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El género shonen es uno de los más populares del manganime japonés. Es de los más consumidos, probablemente debido a que la apertura a diversos discursos que conviven en él permite que los lectores se adapten y encuentren algo que les guste. Sin embargo, hay características muy particulares que suelen aparecer en múltiples shonen, una de ellas es la tríada de poder, que procedo a comentarte. 

El shonen suele enfocarse en un joven protagonista cuya historia sigue su camino hacia la madurez. El género es bondadoso a nivel narrativo, ya que permite desmenuzar las ideas del amor, las metas, el esfuerzo y los cambios (en múltiples niveles) entre varias cosas. 

Matizar el shonen como género 

Antes de seguir, necesito aclarar un par de cosas. Los géneros son escurridizos, emergen de un contexto y evolucionan de maneras flexibles. Además, por supuesto, cada entrega es única, no sólo por su propuesta sino por las motivaciones, sentidos y significados de su historia. 

De esta manera, como menciona Alastair Fowler en Kinds of Literature, los géneros cuentan con características formales y sustantivas que serán lo suficientemente distintivas  (pero no exclusivas) en su estructura externa. 

Los géneros jamás serán absolutos en cuanto a sus propiedades, además, por supuesto, las historias interactúan con el contexto a nivel diacrónico (el legado heredado del espectro de shonen previos o narraciones predecesoras del género) y sincrónico (la contemporaneidad y las necesidades de ésta, haciendo también referencia a los demás géneros populares o gestantes).

Si bien el shonen no es un género definido, ya que definir cualquier género es casi imposible; desde luego que existen parámetros para organizar y clasificar las entregas. 

Uno de estos podría hacer referencia a la tríada del poder del shonen que, pese a que no es una norma inquebrantable y que carecer de ella no hace mejor o peor shonen a la entrega, sí que ha sido lo suficientemente reiterativa como para que sea considerada una referencia a varios shonen clásicos.    

La tríada de poder en el shonen 

Pese a que no es una regla inquebrantable, como mencioné anteriormente, la aparición de tres personajes que vertebran la historia, o que cuando menos la inician, es suficientemente frecuente como para notarla y hablar de ella. 

Recordemos así a Naruto, Sasuke y Sakura (Naruto); Aladdin, Alibaba y  Morgana (Magi); Luffy, Zoro y Nami (One Piece); Gokú, Krillin y Bulma (Dragon Ball); Itadori, Megumi y Nobara (Jujutsu Kaisen); Eren, Armin y Mikasa (Attack on Titan); Denji, Aki y Power (Chainsaw Man); Jin, Fu y Mugen (Samurai Champloo); Tanjiro, Inosuke y Zenitsu (Kimetsu no Yaiba) o Izuki, Uraraka y Lida (BNHA) son tríadas de poder que apoyan el desarrollo de la historia, pese a que el protagonista sea quien posee la personalidad más “valiente” además de la meta más “gloriosa”. 

Parece que la tríada de poder de los personajes del shonen puede encontrar una explicación lógica, y verás que es muy útil para el desenvolvimiento natural de una historia llena de obstáculos que enfoca el crecimiento de un personaje.

Es probable que la fraternidad y la amistad guarden más que un vínculo afectivo y tierno entre los personajes; y que, más bien, la tríada de poder busque  la proyección de la armonía a través de equilibrar las tres dimensiones de la personalidad de un ser, en el shonen, partiendo de una base tripartita. 

La tríada de poder del shonen está compuesta de personajes que contrastan y que en conjunto son capaces de crear un equilibrio que les permite avanzar de la manera más inteligente o saludable. Además de que ante el conflicto más denso, abrirá nuevos nudos narrativos que permitirán al shonen evolucionar junto a sus  personajes. 

La tríada de poder en el shonen: Jujutsu Kaisen.
Fuente: Studio MAPPA

También, es posible que pensando en esta unidad, la tríada de poder de los shonen sea capaz de subordinarse a las posiciones psicológicas propuestas por Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis. 

