Después de 13 años de espera, James Cameron por fin nos entregará Avatar: El Camino del Agua. La secuela de su enorme éxito de 2009 que nos lleva de regreso a los bellos pero peligrosos ecosistemas del planeta Pandora. La cual llega a los cines de México este 15 de diciembre.
Gracias a Disney, tuvimos la oportunidad de ver esta película antes de su estreno en los cines. Por ello venimos a compartirles nuestra opinión sobre esta cinta que lleva más de una década construyéndose. ¿Valió la pena la espera?
La historia de Avatar: El Camino del Agua sigue siendo simple, pero funcional
Una de las quejas más recurrentes con respecto a la cinta de Avatar de 2009 es su historia. Ya que muchos consideraron que simplemente era una especie de Pocahontas espacial con un toque de Danza con Lobos. Ahora El Camino del Agua tiene una historia simple, pero que por lo menos ya se siente más ‘única’
Aquí nos encontramos con Jake Sully y Neytiri quienes formaron una familia en los años después de la cinta anterior. Sin embargo, la paz que gozaron por años termina cuando los humanos vuelven a Pandora en busca de venganza. Así que ahora la familia Sully debe luchar por sobrevivir una vez más y buscar refugio en otras zonas del planeta.
Si bien no tiene giros que te vuelen la cabeza, sí cuenta con varios momentos y revelaciones muy interesantes. Sin mencionar que en el tercer acto se dan algunas acciones inesperadas de algunos personajes. Lo cual incrementa la sensación de urgencia e incertidumbre en el conflicto final.
Quizás lo más aplaudible de la historia de Avatar: El Camino del Agua es que profundiza más en el funcionamiento de Pandora. Lo que abre la puerta a conocer más facetas desconocidas de este planeta. Y claro que hay algunos puntos de la trama que se sienten deliberadamente inconclusos para continuar con esta nueva franquicia espacial.
También debemos aplaudir que aunque conocemos a varios personajes nuevos, se les da oportunidad de brillar a la mayoría. Además de que llegamos a conocer su sentir y las motivaciones detrás de lo que hacen. Hasta el villano resulta bastante interesante debido a esto.
Al igual que su antecesora, es todo un espectáculo visual
Por supuesto que algo muy esperado de Avatar: El Camino del Agua eran sus efectos visuales. Después de todo su antecesora fue un parteaguas en este ámbito dentro del cine e inspiró varias técnicas nuevas. Como era de esperarse, esta secuela es igual de espectacular que su antecesora, e incluso más.
Tal parece que James Cameron se planteó el objetivo de asombrar a la audiencia con cada toma, y lo logra. No solo los escenarios son vibrantes y coloridos, sino que por momentos llegan a verse como sitios de verdad y llenos de vida. Y esto no sólo aplica para los escenarios naturales, también los hechos por el hombre tienen su encanto.
Los efectos especiales de Avatar: El Camino del Agua logran mezclarse muy bien con los elementos reales. En otras cintas se sienten superpuestos los personajes reales en un entorno digital o viceversa. Pero aquí nunca se nota esto. Parece que todos están conviviendo realmente en el escenario.
Claro que aún no sabemos cómo impactará la tecnología de Avatar: El Camino del Agua a películas futuras. Sin embargo, creemos que fácilmente se convertirá en la nueva vara alta a superar. Honestamente es de las cintas que mejor se ven de los últimos años. De verdad se nota la enorme inversión de tiempo en su apartado visual.
Este además recibe mucha ayuda del diseño de producción. Consideramos que este departamento hizo un gran trabajo con las nuevas criaturas que conocemos y la nueva tecnología de los humanos. Ya que nos plantean un futuro y un entorno extraterrestre bastante interesantes de los cuales nos quedamos con ganas de ver más.
Avatar: El Camino del Agua no es perfecta
Por supuesto que no hay películas perfectas y Avatar: El Camino del Agua tiene un par de problemas. El primero de ellos es que peca mucho de explicar en exceso. No deja a la audiencia descubrir cosas por su cuenta, todo se los va dando con narración de Jake Sully.
También la duración llega a jugar un poco en contra de ella. En general la trama va avanzando a un buen ritmo. Sin embargo hay una parte a la mitad donde se siente como que no sucede nada. Más bien es un desfile de las tomas más asombrosas que se le ocurrieron a James Cameron.
Claro que ninguno de estos problemas es lo suficientemente grave para evitar que la disfrutes. Simplemente los mencionamos para que los tomes en cuenta. También, como una recomendación algo personal: si usas lentes quizás quieras evitarla en 3D. Ya que si bien es un deleite visual verla en este formato, tu nariz podría sufrir con el peso de dos pares de lentes por tres horas.
¿Valieron la pena los 13 años de espera?
La respuesta a esta interrogante es un rotundo sí. Avatar: El Camino del Agua es una secuela que logra superar con creces a su antecesora. Ya que tiene una historia mejor y mas interesante, así como efectos bastante mejorados. Sin mencionar que expande de muy buena manera lo que nos introdujo la primera parte.
Aún si no eres un fanático de su antecesora, consideramos que es una película que vale mucho la pena ver. Ya que es el perfecto ejemplo del escapismo cinematográfico. Pues nos permite ver mundos que quizás nunca habríamos imaginado para olvidarnos un momento de la realidad.
Sin duda lo visual es su más grande fortaleza y tan sólo por ello vale mucho la pena ir al cine a verla. Dudamos que se logre la misma sensación de asombro en una televisión, sin importar de cuántas pulgadas sea. Presenciar el mundo de Pandora en una pantalla de cine es la mejor manera de hacerlo. Avatar: El Camino del Agua es un perfecto ejemplo de por qué vamos al cine y por qué no debería desaparecer en favor del streaming.
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