfrutar es algún remaster y hasta ahí. Diablo IV es el claro presente y futuro de los videojuegos, aunque no te agrade. Sí, tienes que estar conectado a Internet, pero no por eso deja de ser una experiencia divertida.
Todos los elementos que hacen grandiosa a la serie están ahí: combates memorables, misiones secundarias que parecen imposibles jugando en el nivel más bajo y que en lo más alto te dejan con dolor de muñecas. Una historia con diálogos memorables y muchos personajes por investigar. Eso es Diablo IV.
Se nota que Blizzard hizo un esfuerzo real por adaptar este juego a los estándares actuales de la industria que ya te imaginarás cuáles son. La cosa es que tenga sentido usar todo eso, que tenga un propósito y así te vas a divertir un buen rato.
Diablo IV punto por punto
El héroe que salvará a Santuario
Si no le sabes a la historia de Diablo, pues es una realidad que te sentirás perdido a la hora de jugar Diablo IV, especialmente por el escenario y sus protagonistas. Incluso todo se siente muy – como dicen por ahí – “al random” porque no tienes idea de lo que sucede. Lo primero que debes entender es que Lilith está de regreso y que todo se irá al demonio se alguien no hace algo.
Después ya llegas tú, con tu personaje creado (hablaremos de eso más adelante) y te das a la tarea de empezar la aventura. Poco a poco entiendes que vives en un modo desolado, donde la traición está a la orden del día. Ojo, no es Westeros de Game of Thrones, pero sí es igual de peligroso, especialmente por todas las criaturas que andan sueltas.
Ahora bien, como el nuevo héroe, pues te encomiendan con ciertas tareas que caen en cierto cliché lo cual no es malo, todo lo contrario, van alineadas con el reto que es superar este juego, incluso desde el nivel más básico. La adicción de intentar acabar la historia de Diablo IV recae en eso mismo, superar cada uno de los obstáculos que te suben de nivel.
Sí, seguir la historia es complicada, hay muchos nombres, personajes y varias direcciones por tomar. Vamos, puedes ir por la línea de la clase que elegiste o estar en el desarrollo de la historia. Llegar a cada punto es lo complicado y es ahí donde está el valor de la aventura.
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Creando tu personaje
Una de las partes más importantes de este juego RPG de acción occidental es que te da la libertad de elegir la clase de tu personaje y de personalizarlo con una serie de herramientas fáciles de llevar. Vamos, cambias colores, formas, pones tatuajes. Todo lo que formará la base de tu héroe está ahí. Es un hecho que vas a pasar un buen rato en este apartado, porque tiene detalles muy puntuales a editar.
Por otro lado, está el tema de elegir una clase. No es como elegir a un starter de Pokémon, pero sí cambia mucho la experiencia de juego de un estilo de personaje a otro. Por ejemplo, andar con un Bárbaro hace que estés haciendo mucho daño en la corta distancia cuando un Sorcerer cambia mucho la experiencia del combate pues tiene otras cosas por realizar.
Sí, no puedes cambiar de clase, pero el juego y la experiencia son tan entretenidos que las posibilidades de comenzar de nuevo para probar a otro personaje son muy altas. Incluso pensando en levantar la dificultar. Este es uno de esos elementos que le dan mucho valor a la experiencia y es por la que te quedas jugando durante horas.
Blizzard hizo un esfuerzo importante en entregar una experiencia de juego balanceada desde el inicio. Esto ayudará a que muchos jugadores encuentren a ese personaje ideal para llevar a cabo su aventura y es un hecho que van a entretenerse.
La historia es complicada de seguir, pero no por eso deja de ser entretenida
Los juegos de Blizzard suelen estar atascados de apartados narrativos que son difíciles de seguir para quienes apenas entran a jugar. Vamos, Diablo IV no te pide que juegues la primera entrega del juego para que sepas qué hacer o entender mejor a quién te enfrentas. Desde las primeras cinemáticas sabes cuál es la amenaza y cómo es que controla todo.
