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Shadow Labyrinth: la oscura reinvención de Pac-Man que no logra escapar de sus propios fantasmas

Shadow Labyrinth reimagina a Pac-Man en clave metroidvania con un tono oscuro, pero tropieza con su historia y sistema de combate.

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Shadow Labyrinth
Overall
70%
70%
  • Mecánicas de juego - 70%
    70%
  • Historia - 70%
    70%
  • Música - 70%
    70%
  • Gráficos - 70%
    70%

Summary

Queda muy claro que Bandai Namco buscó entregar algo arriesgado y original con Shadow Labyrinth, el problema es que la dirección se quedó corta y no entregó una experiencia del todo grata. Sí, es un juego con muchos momentos brillantes, pero las deficiencias son tales que te quedas pensando en si este título hubiera mejorado en caso contar con mejores elementos en su producción.

  • Genero: Metroidvania
  • Plataforma: Nintendo Switch, Nintendo Switch 2, PS5, Xbox Series X|S, PC
  • Estreno: 18/07/2025
  • Publicador: Bandai Namco
  • Desarrollador: Bandai Namco

Shadow Labyrinth es el intento más audaz de Bandai Namco por reinventar a una de sus propiedades más queridas: Pac-Man. Lejos del tono alegre y colorido de los laberintos de píxeles, esta propuesta oscura nacida tras el episodio “Pac-Man: Circle” de la serie Secret Level de Amazon Prime, introduce al emblemático personaje en una atmósfera de horror corporal, dilemas existenciales y combate metroidvania.

Sin embargo, aunque la premisa promete, la ejecución termina siendo un laberinto más frustrante que emocionante. Esto es porque la historia parece una especie de malviaje que no sabes cómo comenzó o como terminará. ¡Vamos! En el papel, la propuesta luce y se siente muy interesante, pero el producto final si nos deja pensando en más de una cosa.

Ahora bien, hay ideas muy rescatables, contenido muy entretenido y varias cosas por comentar. Asimismo, no pierdas de vista que también existen muchos bemoles en un metroidvania que, por muchos momentos, se siente cansado o sin una dirección bien definida. No es queja, pero creo que con un poco más de planeación, Shadow Labyrinth hubiera quedado mucho mejor.

Por esa misma razón, vamos a contarte cómo nos fue con este título que nació a partir del episodio de una serie de documentales para televisión y que de seguro en su momento llamó tu atención.

Una nueva cara para un clásico personaje

La historia de Shadow Labyrinth parte con una idea interesante: el jugador asume el rol de un espadachín amnésico, invocado desde otra dimensión para ayudar a “Puck” (nombre original japonés de Pac-Man) a escapar de un planeta hostil. Este Pac-Man reimaginado es manipulador y siniestro, como una entidad parasitaria que va devorando jefes finales tras cada combate.

Sin embargo, pese a ese planteamiento intrigante, el argumento se pierde rápidamente entre “tecnoblabla” innecesario, diálogo críptico y giros que carecen de impacto.

Shadow Labyrinth, cutscene
Fuente: Bandai Namco

La narrativa es opaca, y el jugador se siente más como un pasajero que como un protagonista. A pesar de ciertos guiños interesantes al universo Bandai Namco —como cameos de enemigos de Galaga, Dig Dug o NPCs de Bosconian—, todo se siente desconectado y desaprovechado.

Uno pensaría que al tratarse de un metroidvania, lo que menos importa es la historia, sin embargo, lo que nos ofrece Shadow Labyrinth si es algo ciertamente cuestionable que bien pudo ser mucho mejor, con un poco más de coherencia o guiños a otras franquicias de Bandai Namco.

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El diseño lucía prometedor, especialmente por su oscuridad

La estética de Shadow Labyrinth sigue la tradición de los Metroidvania de corte lúgubre, pero falla en dar identidad visual a sus escenarios. Predominan los entornos cavernosos e industriales con diferencias mínimas de paleta de color. Salvo contadas excepciones como un valle lleno de flores venenosas o túneles que solo se iluminan al activar cráneos brillantes, el diseño de niveles tiende a ser monótono.

Y aunque el mapa se va expandiendo con bifurcaciones y secretos, la falta de señalización clara y el diseño confuso pueden convertir la exploración en una experiencia frustrante.

Shadow Labyrinth, Pac-Man
Fuente: Bandai Namco

No hay marcadores, y las pistas que puedes comprar son deliberadamente vagas. Esto, sumado a secciones que no llevan a ninguna parte, hace que encontrar el camino correcto dependa más de la paciencia que de la lógica.

Ojo, no es que el juego deba de resolverte la vida así nada más, pero sí esperaría un poco de más claridad en algunos aspectos básicos cuando exploras. Este apartado puede resultar un poco subjetivo, porque se supone que entre más difícil mejor el “metroidvania”, pero también se requiere un diseño mejor pensado, hasta para que ser tryhard tenga un poco de sentido.

