El E3 del 2013 se grabó muy bien en la memoria de los seguidores de Tom Clancy’s, pues durante la conferencia de Ubisoft se presentó The Division, un shooter que lucía extremadamente prometedor, y no solo por su jugabilidad, también por sus gráficos.
Después de quedar hypeados al máximo la emoción se fue transformando en duda, pues los dos años posteriores revelaron notables downgrades en el apartado gráfico, alejándose de lo que habían mostrado originalmente.
En 2016 por fin llegó The Division, y para desgracia de los fans, la experiencia quedó mucho a deber.
Lejos de abandonar el proyecto, el equipo detrás de este título puso manos a la obra implementando jugosos cambios que, después de unos cuantos DLC, lograron mejorar notablemente la experiencia.
Tres años después Ubisoft regresó con The Division 2, una nueva apuesta que prometía darnos ese título que tanto deseamos ver en un principio, y por suerte, lo lograron.
El día que Washington cayó
Han pasado siete meses desde nuestra primera incursión en Nueva York, pero esta vez el panorama luce mucho más desolado.
¿Recuerdas eses pequeños grupos de personas que podías ver mientras recorrías las calles en el primer juego?, pues se fueron. Ahora las avenidas lucen desoladas y poco a poco la naturaleza ha empezado a reclamar su territorio sobre ellas.
Los pequeños rastros de civilización comienzan a difuminarse, y los lugares que antes eran inundados por turistas, ahora son hogar de perros salvajes y hasta ciervos.
Tal ha sido impacto de la gripe en este tiempo que Washington, el centro del gobierno de Estados Unidos, ha caído para dar paso a un pequeño cuartel en donde empieza nuestra aventura.
Como miembro de The Division tu viaje comienza defendiendo uno de los últimos bastiones humanos de la Unión Americana, pero la situación se torna tan crítica que te ves obligado a emprender una nueva misión.
El Washington post apocalíptico nunca antes se vio tan bien
The Division 2 es comparable a encontrarse con un viejo amigo al cual le ha ido bien, pues sigue manteniendo la esencia del primer juego pero es evidente que ha crecido para bien.
La interfaz luce muy parecida a como la recuerdas, así que casi de inmediato te sentirás familiarizado con ella, de igual manera, los controles no tienen mayor dificultad y podrás lanzarte al combate sin problemas.
Es aquí donde debo mencionar el primer cambio notorio, pues los gráficos te sorprenderán una vez que llegues a tu primer encargo.
Al estar en un mundo abierto, debes darte la oportunidad de detenerte de vez en cuando a contemplar el paisaje, pues los juegos de luces así como su contraste con las texturas te brindarán momentos dignos de contemplarse.
La recreación de la ciudad es impresionante, pues las calles, así como la ubicación de ciertos edificios históricos te hace sentir que en verdad estás en una réplica exacta de Washington.
Por supuesto que podrás recorrer libremente las calles, siempre y cuando tu nivel te lo permita, pero debes tener muy presente que la mayor parte del tiempo te la pasarás dentro de edificaciones.
Esto no es necesariamente malo, pues hasta los cuartos y pasillos interiores fueron construidos con extremo cuidado para lucir reales y para brindarte los elementos necesarios para sobrevivir.
Cada zona está creada con una lógica muy clara que te permitirá planear estrategias de supervivencia, y esto es de vital importancia para avanzar, pero de eso hablaremos más adelante.
Antes de pasar a la siguiente parte de esta reseña quiero hacerte un último comentario, y este tiene que ver con el comportamiento del ambiente, pues este cambia constantemente gracias a un ciclo de día y noche, el cual, de vez en cuando se acompaña con elementos como lluvia.
Si de pronto te aburres de repartir plomo, te recomiendo que te detengas un momento en un lugar que parezca tranquilo y dejes correr el tiempo poniendo atención a los detalles. No te dará puntos extra ni equipo, pero te permitirá apreciar la complejidad de la construcción del mundo.
Un repetitivo combate que se disfruta al máximo
Hemos llegado a la parte que representa la parte central de The Division 2, pues no podríamos llamarle shooter a un juego sin disparos ¿verdad?
Probablemente ya lo sepas, pero a pesar de tener una ciudad entera para recorrer, la mayor parte de la acción se desarrolla en entornos cerrados similares a mazmorras.
Estos circuitos están diseñados para ser completados en equipo, aunque si eres hábil y valiente puedes lanzarte como Rambo y salir victorioso.
Aquí es donde se vuelve evidente que el equipo detrás del juego hizo un buen trabajo, pues en la primera entrega los niveles parecían repetitivos y aburridos.
The Division 2 sigue siendo repetitivo, pero esta vez cuentas con un satisfactorio sistema de progresión que tanto hizo falta hace tres años.
Tu misión en cada uno de estos recintos será la de asesinar enemigos, lootear, y completar objetivos diversos. Esto se repetirá una y otra vez cambiando la configuración de amenazas y del entorno, y aunque suena aburrido, créeme que no lo es.
Gran parte de la emoción que se vive viene de dos factores, el primero es la inteligencia artificial del enemigo y el segundo tu habilidad para enfrentarlos.
