La fictosexualidad es un fenómeno social y tiene que ver directamente con nuestra comunidad otaku. Te comento algunas características, desde las complejas bases a reconocer al hablar de esto, hasta sus implicaciones. En pleno siglo XXI, las dinámicas y socializaciones sexoafectivas han abierto un panorama inmenso, se siguen construyendo las perspectivas de sensibilidad y autoconocimiento. También se estructuran las causas sociológicas, el espectro filosófico y los orígenes sensibles de cada inclinación sexoafectiva.
La fictosexualidad podría encontrar sus orígenes en Japón, que es la cuna del anime. El fenómeno se concibe cuando fanáticos se enamoran de personajes ficticios de sus anime favoritos.
En otras palabras, nos referimos a que se desarrolla una atracción sexual y un reconocimiento de afectos. Sin embargo, por supuesto que es una especie de sentimiento unilateral con base demisexual (la demisexualidad es la orientación sexual que requiere la creación de un vínculo afectivo para sentir atracción sexual).
¿Por qué causa extrañeza la fictosexualidad?
¿Cómo se codifica la fictosexualidad?
Destaquemos que el objeto amado en la fictosexualidad no corresponde, es un concepto de un ser humano pero además de ficcional a nivel ideológico, también lo es a nivel físico, en la medida de la física humana.
De esta manera, la fictosexualidad propone una especie de relación contemplativa.
La fictosexualidad es un concepto escurridizo por múltiples aspectos, en principio es un fenómeno emergente y es complicado tener un panorama completo y puntual.
Las primeras ideas que vienen al respecto son acerca de que la fictosexualidad sale de la norma, posteriormente se puede pensar en los conflictos que implica (la cualidad de la humanidad) y, quizá, por último lo genuino en ello.
¿Un mecanismo de defensa?: La fictosexualidad
La fictosexualidad podría ser un fenómeno parecido al desarrollo social del BL que implica que las fujoshi “escapen” del rechazo de sus potenciales parejas, o desde la cuestión de las idols, un acercamiento de admiración y posesión que se sostiene únicamente en una idealización conceptual incapaz de materializarse.
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El caso de Akihiko Kondo es conocido porque es el primero en declararse fictosexual. Además, se casó con Hatsune Miku, la vocaloid más popular de Japón.
Kondo aceptó que tras múltiples rechazos y después de pasar pésimos momentos de su vida en los que únicamente contó con la “compañía y apoyo” de Miku es que decidió pasar con ella el resto de su vida. De esta forma podemos ver qué tipo de desarrollo acorralador es el que lo llevó a su determinación de concebirse como fictosexual.
Es bien sabido que el éxito en Japón implica un matrimonio y ello hace que la población cargue con mucho peso de expectativas, incluso desde su vida personal romántica.
Es probable que la fictosexualidad emerja como uno de los mecanismos de defensa de los japoneses ante la presión social del matrimonio, especialmente para protegerse del rechazo, más para la comunidad otaku que aún es parte de la población marginal en Japón.
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La fictosexualidad y “la normalidad”
Definitivamente hablar de una afinidad sexoafectiva que en principio podría ser mayormente contemplativa es complejo, para comenzar no parte del espectro común de las relaciones humanas: humano con humano.
La fictosexualidad emerge de una comunidad que igualmente sale de la normalidad en Japón. La comunidad otaku también surge para evitar el sistema y es probable que la fictosexualidad tenga tintes de evitarlo en otro nivel.
Pensar que la fictosexualidad es anormal y poco saludable porque implica despegarse de la humanidad es, en cierto sentido, esperable, debido a que desafía todas las concepciones del amor, la sexualidad y las relaciones humanas tanto reales como a nivel digital.
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La fictosexualidad abre una nueva arista de conceptos y de la socialización de los humanos, de la humanidad en sí. Ello nos lleva a repensar las normas acerca de la capacidad humana para vivir y desarrollarse.
Además, ¿la fictosexualidad podría plantear a los “monstruos del futuro”? Si lo percibimos desde la perspectiva de cyberpunk con una base de Sci Fi.
La fictosexualidad y la humanidad
De esta forma, aquellos que prefieren la fictosexualidad no enfrentan los rechazos ni las negociaciones que implica intentar o tener una relación de pareja. No obstante, la desarrollan por el apoyo emocional que reconocen de sus personajes, debido a ello es que considero que la fictosexualidad puede ser reconocida dentro del espectro de la demisexualidad.
No obstante, este modo de relacionarse es individualista y aislante. Propone amar de manera silenciosa. Si hay algo que diferencia a los humanos de los demás seres inteligentes del planeta es la capacidad del habla. Ahora bien, esto lleva a repensar qué tipo de humanidad plantea esta forma de relacionarse y hacia dónde nos dirigimos como sociedad, por supuesto, sin asumir que la fictosexualidad es algo malo o que viene de personas “ridículas, freaks o enfermas”.
Sin embargo, desde luego que es interesante considerar qué nos hace humanos porque desde ahí viene el origen de los términos de la normalidad y sus consecuencias, además de todo lo que ellas significan para nosotros y cómo influyen en el desarrollo de nuestros apegos. ¿Qué nos hace humanos? ¿Por qué es necesario detenerse a pensar en esto?
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Planteamientos contemporáneos acerca de la fictosexualidad y la identidad digital
Ichiyo Habuchi, un investigador de la universidad de Hirosaki, de la prefectura de Aomori, Japón, ha estudiado a la sociedad japonesa particularmente en cuestiones románticas y de tecnologías. Entre sus artículos se encuentran los siguientes títulos:
- Social Media Usage and Translocality Among Japanese Young Adults
- Romantic Love and Media Usage Among Japanese Youth
- Anxiety for Marriage among Japanese Youth
- Social Media Usage and Translocality Among Japanese Young Adults
- Ordinary Usage of New Media: Internet Usage via Mobile Phone in Japan
Cada uno ayuda a contextualizar los fenómenos sociales y sus dinamismos particulares. Habuchi-sensei exhorta a respetar el espacio y la ideología de la comunidad fictosexual que expresa sus sentimientos tras un complejo camino.
La fictosexualidad va más allá de pensar en la normalidad de la afinidad sexoafectiva. Nace de un contexto particular sufrido por individuos igualmente específicos. Si bien no pertenece al espectro común de las relaciones sociales, quizá es más importante empatizar e intentar ver un panorama más amplio en vez de hacer un juicio binario acerca de la comunidad que lo ejerce. A final de cuentas es una afinidad que actualmente no daña a terceros.
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