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Los géneros y demografías de anime son extensas y llenas de matices; y al igual que en los géneros de literatura, las clasificaciones son flexibles y acaso algo necesarias, pero, acepto que nos sirven para organizar un poco las obras y asimilar nuestros gustos, además de aprender de las propuestas ubicadas con ciertos límites reconocibles. Por ello me gustaría compartir un poco los orígenes y causas de demografías especiales, particularmente por el Pride Month, refiero al yuri y el yaoi.

Los géneros que llegaron rápido y se popularizaron en Occidente fueron el shonen, el shojo, el spokon y, por supuesto, el mecha. Sin embargo, existen interesantes entregas que responden, al igual que las previas, a cuestiones sociales muy específicas de la comunidad nipona. No obstante, el hecho de que las demografías se hayan gestado respondiendo a particularidades, no las excluye de resonar para otros. 

Debido a esto, considero que es necesario puntualizar el origen del yuri y el yaoi por la importancia de su representación y para reafirmar su lugar en la contemporaneidad. 

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Los orígenes del yaoi y del yuri 

Tanto el yaoi como el yuri parten de bases queer, y ante los alcances de la demografía de manga mecha, en conjunto, sería imperdonable no señalar el Manifiesto Cyborg (1983) de Donna Haraway que nos permite pluralizar y criticar la construcción canónica del género sexual que, por supuesto, engendra nuevas narrativas como son las mencionadas anteriormente. 

Si hablamos de las primeras entregas de yaoi y yuri, es necesario remontarse  a sus raíces más lejanas e informales, en otras palabras: su nacimiento a través de trabajos derivados de obras preexistentes (que serían modificadas posteriormente). 

Hago hincapié esencialmente en los fanfictions, expuestos por medio de las voces sin rostro que se atrevieron a dar giros interesantes a las narrativas que, no se ven limitadas en ningún aspecto. Las letras anónimas se expresan sin temor a represalias o juicios, y gracias a ello son capaces de exponer diferentes escenarios. 

Particularmente, son los dōjinshi de Oriente que, como mangas independientes y autopublicados abrieron paso a la expansión del yaoi y yuri, destacando su formato de narrativa.  

A final de cuentas, tenemos trabajos que son alternativas a los originales, pero no son descabellados, ya que algunos guiños permiten que las narrativas emerjan sin desvincularse de la historia original. Partimos de estructuras firmes de las narrativas primarias. 

Banana Fish es un BL clásico.
Fuente: Studios MAPPA

Acerca del original contra la copia

Defender las copias y la reestructuración de las normas (deja de engañarte, nadie puede escapar del sistema) es importante, debido a que, lo que emerge de ello es crucial para el desarrollo de la sociedad, como en esta ocasión, una clase de demografía que actualmente incluso se posiciona como subcultura.

Jean Baudrillard comenta que en la posmodernidad, lo original contra la copia no mantiene jerarquía. Apunta más bien a un simulacro con datos de la realidad en la que una hiperrealidad desaparece lo real y genera un nuevo sistema de signos totalitarios. De esta forma, tanto la copia como el original parten de la misma base de datos, pero mientras el original suele contener arquetipos, una copia es capaz de brindar una nueva dimensión cultural. 

La copia que es capaz de romper los marcos establecidos debido a que existe como anormalidad, permite, incluso en sistemas tan estrictos como el japonés, crear diferentes dimensiones para las narrativas, en esta ocasión me refiero especialmente a las historias que abren ventana a las minorías que se enfrentan a las estructuras canónicas del mundo, para la cuales las diferentes representaciones son importantes, en esta caso porque les brindan un espacio propio. 

Banana Fish - Studio MAPPA- La historia de un par de jóvenes.
Fuente: Studio MAPPA

¿Qué hay detrás del yaoi y del yuri?

Por supuesto que detrás de ellos están el feminismo y la dualidad de términos esenciales de la sexualidad. Por un lado encontramos la heteronorma, mientras que por otro, el continuum que ofrece la homosexualidad y representación emergente de los años 90 (con una siniestra trampa de un nuevo dualismo).   

Si partimos de que estos dos conceptos son las raíces de los géneros, podemos diagnosticar las estructuras posteriores que servirán como nuevos caminos a las ya  establecidas canónicamente, pero que, innegablemente, en sus inicios, las contendrán como núcleo tradicional. 

La subcultura yaoi y yuri

El yaoi incluso es considerado una subcultura, y lo interesante son las implicaciones de su construcción. 

El yaoi desaparece el cuerpo de la mujer pero contiene sus deseos. Sin embargo, de una manera estratégica implica que no hay madre, por ende, tampoco la maternidad ejemplar, ni el rol mecánico. 

El yaoi brinda una forma de desarrollar los deseos sin ciertos peligros que podrían suponer los vínculos heterosexuales canónicos, desde las consecuencias de la apertura de la sexualidad hasta cuestiones más emocionales. 

Tanto el yaoi como el yuri enfocan un punto: el amor, y pese a lo que podría pensarse, no se vertebran por una relación sexual. No en sus inicios, cuando menos. Y esto a su vez supone particularidades especiales de sus orígenes. 

Yuri on Ice es una producción de Studios MAPPA.
Fuente: Studio MAPPA

Ante la alta presión de compromiso (en forma de matrimonio) y la expectativa de ello (la descendencia), pero a su vez, la dificultad de encontrarse y establecerse, las mujeres de Japón lidian con mucha presión social y ante esto, se generó un fuga: las demografías del yuri y del yaoi. 

¿Qué hay detrás del yaoi y del yuri? 

  • Sin competencia, no hay rechazo, debido a ello, las lectoras de yaoi pueden consumir el contenido sin dolor de anhelo. 
  • De manera ilusoria, pero a su vez como previo, se puede construir el ideal de una relación a través de una ficcionalización con individuos que no guardan jerarquía. 
  • Las chicas pueden evitar sus propios cuerpos, y lo que ello supone, el deseo.

Hacia un espectro humano del yaoi y del yuri

Pese a que los primeros pasos de la demografía no sirven realmente a la población minoritaria, y surgió propiamente de las necesidades y frustraciones de la población heteronormada, cabe mencionar que la integración de ello lentamente abre paso a las diferentes perspectivas que sí sirven a los propósitos, no sólo de representación, sino de indagación de problemáticas de las comunidades minoritarias. 

El origen del yaoi tiene raíces tenebrosas.
Fuente: Studio MAPPA

Por ejemplo, la fuerza que imprimió el yaoi apoyó la gestación del bara (ML o Men’s Love), un contenido creado principalmente para consumo masculino.  

Si bien, los espacios surgieron desde una necesidad precisa debido a la presión, ello no limita el desarrollo de una demografía mucho más audaz, responsable y protestante. En este Pride Month busquemos entregas que realmente den voz a las preocupaciones de nuestras queridas comunidades minoritarias.  

Cabe destacar que, si bien hablamos de yuri y de yaoi, estos no deben sobre entenderse como nuevas dualidades, las proponemos en bina en el presente artículo, pero no porque funcionen como dicotomías, sino por sus raíces. 

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