El anime es el pan de cada día para los otaku y pese a todo lo que pueda decir el mundo, la animación no es solamente para niños, al igual que la misma literatura infantil, y es que, las formas de narrar y (re)significar las historias siempre son importantes y obviamente, dejarán huella en cada uno de nosotros de distintas maneras. Bueno, a colación del Día del niño, quisiera recomendarte una de las películas más hermosas que vale la pena ver el día de hoy, recuerda que el infante que somos avanza día con día dentro de nosotros y es nuestro trabajo es cuidarlo y amarlo, ¡mira Ponyo de Studio Ghibli y verás como (re)encuentras ciertas partes de ti que seguro ya olvidaste.
Studio Ghibli hace un trabajo excelente con sus filmes que son la mejor muestra de que la animación y las historias para infantes son multifacéticas y polifónicas en todo sentido. El gran estudio de animación consigue tocar el corazón de las personas moviendo hilos por todas partes, que nos permiten ver un mundo más complejo.
Uno de los trabajos más hermosos y llenos de sinceridad y delicadez es Ponyo que rescata una historia de Occidente pero que se renueva por completo en un lienzo más “oriental”, por decirlo de alguna manera, me refiero a que la tragedia de La sirenita encuentra un mundo con matices más jocosos y amables, pero igual de desconcertantes en la adaptación realizada por Studio Ghibli.
¿Por qué ver Ponyo en el Día del niño?
¿En qué se basa Ponyo?
Ponyo es una película de Studio Ghibli, pero se basa en La sirenita, el cuento clásico de Christian Andersen —que se publicó en 1837–. Sin embargo, es más bien un filme inspirado en, ya que, incluso los giros que da tienen otra especie de esencia —desde el diseño de los personajes protagonistas, que son infantes muy pequeños y obviamente, las cosas que hacen y sus implicaciones son muy distintas a las que se plantean en el cuento romántico clásico—.
Ponyo es una entrega muy singular que, a la manera de Studio Ghibli, está lejos de presentarnos a una princesa en apuros, pero, desde luego, como cabría esperar —por el sello de la casa de animación—, nos muestra una hermosa historia de amor que, en esta ocasión se sostiene por convicción en medio de un tiempo y espacio mítico que se desmorona.
Así que, Ponyo no suena tan Ariel como podría suponerse, ¿cierto? En realidad, la historia de la pequeña Ponyo junto a su querido Sōsuke nos presenta un lienzo lleno de adrenalina y caos que, no obstante, hace germinar una amistad pura que se sellará para siempre.
Ponyo se estrenó en 2008 en Japón y fue un proyecto a cargo de Hayao Miyazaki.
Acerca del cuento de La sirenita
El cuento de La sirenita es, en sí, en una especie de tragedia, ¿no? Es una historia de amor bastante trágica llena de traiciones y giros bastante oscuros, pero recordemos que la Literatura del romanticismo tenía cierta fijación con el desamor y un fuerte vínculo con la naturaleza, además, las cuestiones de la moralidad también tenían cierto matiz rígido, así que, en realidad, el cuento danés fue y sigue siendo una narración bella y compleja.
Los cambios que se dan en la historia original también suelen ser bastante interesantes, y sí, me refiero especialmente a Ponyo; aunque la mujer del mar ha sido objeto de un sin fin de narrativas disparatadas, cabe mencionar, algunas mejor logradas que otras como es natural.
Ponyo consigue mantener la esencia del romance y ancla a la naturaleza y su acidez con la historia, así que logra mantener la esencia de Andersen, pero de una manera más jocosa y fluida. ¡Recuerda que Ponyo y Sōsuke prácticamente están viviendo un diluvio apocalíptico!
En fin, que Ponyo, a diferencia de su antecesora, consigue vivir como le place y su amor también es recibido, pese a ir contra las reglas del mundo, ¡ella no será castigada! Cosa que la moral de Andersen quizá no podía concebir.
¿De qué se trata Ponyo?: una chica que quiere ver el mundo y que elige a quién amar
Ponyo es una hija del mar, es una hermosa y extraña pez que viaja a la orilla y se enamora de un niño muy amable, tras ello se transforma en una niña y se convierte en la mejor amiga de Sōsuke.
La niña es recibida en casa de su amigo antes de que comience una especie de diluvio que hará que el mar prácticamente ahogue la isla, nadie sabe, pero ella es la razón, a final de cuentas está rompiendo el orden de la naturaleza. Sus padres la buscarán, por un lado, el padre intenta que regrese, y por otro, la madre quiere confiar un poco más en el mundo que la recibirá.
Sōsuke y Ponyo se mantienen juntos, comen y viajan, se conmueven desde los ojos infantiles que, muy a la japonesa, se mueven en un mundo de una manera perspicaz y responsable.
Los chicos tendrán que pasar algunas pruebas que validarán el aprecio que se tienen mutuamente, y consolidarán un final que, por mantenerlos juntos, será cálido, pleno y feliz.
La historia de Ponyo tiene cuestiones fantásticas que nos permiten aproximarnos a los infantes de una manera muy compleja e intensa. Puedes encontrar los símbolos, pero también puedes hacer una lectura de la historia tal y como la presentan: en medio de un mundo que se ahoga, el amor vibra, se recalibra, rompe jerarquías, reglas, como revolución, los niños aman, protegen, viajan y sueñan.
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¿Por qué ver Ponyo?
La animación es preciosa y caótica, ¡cuando los peces se mueven en conjunto, la transformación de Ponyo, cuando aparece la madre de la pequeña y en el momento en que Sōsuke tiene que tomar una decisión, vaya, pero si los detalles y el movimiento te harán moverte del asiento!
La jocosa y cálida animación de Ponyo es realmente única. Y si eso no te es suficiente, ¡la historia misma da para mucho! Los niños son maravillosos, y su travesía y sentimientos se dibujan de una manera reconfortante. Ponyo es un filme precioso y perfecto para el Día del niño y demuestra lo que es la literatura infantil, y en sí la literatura para niños: una literatura para todos.
Recuerda que actualmente Ponyo está disponible en el catálogo de Netflix.
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