La tríada de poder del shonen y Freud

La psique humana según Freud está compuesta por tres partes: 

  • Ello (Id): representa los deseos emocionales e instintivos, en otras palabras la reacción instintiva o la parte “animal” de las personas.
  • Superyó: representa las reglas por convenciones sociales, también las normas morales por contexto. Plantea la búsqueda de la perfección y el bien. 
  • Yo: representa el consenso y la realidad. Logra que los conceptos previos  lleguen a un acuerdo aceptable para ambas partes, vertebrado por una lógica que mantiene un equilibrio que busca la supervivencia y la tranquilidad.  

El trío de Freud está compuesto por una parte emocional e instintiva, una que se basa en una lógica con límites rígidos y la parte que logra reconciliar lo previo, con un interés independiente. 

La tríada de poder por excelencia: Naruto

En Naruto tenemos justamente a los arquetipos de la tríada del poder del shonen. Sakura es la personaje que funcionaría como la sensibilidad neutral que no realiza acción, por ejemplo, ella es la observadora en el conflicto entre Sasuke y Naruto. 

Por su parte, Sasuke será la mente, el cálculo mientras que Naruto es más instintivo y resuelto. 

Si bien, el shonen en su esencia más clásica nos permite diferenciar a personajes y su constructo de una manera más absoluta (personajes que son blanco o negro), las nuevas entregas de shonen innovan gracias a ese precedente, ahora estamos ante tríadas de poder de personajes con particularidades mucho más dinámicas, como es el caso de Demon Slayer y Chainsaw Man. 

La tríada de poder en el shonen: Magi: The Labyrinth of Magic.
Fuente: A-1 Pictures

Por ejemplo, en Kimetsu no Yaiba tenemos a Zenitsu que si bien es cobarde, será capaz de actuar en el límite; por su parte, Inosuke es osado pero también analítico; y finalmente Tanjiro, es emocional y valiente, pero es cuidadoso y tiene bien definida su moralidad. 

Por supuesto, el balance siempre vendrá en diferentes formatos.

A grandes rasgos, pensando en esto, la tríada de poder de los shonen existiría para poder ver un panorama emocional y normativo, además del consenso de ello, partiendo de la funcionalidad, la sensibilidad y lo aceptado socialmente desde la moralidad atendiendo a la emoción e incluso a la legalidad.  

Cabe destacar que el personaje que lidera la tríada es flexible, pues dependerá del conflicto para que resuene más una voz que otra. ¿Qué se requiere? ¿Mente, alma, valor? 

En realidad se hace referencia a las diferentes variantes de la moralidad aunada a la acción, dentro de un contexto particular. En la tríada del poder, uno probablemente traerá caos, otro intentará mantenerse neutral en el orden y alguno más tomará acción que si bien no se opondrá al sistema, tampoco lo acatará por completo. 

Debido a esto último es que veremos algún enfrentamiento radical que separará al grupo en cierto momento, ya sea de manera definitiva o momentánea. Además, es probable que ello supondrá que dos personajes se peleen y otro sea un observador (el neutral). 

La tríada del poder es una de las características más evidentes e interesantes del shonen, y como revisamos, tiene orígenes intrigantes. 

Te recomendamos: La tríada oscura del shonen: El nuevo abismo contemporáneo  

Un nuevo shonen 

En ocasiones “la vida es muy… contemporánea”, dicen en Cosmópolis. Las evoluciones están a la orden del día y parece que el shonen oscuro nace materializando las perspectivas y preocupaciones de la nueva juventud. 

Debido a esto, estamos ante la aparición de un shonen clásico que plantea estructuras absurdas, crítica al capitalismo y al sistema clásico, ondea la bandera de la fugacidad y se sostiene en la oscuridad. Exitosos ejemplos recientes son Chainsaw Man y Jujutsu Kaisen.

Chainsaw Man tiene a un protagonista que busca reconocer sus propios deseos mientras existe en un contexto devastador. En Jujutsu Kaisen la crítica al sistema es fatalista pero en cierto grado esperanzadora. 

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