Hay mucho más del nacionalismo japonés de lo que crees
No es sorpresa para muchos que Shingeki no Kyojin, al igual que muchos otros mangas a lo largo de la historia, han utilizado elementos y referencias políticas enfocadas al anti-semitismo, la derecha política en Japón, y en este caso también hay algo de las creencias políticas de Hajime Isayama.
Si bien esto pudo haberle costado algunos fans ‘casuales’ que veían el anime o leían el manga más atraídos por una distopía épica rodeada de titanes, que por una metáfora de la política mundial y los males de la humanidad; lo cierto es que al mismo tiempo Shingeki no Kyojin se hizo de una base de fans devota y se erigió como una de las mejores historias contemporáneas del género.
A simple vista, y conforme se acerca el final del manga (considerando todos los eventos que han transcurrido en los últimos números), para muchos es claro que el mensaje de Shingeki no Kyojin tiene varias cosas que decir sobre el racismo y los movimientos fascistas.
La realidad del mundo exterior
Al inicio de Shingeki no Kyojin parece que todo se solucionará deshaciéndonos de los titanes.
Salir de las murallas y conocer el mar parecía el destino final de una aventura que ‘terminaría lo mejor posible’. Oh, qué equivocados estábamos.
Después de saber la verdad en el sótano, Eren se embarcó en una espiral a través de los recuerdos de su padre, y la verdad del mundo exterior.
La Isla de Paradis no era el último bastión de la humanidad, en realidad fueron obligados a permanecer ahí, en gran parte por la nación enemiga, Marley.
Eren también descubre que pertenece a la raza de Eldia, quienes hace 2000 gobernaron el mundo a través del poder de los titanes.
Esto terminó debido al 145avo rey de Eldia, Karl Fritz, quien decidió darle fin al imperio eldiano y retirarse para siempre detrás de los muros de Paradis. Dejando, además, en poder de Marley a varios de los titanes cambiantes.
Sin embargo, los eldianos que quedaron en Marley fueron señalados y forzados a pasar el resto de sus días en ghettos, forzados a llevar un símbolo de estrella que los identificaba (a este punto seguramente ya entendiste el subtexto fascista de la Alemania nazi en Shingeki no Kyojin).
Ahora, Eren y Zeke pretenden ‘liberar’ a los eldianos, a través de la destrucción de Marley; para ponerlo en simples palabras.
Sin embargo, más allá de las obvias referencias a la Segunda Guerra Mundial, en especial a Alemania, Shingeki no Kyojin posee altos niveles de anti-nacionalismo coreano y pro-japonés; esto es notorio especialmente en el personaje de Gabi.
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El contexto político entre Corea y Japón y sus referencias en Shingeki no Kyojin
Como comentamos hace poco, Gabi cree firmemente que los eldianos actuales deben pagar por ‘los crímenes’ que cometieron sus ancestros hace cientos de años, a pesar de que personajes como Kaya le explican que ellos ni siquiera habían nacido, que ambas no tienen nada que ver.
Esto resonó fuertemente con el conflicto que aún tienen algunos coreanos con los japoneses, debido a las atrocidades que estos cometieron durante sus invasiones a Corea y China en la Segunda Guerra Mundial.
Una cuestión que se hizo más marcada cuando Isayama comentó en su blog que el personaje del general Dot Pixis está basado en el general japonés Akiyama Yoshifuru, quien sirvió a la Armada Imperial Japonesa de 1916 a 1923. En Japón es considerado un héroe, pero en Corea y China es un criminal debido a sus atrocidades contra estos países durante la guerra.
Evidentemente esto ha generado tensiones entre los países, con muchos fans coreanos bastante molestos porque Isayama niegue los registros históricos de eventos bastantes terribles, que incluyen genocidio, prostitución y tortura por parte de Japón.
Como es común, China simplemente prohibió la obra en su país.
Las ideas políticas de Isayama en su obra
Las razones por las que Isayama pueda tener este tipo de percepción política, pro-japonés y anti-nacionalismo coreano, pueden rastrearse a los eventos en su vida, como el haber vivido durante la Gran Recesión, y luego ver el ascenso económico del país a finales de los 90s.
O crecer en un Japón bajo el mandato del primer ministro Shinzo Abe, conocido por sus ideas de derecha política militaristas.
Solo el propio Isayama sabe exactamente por qué y cuál es exactamente el mensaje que quiere dar, mezclando estos elementos con referencias fascistas tan conocidas, como las de la Alemania nazi, dentro de Shingeki no Kyojin.
Sin embargo, como lectores también hay que ser responsables y aprender a reconocer lo que estamos consumiendo, incluso por mero entretenimiento.