La cosa es que el desarrollo de este apartado requiere mucha, pero mucha atención, porque te puedes perder entre tanto nombre. Lo bueno de la trama es que está atada a la exploración de ciertos lugares y hay personajes muy puntuales que empiezas a seguir y que también te acompañan en la aventura.
Seguir este modo narrativo puede ser muy pesado, especialmente para aquellos que se pierden en el combate o yendo a calabozos para conseguir mejor loot del que ya tienen. Esto no es necesariamente un detalle negativo, solo requiere que pongas mucha atención a todo lo que haces y no te estés saltando los diálogos nada más por que sí.
Asimismo, la narrativa es muy sólida. Técnicamente te propone desvelar un misterio tras otro acerca de la razón tras el regreso de Lilith. ¿Quién está involucrado? ¿Por qué tienes visiones? ¿Quién puede detener el destino oscuro que tenemos sobre nuestra cabeza? Todo cuenta y, finalmente, alcanzar esa conclusión es una de las razones por las que estás jugando.
Una progresión justa
Diablo IV tiene una de las progresiones más profundas en los juegos de acción RPG. No solo se trata de que estés subiendo el nivel de un personaje, también de desarrollar sus habilidades y también que dominen un arma. Es un sistema robusto que parece muy difícil de seguir, sin embargo, con el paso del tiempo, te vas ajustando de acuerdo con tus necesidades.
Lo primero y más claro es subir de nivel poco a poco. Esto lo logras superando misiones, calabozos, derrotando enemigos que te encuentras en el camino. Conforme subes, los enemigos también lo hacen. Todo es proporcional durante la aventura. Vamos, todo tiene cierta coherencia mientras exploras. Obvio, cuando llegues con los jefes, pues la cosa se puede poner complicada.
Luego tenemos que ir por el lado de las habilidades. Obtienes un punto de habilidad cada que subes de nivel. Este lo tienes que ocupar de manera inteligente, especialmente cuando estás buscando esa combinación de movimientos que derroten a los enemigos del modo más eficiente. Ahora, este mismo apartado depende mucho de las armas que tengas a la mano, lo cual nos lleva al siguiente punto.
Dominar o también dicho – masterear un arma – depende mucho de cuánto uses dicho tipo de arma. El mismo juego te dice cuánto llevas con una espada de dos manos o un hacha. En un inicio el tema de las armas es muy limitado, pero luego de que la exploración se abra y los enemigos sobren, desearás contar con un inventario mucho mayor.
Diablo IV tiene toda clase de tareas para que estés ocupado todo el tiempo
Una de las razones por las que Diablo IV puede ser tan adictivo radica principalmente en que te puedes picar con la historia, pero de pronto vas a querer hacer los calabozos o luego buscarás mejor loot salvando prisioneros. Siempre hay algo que hacer y, aunque todo parezca desordenado, es detrás de ese caos que todo tiene sentido.
¿A qué me refiero? No es el caos nada más por que sí o que todo esté en una especie de desorden. Un calabozo no será idéntico al otro y una batalla no será la misma que la previa. Así como tienes eventos que suceden en tiempo real como lo son enfrentar a hordas de enemigos, también está el escenario donde tal vez pierdas un combate con uno de los jefes de algún calabozo.
A eso debes añadir que puedes sufrir derrotas y que vuelves al campo de batalla, pero con tus armas destruidas, lo que significa que debes de llevarlas a reparar y eso puede costarte caro. Debes ser inteligente con todos tus ítems, porque no son para siempre y todos tienen alguna clase de valor. Si bien los enemigos te van soltando monedas de oro, en realidad es la reventa de todo lo que obtienes lo que te va a dando esa valiosa moneda para sobrevivir.
También debes pensar en mejorar tu resistencia y conseguir pócimas. Siempre, en cada pueblo, encontrarás desde las misiones más inverosímiles hasta los momentos épicos traducidos en cinemáticas. Hay un esfuerzo real para que veas que de verdad Blizzard trabajó mucho por tener un juego a tono en el que cualquiera se puede entretener.
