Anno no sólo ofrece exploración y colonización, sino simulación de la economía y diplomacia en su séptima entrega para marcar los veinte años de la franquicia
Seamos honestos, el control y dominio total de islas caribeñas ha sido el sueño de todo gamer.
Bueno, tal vez no. ¿Pero a quién no le gustaría crecer una civilización y liderar mar y tierra en busca de grandeza? Esa es la propuesta del nuevo título de la franquicia Anno que se lanzó para PC.
Evaluar la riqueza y los suministros que Anno 1800 te otorga para crecer a tu civilización no es nada fácil. Es un género muy socorrido en la PC Gaming y se enfrenta a titanes como lo son Civilization VI y Cities: Skylines.
Sin embargo, la nueva entrega de Ubisoft cautiva no sólo por su apartado gráfico, sino por el dinamismo que ofrece.
Conquistar al mundo entre exigencias y secretos…
Mientras que algunos juegos te dan la oportunidad de crear ciudades, monumentos; otros más exigentes te piden suministros de electricidad y agua… O no.
Anno 1800 lleva la simulación de una civilización más allá y estos veinte años de experiencia en el género y la franquicia te llevan a manipular un mundo entero.
Hablamos de partidas que se pueden alargar en un solo pestañeo, perdiéndote incluso la novela de las 8 en tu canal favorito… ¡¿Pero por qué?! Pues por que tus agricultores necesitan ropa. Así de sencillo.
La civilización que te otorgan ofrece vida propia y cada clase dentro de tu ciudad tendrá sus propios requerimientos para seguir adelante.
¿Una mina de hierro? Habrá que construir una fábrica para manufacturar, un almacén para administrar el producto y caminos para entregar. ¡Ni siquiera yo tenía tal idea de una línea de comercio! Y esto es sólo un vistazo de las formas en que Anno 1800 tendrá ocupado al jugador.
Más que un conquistador
Mi principal problema, muy personal, es que tengo una obsesión por mantener a mi civilización junta, unida, perfectamente ordenada de forma geométrica mientras que mi producción de carbono está al otro lado de mi propia isla.
He tenido que romper mis propios principios para ver a mi gente feliz… ¿Todo para qué? Para que llegue una esposa a pedirme que encuentre a su marido borracho que está causando un tumulto en el mercado, mientras que otras personas aplauden a su alrededor.
Entonces, ahí me ven… Acercando en un zoom impresionante a mi propio mercado, esperando que todo esté bien, y pues no. ¡Los veo a todos en plena pelea!
Las opciones de alejar y acerca la pantalla pueden contrastar de forma increíble la experiencia. Pasas de ser un jugador que ve desde las alturas a un espectador que conoce a los ciudadanos y augura por su bienestar.
¡Sé lo que quieras ser!
A final de cuentas somos: arquitectos, líderes de comercio, saca-borrachos, manufactura textil, agricultores. ¡Ah! Y claro, fotógrafos para el periódico local en donde cada avance de la civilización será enmarcado, e incluso podrás mentirle a tu propio pueblo para creer que la contaminación ambiental es sólo un invento de los más privilegiados.
Pero, como nuestra naturaleza gamer nos traiciona, en muchas ocasiones decimos: “¿Eso es todo? ¡Quiero más!” y Anno 1800 lo cumple. ¿No te basta con manipular a una isla y tu civilización? ¡Pues puedes tener más islas!
No sólo estás al pendiente de mandar a tu gente a un “Nuevo mundo” sino que te ves obligado para mantener el crecimiento y tu propia evolución. Ya sea consiguiendo minerales, o por espacio, la llegada a nuevas islas es inminente y es parte de la franquicia Anno.
Por si fuera poco, estas conquistas y expansión de tu propia nación te lleva a conocer a otros jugadores, con quienes puedes mantener rutas de comercio en algún trato que te beneficie (o a veces no tanto) e incluso puedes llegar a tener batallas bélicas por el dominio de un terreno.
Cantos gregorianos en la revolución industrial
Ahora, imagínate conquistando el mundo mientras los cantos de los monaguillos de la iglesia suenan al fondo en un imparable sube y baja; que he de confesar llega a ser cansado ese sentimiento de “epicidad” que busca mantener el juego. ¡Pero supondremos que suena bien!
Ojalá ese fuera el menor de los problemas, pero el modo historia, que todos debemos de jugar y que funge como tutorial del juego; tiene personajes con tanto carisma como cualquier NPC de un RPG… ¡Y no sólo eso! Se han molestado en ponerles una actuación de voz que nos deja impávidos por su baja calidad.
Ni hablar de que no concuerda verazmente con la revolución industrial que se vivía en el S.XIX; pero al menos no salen cangrejos enormes para luchar en batallas fantásticas.
Un juego adictivo para perderse
Más allá del lento movimiento de los barcos a la hora de explorar o un informe monetario poco explicado; la vida misma se te puede ir con todo lo que Anno 1800 te ofrece a la hora de perderte en su océano de islas. Eso, y que el nombre es muy incómodo de pronunciar en español; por favor.
Si buscas una experiencia de construcción que rivalice con las más grandes franquicias del género, el legado de Anno a lo largo de veinte años no te va a decepcionar.