Minecraft es la experiencia más versátil en la historia de los videojuegos y a las pruebas me remito. Tiene una de las comunidades más activas, streamers ganan cientos de miles de dólares con este juego, ¿qué no puede hacer bien en este título que ya hasta tuvo un dungeon crawler estilo Diablo? La respuesta es un RTS en Minecraft Legends.
No voy a mentir, el primer avance lucía muy atractivo, especialmente por todos los elementos de estrategia que giraban a su alrededor. Eso de derribar murallas y torres que lanzan flechas no solo se ven bien en un juego como Age of Empires, también en Minecraft Legends, pero algo salió medianamente bien. Porque ojo, no es un fracaso, todo lo contrario, es una buena tarea que está incompleta o carece de argumentos.
La base de la aventura es demasiado infantil, no en el contexto errado de que sea un juego bobo o demasiado sencillo de llevar, es más que nada que la justificación de los buenos contra los malos parece sacada de la chistera de un mago con pocos trucos bajo la manga. Sí eres el tradicional héroe anónimo con decenas de trajes y apariencias por combinar cabalgando en un corcel al que le puedes poner skins, pero de ahí no pasa.
Minecraft Legends tiene la apariencia, los elementos, incluso las bases del juego original de Monjang, pero se queda en la raya al intentar salir de esa línea que lo vuelve una propuesta del montón con un nombre popular que te hace pensar: “esto podría ser genial”, pero no lo es.
¿De qué va Minecraft Legends?
Imagina que eres el héroe que llegó de un Isekai
La ventaja de Minecraft, como experiencia, es que creas tu aventura a placer y puedes generar toda clase de historias con tu imaginación. Lo único que necesitas es ser realmente ocioso y creativo para armar las cosas más increíbles. La cuestión es que alguien con poca idea supo explotar esto a la hora de contextualizar la aventura de Minecraft Legends.
Tomas a un personaje de varios disponibles, luego tomas a un corcel que puede tener diferentes skins y de pronto tres personajes diametralmente opuestos ven en ti al nuevo salvador. La cosa se pone realmente incómoda cuando el más grande y bruto de los tres tiene la voz (en español para Latam) de un personaje de Disney realmente cariñoso. Sí, desde lejos suena chistoso y que rompe esquemas, pero, también es molesto.
Si vas a tener a tres “sabios” apoyándote, tal vez lo ideal es que su personalidad sea menos plana que la de un cuento gastado en una estancia infantil. En la primera hora de juego te dan a entender que lo más importante a realizar durante esta aventura es que nunca olvides conseguir materiales y crear cosas. Hasta aquí la idea suena genial, pero en la práctica es muy limitado. A diferencia del juego original, aquí tienes una hada que sale de una caja y recolecta todo por ti.
Este ejercicio se repite y deforma una y otra vez, porque la complejidad va cambiando conforme va avanzando el juego. Empiezas con piedra y roca y después ya está creando fuertes, minions y armando una guerra contra los piglins que son el enemigo genérico que es controlado por alguien más.
Hay fabricación, pero no es nada abierta
El chiste de uno de los juegos más ambiciosos de la historia de los videojuegos es que crees y seas creativo al mismo tiempo. Que escarbes, consigas materiales, sobrevivas y demuestres que puedes enfrentar amenazas como creepers, lobos y demás. Sí, es muy abierto, casi procedural, y esa es la gracia. Minecraft Legends tiene todo muy establecido, no te da suficientes herramientas como para armar una aventura abierta.
Pero no olvidemos que esto es un RTS, un juego de estrategia en tiempo real en el que debe haber ciertos límites y debes de pensar cada uno de tus movimientos. El primer paso será aprender a obtener madera, luego la piedra. Aprendes a crear minions, cada uno con una característica como lo es atacar a distancia o de cerca. Eventualmente harás minions que curen, otros mucho más fuertes.
Las creaciones no solo influyen en el apartado de tener a personajes que obedecen tus órdenes, también en hacer mejoras para tener materiales más útiles. También la creación de defensas, muros y demás. Si jugaste algún título de defensa de torre o tal vez un Age of Empires, más o menos tienes una idea de lo que te enfrentas. El problema es que la cámara es en tercera persona y eso arruina todo el chiste de lo que un RTS debe de ser.
El apartado de la creación de objetos dentro del juego tiene límites, eso no está a discusión. Es más bien que te sientes tan atado de no poder hacer algo más que la sorpresa se pierde y la experiencia se va al demonio. Esa es la realidad, la diversión envejece rápido y pierde todo el chiste.