Qué tan grande es la exploración
La vista isométrica de Diablo IV no le hace justicia a lo grande que es el escenario del juego. Como todo lo aprecias desde arriba, pues te más o menos sabes lo que te espera. Conforme avanzas, el mapa se va desbloqueando. Caminas por veredas, cerros, bosques y toda clase de biomas con enemigos esperando por ti.
Si todo esto lo vieras en tercera o primera persona, te sentirías sin problema en un juego como Skyrim o Breath of the Wild, descubriendo toda clase de escenarios y con monstruos esperando por ti. Asimismo, el diseño de los escenarios es ciertamente atractivo, acorde a la experiencia o al momento en el que se esté llevando a cabo la historia.
Así como todo puede ser muy lúgubre y carente de esperanza, también puedes contar con lugares soleados, áridos y con una especie de presión de que todo va a salir o terminar muy mal. Esta clase de oscuridad solo se puede ver a través de Diablo IV y debemos aplaudir ese esfuerzo.
Por otro lado, los viajes pueden ser algo cansados, especialmente si no consigues una montura pronto. Lo bueno es que tienes portales para hacer viajes rápidos que, incluso, luego dejan una especie de puerta abierta para volver a un sitio donde estabas unos segundos antes. Lo que sí es un hecho es que no te vas a aburrir por andar dando brincos de un lado a otro en búsqueda de mejor loot para ser más fuerte.
Estar conectado todo el tiempo es bueno y malo a la vez
Digamos que estás muy cerca de acabar un calabozo al que ya le dedicaste más de 20 minutos porque tal vez te perdiste o de plano el enemigo estaba muy perro y el juego te desconecta por X o Y razón. Ahí es cuando sientes que la vida no vale nada y que debes volver a conectarte. Incluso puedes llegar a fastidiar la partida de tu party.
Depender de un servidor para jugar es un arma de doble filo y hay que decirlo. Ojo, el mal funcionamiento es lo que afecta la diversión, porque también estar conectado como tal trae muchas recompensas y aventuras increíbles a la hora de jugar. Si el mundo no estuviera conectado, no tendrías PVE o no tendría mucho sentido llegar a cierto nivel de juego.
Hay muchas personas que se van a molestar por esto, especialmente porque si desaparece un servidor, pues todo se va al demonio y ya no puedes avanzar o seguir la aventura. Por desgracia, así son los juegos como servicio y Diablo IV se apoya mucho de este apartado. No por eso quiere decir que está mal planeado o desarrollado, pero cuando algo puede salir mal, pues sucede. Es inevitable.
Lo que sí es que Diablo IV justifica muy bien que estés conectado, de eso no cabe la menor duda. Ya será muy mala suerte que pases por alguna clase de desconexión o caída del servidor. Por eso estuvieron las betas y ya más o menos en Blizzard se dieron cuenta de lo que puede suceder cuando el juego está realmente atascado.
¿Deberías comprar Diablo IV?
Como lo mencioné al inicio, el común denominador de los amantes y odiadores de Blizzard es que, a final de cuentas, terminan jugando durante horas sus videojuegos porque deben de tener algo que aplaudir y disfrutar u odiar de manera ciega algo que no tiene justificación. Los fans de esta compañía son muy exigentes y nunca se andarán con medias tintas.
Diablo IV toma todo lo bueno de las entregas pasadas, lo mezcla de una manera eficiente y nos pone en bandeja de plata un producto que puede resultar abrumador en un inicio, pero luego muy entretenido después de un par de horas. La historia es entretenida, pero difícil de seguir y las clases de los personajes brindan diferentes perspectivas de lo que el combate puede ofrecer en este juego. Tanto nuevos como viejos aventureros disfrutarán de una lucha a muerte donde derrotar a Lilith dista de ser el final del viaje.
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Jugamos Diablo IV en PC con un código proporcionado por un representante de Blizzard en nuestra región.