Japón no ha logrado regular la producción de anime en el que aparezca contenido que sexualice y normalice una condición infantil particular. La explotación de menores es un problema muy grave y ahora una diputada regresa para solicitar una ley que realmente proteja a las infancias.
El anime es un producto que se reconoce como una de las subculturas más importantes de Japón —tanto a nivel económico como ideológico—, así que su alcance es enorme y sus implicaciones están lejos de ser ingenuas. De entre todos los géneros y arquetipos de personajes, hay uno que provoca bastante crítica y preocupación, especialmente porque los mismos creadores y productores de obra incurren de manera directa en graves delitos que le competen: la explotación de menores de edad.
Últimamente hemos visto casos muy importantes como el del productor de Your Name o del creador de Rurouni Kenshin, que aceptan que consumen grandes cantidades de material ilegal, pagan una fianza y regresan a trabajar, ¡en el rubro infantil! Sabemos que la principal audiencia del anime son las infancias y las adolescencias.
Atendiendo a ello es que las autoridades de Japón se preocupan por intentar gestionar de mejor manera sus leyes para que realmente protejan a sus infancias. La diputada Masako Okawara presentó una petición en la sesión 213 para revisar nuevamente las leyes de protección infantil que no parecen ser de suficiente utilidad.
Especialmente debido a que se esponenció el número de casos y víctimas, no se ha logrado regular desde la crisis del COVID 19. La diputada menciona lo siguiente:
“[…] La mercantilización de los niños a través de sus imágenes [en el anime] perpetúa valores dañinos en la sociedad e infringe gravemente los derechos de los niños a vivir y crecer de forma segura “.
Es cierto que las imágenes de niñas y niños con apariencia sugerentes en el anime no es bajo y que contribuye a normalizar la visión que se puede tener de las infancias, además de los límites para socializarlas. La diputada insiste en la necesidad de medidas integrales para frenar la propagación de esto.
” La sexualización desenfrenada de los niños en los medios de comunicación perpetúa normas sociales dañinas y plantea una grave amenaza a la seguridad y el bienestar de los niños “.
Y es que recordemos que el anime es un producto cultural, en otras palabras, tiene implicaciones importantes en la sociedad. Así como el shonen proyectó las inseguridades del pueblo nipón cuando recién comenzó a germinar el género y posteriormente sostuvo la esperanza de un héroe que podría salir adelante pese a estar en una etapa de inmadurez. Refiriendo a esto, es que se puede considerar que, nivel social este tipo de desafortunados y terribles incidentes con las infancias no es ingenuo y sí es importante criticarlo.
No obstante, algunas personas alegan que mesurar este tipo de cuestiones comenzará a limitar la expresión artística, ¿qué opinas tú?
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El tema de la censura en el anime no es nuevo y tiene toda una variedad de opiniones, el problema es que cuando se trata de atender un problema real como es el de la explotación infantil surgen toda clase de defensores hablando de libertad de expresión y también de que no son personajes reales.
Efectivamente, mientras no exista una supervisión por parte de padres de familia para atender a las infancias y educar a la hora de explicar qué es real y qué no, además de crear una línea muy clara de qué está bien o mal, el único que queda para regular todo es el mismo gobierno y la dipitada Masako Okawara tiene que legislar en favor de la niñez, aún cuando creadores y consumidores se vean afectados.
Incluso no faltará un sector occidental que sienta Asia está siendo invadida por la cultura progre de Estados Unidos, lo que está derribando una imagen que parece intocable. Ya veremos en qué termina este controvertido tema en el que se debería hacer hincapié y un esfuerzo real por tener a salvo a los más pequeños. Incluso hacer que las leyes sean más duras contra aquellos que las rompan.
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