Ya se estrenó la película de Uncharted y aunque es un gran ejercicio para dejar de hacer fiascos de franquicias de PlayStation en el cine… en realidad también es un fiasco de franquicia de PlayStation en el cine. Así que venimos a levantar una plegaria aquí el día de hoy: Hollywood, por favor, deja ya de hacer películas de videojuegos.
Ya en TierraGamer tenemos una bonita reseña en la que hablamos un poco de esto y de cómo los videojuegos sufren a la hora de pasar al cine, pero si no te gusta el muchotexto vamos a hablarlo de nuevo y con un poquito más de calma.
El asunto con hacer películas de videojuegos es que contar una historia aquí no es lo mismo que en el cine. A pesar de que te burles de los juegos de PlayStation, estos no pueden ser en sí películas, porque siguen dependiendo del aspecto lúdico y mecánico que implica que tú seas quien controle al personaje.
Esta característica limita, ante todo, lo que sucede entre cinemática y cinemática. Su forma de contar una historia está lejos de ser lineal, porque incluso muchas veces tenemos aquel concepto infame en pantalla: la disonancia ludonarrativa.
¿Qué significa esto? Pues que el Capitán Price bien puede ser un crítico de la violencia de la guerra con sus palabras, pero en el momento en que tomamos el control de su personaje vamos cometiendo crímenes de guerra como si nos dieran un 2×1 en las tortillas.
Esos son los riesgos que trae hacer una historia cerrada y compleja en mundos abiertos. El jugador aún tiene la libertad de prestarle sus deseos al personaje y hacer complejos ideáticos a su antojo, o al menos a su capricho.
Sí, la cinemática seguirá, pero lo que pasa entremedio es nuestro. Es parte de nuestra experiencia con el videojuego y es, sobre todo, lo que hace imposible que una cinta pueda captar sin cerrarse a algo concreto. ¿Y qué es ese algo? Generalmente estudios de mercado enfocados en gente que, evidentemente, no es el nicho fanático de ese título.
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Llevar todo esto a la pantalla grande ha traído resultados desastrosos, porque en primer lugar necesitan ser parte de una maquinaria enorme que es la industria cinematográfica, que incluye desde inversionistas miedosos y ejecutivos sicarios de productoras, hasta fans odiosos y críticos snobs.
Es imposible pensar en que una adaptación de videojuego cobre sentido real dentro del cine porque su medio original ya existe, porque el medio audiovisual y relevante para el entendimiento es exactamente el mismo donde nació.
Sin embargo, poderoso caballero es don dinero, y así como Uncharted recibió sus milloncitos por la carita bien preciosa de Tom Holland, vendrán más franquicias a desgraciarse frente a tus ojos en la oscuridad macabra de una sala con olor a azúcar y mantequilla.
¿Quién será el siguiente afectado? Eso lo dirá el tiempo y, sobre todo, el dinero que los grandes estudios dispongan, porque así como Sony tiene sus franquicias de videojuegos, también lo tiene el grupo AT&T y, sobre todo, Disney.
Ya veremos qué nos deparan las futuras adaptaciones de videojuegos, pero desde aquí elevamos la plegaria una vez más: Hollywood, para. Por favor, busca ayuda.
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