Un combate desorganizado para ser un RTS
Buena parte del combate de Minecraft Dungeons depende mucho del manejo de tus minions, que en lo más básico son los golems de piedra o los “como perritos” de madera que lanzan flechas. Para el caso, estos personajes desechables, más los demás, tienen un funcionamiento ciertamente deficientes. Es como si no estuvieran programados para evadir los peligros, sino para meterse en ellos.
Ahora, el juego te da suficientes herramientas para comprender que puedes mandar una unidad a destruir una muralla o a varias a luchar contra los piglings o las demás criaturas que quieren detener tu camino. Claro, tu personaje también puede intervenir en los combates, pero igual su actividad es pasiva, especialmente cuando debes recolectar los distintos recursos.
Cuando estás a la ofensiva, repartiendo caña en campo abierto, pues no ves los errores de la inteligencia artificial, como todos están haciendo algo útil, pues no tienes por qué quejarte. Pero cuando ya se trata de atravesar un puente y que terminen cayendo solos en lava, entiendes que la IA no es muy útil que digamos.
Vamos, hay un serio e inútil apartado de manejo de cada una de las unidades. Les dices a los golems que vayan primero, pero esos pasos son ciertamente inútiles y desorganizados, por eso los RTS se juegan con una cámara por arriba o moviendo unidades una por una. Sí, es un fallo grave, pero al menos lo intentaron.
Exploración como en Minecraft, pero con límites
El mapa de Minecraft Legends es más o menos amplio, tanto que sí se vuelve útil que tengas ciertos puntos para realizar viajes rápidos. El chiste del juego, al menos en el inicio, es que ayudes a las villas de los aldeanos a ser liberadas de los piglings. Ir de punto A a punto B, puede ser linear, pero como en el mapa hay varios puntos de exploración, pues te tomas cierto tiempo para encontrar materiales y demás.
Los biomas dentro del juego son los tradicionales de la serie de Minecraft. A veces hay mucho verde, en otras de pronto hay hielo y mucha nieve. Todo va variando, incluso el día y la noche, detalle que brinda cierta profundidad a la experiencia de juego. La cuestión es que moverte de un sitio a otro, puede no ser tan sorprendente.
Esto último es uno de los problemas más grandes que tiene Minecraft Legends, simplemente no puedes hay tanta sorpresa o descubrimiento orgánico como en el videojuego original. Sí, este es un argumento muy severo, especialmente cuando sabes que tienes las mecánicas de un RTS frente a ti, pero hasta Age of Empires tiene su grado de asombro.
La progresión es paulatina, vas aprendiendo a general otros materiales, crear estructuras, todo al alcance del control de Xbox o, en su defecto el manejo de un mouse y teclado si da la casualidad de que juegues en PC. El videojuego sigue una lógica muy clara y tal vez es por eso por lo que sientes las manos atadas durante una buena parte del tiempo.
El ambiente es congruente, pero falta la sorpresa
Minecraft Legends funciona como un spin-off que se toma muchas libertades. No es que tomes un pico y empieces a generar recursos, tienes una especie de hada que los recolecta por ti mientras das direcciones a todos los minions que también vas creando como una repostería galletas.
Si eres un videojugador que gusta mucho de todo lo que tiene que ver con Minecraft, es muy probable que vayas a disfrutar cada centímetro de un mundo con muchos detalles y una apariencia familiar, el problema se da cuando con el paso del tiempo, todo se vuelve aburrido y cíclico. Construyes, vas a un puesto de avanzada de piglings, tienes un combate más o menos entretenido y repites.
Los juegos con una alta dosis de estrategia tienen que ser flexibles o contar con un poco de complejidad dentro de su amabilidad. No tiene mucho sentido ver desorden por todos lados y llegar a un punto donde no te explicas cómo fue que alcanzaste esa meta. Vamos, en general, los villanos, personajes originales y la ambientación le dan cierto sabor al juego, pero, también no son suficientes como para sostenerlo. Incluso hay una diferencia abismal con las animaciones prerendereadas con el mismo juego, como si se apagara y encendiera el RTX.
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¿Deberías comprar Minecraft Legends?
Minecraft es una máquina de hacer dinero a través del videojuego, juguetes, legos y demás. Los spin-offs son un ejercicio lógico, especialmente cuando quieres acercar la IP a otro sector de jugadores, la cuestión es que a veces estas ideas no son tan bien ejecutadas y pueden resultar en un somnífero.
El problema de Minecraft Legends es que a pesar de que puede ser un juego entretenido, carece de los suficientes argumentos que es un buen RTS. Conseguir materiales y explorar puede ser entretenido, incluso algunas batallas puede ser épicas, pero la mayor parte del tiempo, el juego se queda corto tratando de ofrecerte algo que no tiene, y eso es tratar de ser algo que no es.
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