Reseña: Dustborn – un ambicioso road trip musical

Desde hace unos años Quantic Dream comenzó con su nueva marca conocida como Spotlight. Mediante ella comenzaron a publicar ciertos videojuegos independientes para darles una oportunidad de llegar a más personas. Su más reciente lanzamiento es el título Dustborn creado por el estudio Red Thread Games. 

Tuve la oportunidad de jugarlo y por ello aquí te comparto mis pensamientos sobre esta nueva odisea narrativa que nos presenta un road trip bastante singular por los Estados Unidos en compañía de personajes muy diversos. ¿Vale la pena? Aquí te lo cuento.

¿De qué trata Dustborn?

La historia de Dustborn nos pone en control de una joven adulta llamada Pax. Ella junto con un grupo conformado por Theo, Noam y Sai. En el momento en el que los conocemos sólo sabemos que robaron un artefacto y deben viajar por una extraña versión futurista de los Estados Unidos de América.

Cabe destacar que esta versión del país incluye robots que desempeñan diferentes actividades y una fuerza policial bastante orwelliana. Sin mencionar una especie de cataclismo que causó que ‘voces’ se adentraran en las mentes de las personas. Además de que apareció gente que comenzó a tener poderes relacionados con el uso de las palabras.

Dustborn no pierde mucho tiempo en dar explicaciones. Prácticamente desde los primeros minutos ya te pinta a los protagonistas como un grupo fugitivo de la ley, pero sin muchas respuestas. El por qué y cómo llegaron a este punto se va desvelando poco a poco mientras avanza la historia.

El lanzarnos de lleno y sin respuestas es un arma de doble filo. Por un lado resulta interesante el conocer quiénes son estos personajes y las razones detrás de su viaje para los jugadores más pacientes. Sin embargo, el inicio del juego es algo lento y tardan bastante para comenzar a dar respuestas, por lo que algunos podrían rendirse antes de probar todo lo que puede ofrecer.

La jugabilidad es toda una cajita de monerías

Dustborn es un videojuego más enfocado hacia la narrativa y esto se refleja en su jugabilidad. La mayoría del tiempo estamos en conversaciones con el resto de nuestro acompañantes y con otras personas. Aquí tenemos opciones de diálogo que pueden alterar tanto el avance de la narrativa como la manera en la que otros personajes reaccionan a nosotros.

También tiene un componente de exploración aunque bastante básico. Todos los objetivos tienen enormes letras amarillas sobre ellos para que no los pierdas de vista. Quizás donde hay más libertad es a la hora de resolver ciertos problemas del escenario que te impulsan a aprovechar las habilidades de tus acompañantes. ¿Utilizar la fuerza sobrehumana de una para abrir una puerta o mejor te vas por el sigilo de forzar la cerradura de otro?

Claro que eso no es lo único que haces en Dustborn. También tiene un componente de juego de ritmo, pues los protagonistas usan la tapadera de ser una banda de rock. Por esto de vez en cuando deben presentarse ante diferentes públicos. La jugabilidad de estas secciones te tiene apretando el botón correcto en el momento indicado para seguir el ritmo.

Finalmente tenemos el componente de combate. Aquí Pax utiliza un bate especial para dar golpes cuerpo a cuerpo e incluso puede lanzarlo para dar golpes a distancia. También hacemos uso de sus poderes especiales con las palabras que pueden empujar a nuestros enemigos o hasta causar que peleen entre ellos.

En algunas secciones del juego también tenemos la oportunidad de reunir ciertos espíritus que meten pensamientos negativos en la mente de las personas. Después podemos usar su poder para incrementar nuestro propio arsenal de palabras para usar en los enfrentamientos.

La presentación de Dustborn te hará sentir en un cómic

En cuanto a la presentación de Dustborn, su estilo visual se parece bastante al de un cómic. Los personajes y escenarios cuentan con estética cel-shading. Además de que ciertos sonidos y los objetivos se presentan con enormes onomatopeyas y tipografía típica de este medio impreso.

Por si fuera poco, el avanzar en su historia precisamente va construyendo un cómic literal donde se presentan todas nuestras decisiones. Al leer sus paneles también nos presenta la oportunidad de ver las decisiones que hicieron otros jugadores en partes clave de la historia. Esto también podría impulsarte a jugar esta experiencia una vez más en busca de situaciones o incluso un final diferente.

Además de su estética muy atractiva, Dustborn también nos presenta un Estados Unidos alterno visualmente muy interesante. A la vez parece un escenario futurista pero repleto de tecnología ochentera como cuasi game boys antiguos y máquinas de arcades con un pequeño toque de Guerra Fría.

Su ambición sirve tanto a su favor como en su contra

Dustborn tiene elementos de aventura gráfica, de simulación de citas, de juego de ritmo y algo de combate. La realidad es que combina bastante bien todos estos elementos dentro de lo más fuerte que tiene: su narrativa. Sin embargo tanto alcance le hace quedarse corto en varios aspectos.

Precisamente debido a que quiere hacer muchas cosas a la vez el resultado final no destaca totalmente en sus apartados de jugabilidad. Todo se mantiene en lo más básico y realmente no ofrece nada totalmente novedoso. Quizás se habría beneficiado de más enfoque en ciertos elementos en lugar de esparcir la atención en múltiples direcciones.

Aún en su apartado más fuerte que es el de tomar decisiones para influir la narrativa en ocasiones se siente muy restringido. Es decir, algunas situaciones me parecieron que te empujaban sólo hacia un camino sin tanta posibilidad de elegir alternativas. De hecho hubo varias situaciones donde intenté varias opciones hasta que sólo quedó ‘la correcta’. Quizás los desarrolladores no querían desviarnos mucho en estos puntos, pero se siente demasiado ese control y esa presión cuando lo más interesante es ver qué tantas ramificaciones tienen nuestras decisiones.

¿Deberías darle una oportunidad a Dustborn?

Como mencioné, Dustborn es un videojuego bastante ambicioso que podría atraer a diferentes públicos. Desde amantes de los juegos de ritmo, títulos con múltiples caminos que tomar, hasta quienes disfrutan los hack n slash y quienes simplemente quieren una buena historia.

Si bien se aplaude el intento de Red Thread Games, su ambición juega un poco en su contra al no dejar brillar como se debe a ninguno de sus sistemas. Claro que se trata de un desarrollador independiente, por lo que se aplaude el que hayan tomado el riesgo de darnos tantas cosas a la vez. Probablemente para su siguiente juego hallarán un mejor balance.

Aún con sus fallos, logra darnos una historia interesante con una presentación atrapante y una intrigante versión de los Estados Unidos que te invita a descubrir los misterios de su historia alterna. Así que si eres muy fanático de las aventuras gráficas, seguro tendrás un buen tiempo con Dustborn. Si llegas a jugarlo no olvides pasar a nuestro Discord para hablar sobre él.

Jugamos Dustborn en PlayStation 5 con un código proporcionado por un representante de Quantic Dream en la región.