La experiencia del combate pudo ser mejor

El combate de Shadow Labyrinth parte de una base sólida: una combinación de ataques básicos, esquivar y habilidades especiales que consumen una barra de energía (ESP). Sin embargo, el sistema falla por su poca variedad y mal balanceo.

La mayoría de los enemigos son clones con diferentes colores, y sus patrones de ataque no ofrecen verdadero desafío táctico. Eso sí, el juego no te da espacio para la equivocación, porque al mínimo roce ya tienes un daño asegurado y eso puede generar un poco de frustración en la experiencia de combate.

Shadow Labyrinth, Exploración
Fuente: Bandai Namco

Los jefes, por su parte, tienden a ser largos y en algunas ocasiones tediosos. Se basan en patrones básicos de reconocimiento y resistencia, con escasa variedad de mecánicas. La falta de checkpoints adecuados agrava la experiencia: morir puede significar repetir largos tramos sin pociones ni descansos reales.

Como te lo mencioné, muchos de estos problemas recaen principalmente en el tema del diseño de niveles y por ende, en cómo arribas a ciertos puntos. Creo que podríamos tener algo más como juego, pero se quedaron cortos. Esto puede ser una cuestión de ambición y no salió como buscaban.

Las secciones de Pac-Man están geniales, pero la progresión es un problema

Uno de los mayores problemas del juego es el ritmo de progresión. Las habilidades fundamentales como el doble salto o el gancho tardan horas en desbloquearse, afectando negativamente la experiencia de exploración y las plataformas. Si bien hay momentos inspirados que recuerdan a Celeste, el tiempo que toma llegar a ellos desincentiva seguir adelante.

En términos de personalización, los “perks” en Shadow Labyrinth ofrecen pequeñas ventajas, como ver barras de vida o reducir el coste del ESP, pero no modifican sustancialmente el estilo de juego. Incluso las transformaciones en “mech-dragón Pac-Man” se reducen a sesiones de pulsar botones sin sentido alguno.

Shadow Labyrinth, Laberinto
Fuente: Bandai Namco

Los momentos donde puedes controlar directamente a Puck recuerdan a los clásicos laberintos de Pac-Man, con su icónico “waka waka waka” y todo. Aunque el control es torpe —solo puedes saltar en tres direcciones—, estas secciones ofrecen un respiro de creatividad. Sin embargo, cuando se combinan con combate o enemigos, la falta de movilidad y mecánicas defensivas arruinan la experiencia. Un error de diseño incomprensible considerando el potencial del personaje.

Las secciones tipo “Maze”, inspiradas en Pac-Man Championship Edition, son de lo mejor del juego. Con una estética neón vibrante, música enérgica y mecánicas de señuelo o plataformas armadas, destacan por encima del resto. Lamentablemente, el temporizador estricto y el control limitado restan fluidez, impidiendo que brillen por completo.

Lo bueno… y lo que pudo ser mejor en Shadow Labyrinth

Pese a sus muchas fallas, Shadow Labyrinth no es completamente desechable. Tiene momentos de inspiración, especialmente cuando integra elementos del legado de Namco en su mundo. La ambientación, aunque limitada, logra momentos inquietantes. Y el sistema de combate, pese a sus deficiencias, tiene una base que podría pulirse en futuras entregas.

Pero son precisamente esas oportunidades perdidas las que duelen más. Con un universo compartido prometedor (la United Galaxy Space Force), referencias nostálgicas bien colocadas y una reinterpretación valiente de Pac-Man, este juego tenía todo para convertirse en algo especial. En lugar de eso, queda como una curiosidad a medio camino: más frustrante que divertida, más ambiciosa que efectiva

Shadow Labyrinth, Boss Fight
Fuente: Bandai Namco

¿Deberías comprar Shadow Labyrinth?

Shadow Labyrinth es una arriesgada reinvención del legado de Pac-Man, que apuesta por una narrativa oscura y un enfoque metroidvania. Lamentablemente, su historia críptica, combate repetitivo, progresión mal medida y diseño de niveles deficiente lo condenan a la mediocridad. Con todo, algunos destellos creativos —como las secciones Maze y la integración del universo Namco— logran sobresalir, ofreciendo momentos que invitan a imaginar un juego mejor ejecutado.

Queda muy claro que Bandai Namco buscó entregar algo arriesgado y original con Shadow Labyrinth, el problema es que la dirección se quedó corta y no entregó una experiencia del todo grata. Sí, es un juego con muchos momentos brillantes, pero las deficiencias son tales que te quedas pensando en si este título hubiera mejorado en caso contar con mejores elementos en su producción.

Shadow Labyrinth
Fuente: Bandai Namco

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Jugamos Shadow Labyrinth en Nintendo Switch 2 con un código proporcionado por un representante de Bandai Namco en nuestra región.