En este título te enfrentas a hordas de villanos que no se quedarán escondidos disparándote, pues ahora son capaces de organizarse para tenderte emboscadas efectivas y ponerte en aprietos.
El diseño de niveles forma parte importante para salir bien librado, pues contarás con diferentes formas de cubrirte e incluso posicionarte en un lugar que te permita sacar ventaja del terreno.
Obviamente vencer no será fácil, pero debes tomar cada una de tus misiones como una prueba en la cual demostrarás estar listo o no para la siguiente fase.
Armado hasta los dientes
Proteger a los más débiles en un mundo inundado de criminales no es tarea fácil, así que los agentes de The Division requieren del armamento más sofisticado para cumplir su deber.
Tu personaje podrá escoger hasta tres armas de un inmenso arsenal que incluye pistolas, ametralladoras, subfusiles, rifles de asalto, escopetas y rifles de francotirador.
Siempre puedes intentar completar las misiones con el mismo set, pero si aprovechas la inmensa gama de opciones que tienes, puedes elegir una combinación que se adapte a los diversos escenarios.
Una de las mejores partes del armamento es que cada elemento cuenta con su propia “personalidad”, y con esto me refiero a que las armas no se sienten todas iguales, pues su sonido y cadencia de tiro hacen que se distingan.
Esto lo notarás fácilmente a través del control y las bocinas de tu televisión o tus auriculares.
Por último, pero no menos importante, cada agente cuenta con un conjunto de artefactos tecnológicos que serán clave para superar los desafíos.
Entre estos cachivaches se encuentran ametralladoras autónomas, drones, minas dirigidas, radares y hasta objetos de curación, mismos que pueden adquirir una especialización con habilidades únicas.
El loot por fin funciona
Una de las grandes quejas del juego original fue que resultaba complicado armarse, pues la distribución del loot no era la más adecuada; sin embargo, en esta secuela logra establecer un equilibrio que hace las cosas más justas.
A lo largo de tu viaje te encontrarás con enemigos poderosos, pero matarlos no te garantiza que te harás con un objeto especial. Esto puede sonar injusto, pero no lo es, ya que existe una gran posibilidad de encontrar equipo valioso en el cadáver de uno de tus rivales.
Una historia a la que le faltó más desarrollo
Las historias que dan paso a los videojuegos basados en obras de Tom Clancy’s siempre son interesantes; sin embargo, la ejecución es la que a veces queda a deber.
The Division 2 cuenta con un argumento prometedor, pero su narrativa no logra progresar de una forma que termine atrapando al jugador en ella, de hecho, solo funciona como un accesorio que te guía a través de las misiones.
Con esto no quiero decir que carezca de momentos interesantes, pero no son suficientes para señalar este apartado como una fortaleza.
Básicamente, la historia se cuenta a través de las misiones primarias, mismas que se complementan con algunas asignaciones secundarias y solo te indican que has logrado avanzar satisfactoriamente.
Lo mejor viene al final
Justo en este apartado está la verdadera “carnita” del juego, pues una vez que superas la historia y alcanzas el nivel máximo todo cambia.
No te vamos a decir exactamente qué ocurre, pero un suceso te obliga a comenzar de nuevo, pero esta vez no es para subir de nivel, sino para conseguir el mejor equipo y convertirte en el guerrero definitivo.
Si las armas comunes llegan a parecerte aburridas, no te preocupes, pues en cierto punto del juego puedes desbloquear especializaciones, las cuales te dan acceso a una ballesta, un francotirador o un lanzagranadas.
La finalidad de adquirir equipo no es otra que hacerte un tipo más duro para sobrevivir en la Zona Oscura, el punto más agresivo y peligroso de toda la ciudad.
Al igual que en el primer título, en este lugar puedes encontrar equipo excepcional, por supuesto, si eres capaz de extraerlo antes de que seas asaltado por otros jugadores.
Es en este lugar en donde ocurre la acción multijugador, pues cuando lleves un objeto valioso tendrás que sacarlo vía helicóptero, y adivina qué, todos sabrán que lo estás intentando.
Este lugar es divertido, pero no ofrece los elementos suficientes como para garantizarnos horas de diversión post juego, a menos que crees una banda de forajidos y te dediques a aprovecharte de los demás.
Cabe destacar que Ubisoft ya anunció parte del contenido descargable que viene, por lo que se podría expandir este apartado post juego con actualizaciones gratuitas y de pago.
¿Vale la pena?
En general, The Division 2 brinda una gran experiencia de juego, eliminando todas las fallas que vimos en su predecesor.
El sistema de juego es divertido, y a pesar de ser repetitivo, siempre te hace sentir que estás avanzando y alcanzando objetivos.
La diversidad de armas y artefactos te permite crear combinaciones únicas de armamento que se adaptarán a tu estilo de juego, así que revísalas con cuidado.
La historia queda mucho a deber, pero no te sentirás abrumado por este factor ya que lo importante es la forma en que se juega.
Sin duda, The Division 2 podría posicionarse como uno de los mejores shooters de este año, pero todavía le faltan muchas cosas por pulir antes de lanzarse de lleno por la gloria.
Si eres fan de este tipo de títulos, no puede faltar en tu colección.