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El Director y escritor M. Night Shyamalan presenta Glass, el punto final de su trilogía que conforman las películas Unbreakable y Split.

Platicaba recientemente con un compañero y amigo del trabajo sobre la expectativas que tenía en torno a Glass, tercera y última película de la trilogía de M. Night Shyamalan que incluye Unbreakable (2000) y Split (2016), él me decía con mucho atino, “¿sabes cuál es el problema con Shyamalan? Te da una buena película por tres malas”, yo con un poco de incredulidad le decía que tanto Unbreakable como Split habían sido de buena manufactura y estaban la materias primas para desarrollar una buena historia y por ende, un buen filme.

Así que acudí a mi cita para ver Glass, la que suponía yo sería el broche de oro; la cereza del pastel de esta triada de filmes, pero para mi sorpresa, M. Night Shyamalan volvió a hacer lo que comentaba mi amigo: Después de Split que fue buena, dio una muy regular con Glass, y a continuación expongo mis razones.

El manicomio está en las manos de los locos

La historia detrás de Glass es bastante sencilla y conecta con lo que vimos al final de Split, David Dunn (Bruce Willis) es un vigilante anti héroe que hace justicia por su propia mano siguiendo y cazando a aquellos que se salen del marco de la legalidad y las normas. Es ayudado por su hijo, Joseph Dunn (Spencer Treat Clark) quien le admira y sigue convencido después de 20 años que su padre es una especie de superhéroe.

Dunn está a la caza de la Bestia (James McAvoy) y le sigue los pasos hasta encontrarlo. Justo cuando lo logra, ambos personajes son capturados y llevados a un centro de salud mental donde también se encuentra recluido Elijah Price (Samuel L. Jackson).

En este psiquiátrico los personajes serán expuestos y analizados por la Dra. Ellie Staple (Sarah Paulson) quien se especializa en tratar a personas que creen ser súper humanos o tener poderes especiales.

Los personajes

Éstos no se pueden analizar en conjunto, deben de tener una mención especial, porque dentro de Glass, encontramos unos que tienen propósitos; razones de ser en la historia; motivaciones, y otros, que son más que de relleno. Quizá aquí encontramos el primer y más gran problema de Glass. Esto lo comentamos porque esta película suponía un crossover exquisito por lo que ya habíamos visto en Unbreakable y Split, pero trístemente el director, y escritor M. Night Shyamalan se queda muy corto en el desarrollo.

Elijah Price

No por nada la película se llama Glass, o bien pudo nombrarse “La balada de Mr. Glass”, porque la historia y el peso de la misma recae en Elijah Price, interpretado magníficamente por el actor Samuel L. Jackson, quien vuelve al personaje después de casi dos décadas.

Aquí cabe mencionar que así como Unbreakable cuenta y destaca a David Dunn y Split a Kevin Wendell Crumb o “La Horda”, Glass centra su historia en la maquiavélica mente de Elijah Price, a quien los tratamiento psiquiátricos después de casi veinte años no han mermado su ideal de que así como en los cómics, la vida real tiene superhéroes, y lo más importante, también está la contraparte, el contrapeso que justifica la existencia del bien, el mal.

Es en este personaje y su historia donde encontramos los puntos más altos de Glass, si algo se puede destacar de este filme, es que el director y escritor M. Night Shyamalan lo mantuvo congruente con todo lo que hemos conocido de éste desde la primera cinta donde le pudimos mirar, Unbreakable.

Kevin Wendell Crumb

Es dentro de Glass el personaje más indescifrable y complejo por sus múltiples personalidades, en Glass vuelve James McAvoy a hacer un trabajo soberbio lleno de matices y riqueza actoral; esto junto con la actuación de Samuel L. Jackson son los picos más altos que tiene la película.

En gran parte del filme Kevin Wendell Crumb es el Kevin Wendell Crumb que conocimos en Split, ése que juega y saca sus distintos personajes a conveniencia y es incluso manipulador y obsesivo

David Dunn

Salvo la parte inicial, la cual justifica su participación, francamente es un personaje que no se le dio un tratamiento adecuado por parte del Director y escritor, su inclusión es sosa e innecesaria, prácticamente la película hubiera funcionado sin él. Dicho esto, lo que podemos ver de Bruce Willis es poco y nada para poder hacer una crítica.

No es que no aparezca, no es que no tenga escenas, es que simplemente son las menos destacadas, si tenemos que jerarquizar a los tres personajes principales en porcentajes de rol protagónico y aporte a Glass,, Elijah Price tiene 45%; Kevin Wendell Crumb 35% y David Dunn un 20% bastante raquítico.

En conclusión

La gran parte de la película se desarrolla en sus dos horas de reloj dentro del centro psiquiátrico de Filadelfia, y transcurre con promesas de que en algún momento sucederá un giro de tuerca que dará significado a tanta lentitud, lamentáblemente cuando éste llega es malo y metido con calzador.

Glass está plagada de tantos falsos finales que cuando por fin llega el que da conclusión a la película, resulta ser por demás inverosímil.

Glass es una cinta recomendada sólo si viste las dos anteriores películas que conforman esta trilogía de M. Night Shyamalan.