La soledad en pleno siglo XXI –especialmente tras la pandemia y después del enorme espacio digital que legan las redes sociales– es complicada. El espacio es cada vez más sofisticado y las interacciones con ese margen también se complejizan y cambian, se escurren mientras dentro de ellas aprendemos a (sobre) vivir. ¿Los gamers sufren en los nuevos espacios?, ¿por qué el amor es difícil para los gamers? Te comento más detalles a continuación.
Los videojuegos siempre han sido una forma agradable de pasar el tiempo; y conocer personas en nuestros foros y chats suele ser interesante. La comunicación mediada a través de la pantalla es una manera cómoda de “conocer” a los demás y desde luego, de (re)conocernos a través de ellos, de vincularnos con el diálogo y, como tal, aprender a expresarnos, sin embargo, lentamente las personas se han mudado a los formatos que anteriormente eran desvirtuados y más cerrados.
La pandemia y la actualización de las tecnologías incentivaron –e incluso forzaron– los cambios, éstos a su vez impulsaron nuevas formas de conocer personas y de comunicarse. De esta forma, los espacios digitales en los que los gamers solían desenvolverse de manera más natural se expandieron y se normalizaron por diversos factores.
El espacio digital era el formato en el que los gamers solían desenvolverse “mejor”; y ello iba desde reconocer esto como refugio y fuga de sus discursos de manera mesurada hasta acorralarse dentro del espacio digital –desde luego, hago referencia a los hikikomori–, ahora que las cosas cambiaron, ¿es esto un nuevo impedimento para que los gamers más aguerridos encuentren el amor? Hablemos un poco más de ello.
¿Por qué el amor es difícil para los gamers?
El espacio digital y un lugar seguro para los gamers
La comunicación digital nos da la posibilidad de interactuar a través de mensajes que podemos borrar y corregir, la interacción en la realidad inmediata no permite ese tipo de esclarecimiento, en ocasiones esto provoca pánico, especialmente cuando nos habituamos a las otras formas de comunicación en las que no lidias ni te haces responsable realmente de lo que dijiste.
A final de cuentas, siempre puedes cerrar la sesión y hacer como que no dijiste nada, pese a que las marcas de tu discurso hayan quedado en una screenshot o en la caja de texto de la otra persona, puedes olvidarlas. No obstante, son palabras que no se llevará el viento. Podrás volver a verlas en el futuro, ¿las reconocerás? ¿te resonarán? ¿Y a la persona a quien se las escribiste? ¿en qué grado? ¿desde una perspectiva positiva o negativa? Ten cuidadito con lo que dices, ¿no?
Las formas de relacionarse son cada vez más extrañas, y lo que podría haber parecido una mera plataforma de gamers, otaku y el resto de nuestra comunidad, podría escalar a un lugar más oscuro. Los lugares de interacción en la era digital ahora son de todos, las plataformas y redes sociales son el pan de cada día. Un me gusta, una reacción implican muchas cosas, entonces, ¿dónde quedan las palabras, una conversación digital, para los gamers? Una nueva aplicación demuestra que ahora es más difícil.
Una empresa de Japón lanzó un nuevo simulador, pero este ya no es de citas, sino propiamente de una aplicación de citas. Así es, prácticamente un videojuego que es un simulador de Tinder. La situación de la comunicación se complejiza cada vez más, si nos sentíamos seguros mediando la conversación a través de una pantalla, ¿qué cambio radical hubo para saltar a temer a la interacción a través de Tinder? Y tras esto, ¿qué se detonó para que los gamers se replieguen aún más en sí mismos?
Por supuesto, decir Los gamers es absurdo, cada uno de nosotros tiene su propios conflictos y particularidades de contexto, sin embargo, hay algo que todos compartimos y parto desde esa “esencia gamer”.
Son bastantes cosas, desde luego, pero me enfocaré en lo que creo que nos compete más desde donde estamos parados, en este rincón digital: la soledad y la inseguridad con respecto a nosotros mismos. Aislados nos mantenemos en los videojuegos en los que la ira silenciosa, la vulnerabilidad escabrosa y la sinceridad dolorosa nos permitían resonar con otras personas que podían conmoverse junto a nosotros, desde luego, tras la máscara del drama.
Sin embargo, ahora todos se comunican de la manera en que antes los gamers lo hacían en los chats, ¿cómo resulta? ¡Las líneas se restablecieron, como decía Deleuze, la línea de fuga se convirtió en la norma! Ahora que ésta anterior anormalidad es la normalidad, ¿qué le quedó a los gamers?
De cómo se mudaron las personas a los formatos digitales y los normalizaron
Así es, ahora casi todos los que tienen acceso a la tecnología son capaces de comunicarse a través de ella: los audios, los emojis, los infinitos textos que rebotan entre tú y otra persona, o en grupo de chat; la rapidez y la seguridad de las palabras sorprendió a algunos gamers. Le apuntaron con luz a nuestra guarida, así fue, agresivo y caótico, llegó el terror: nuestros lugares, ahora los espacios de todos.
Era inevitable, se complejizó y se reestructuró la manera de comunicarnos, ¿cómo pasaremos dramáticamente el 14 de febrero con este nuevo sistema? Terrible.¡De por sí era difícil!
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En búsqueda de una nueva guarida: la anormalidad segura de los gamers, ¿dónde quedó?
Bueno, cabe recordar que, para enamorarse –creo, ¿no?– debemos conocer a la otra persona, escuchar y aprender de ella, así que sin discurso, no hay amor; y con una conversación que se estanca o se tropieza cada minuto es más difícil comenzar a ver realmente a la otra persona, debido a ello, el lag en la comunicación cada vez es más fatal para los gamers y sí, hace más complicado el amorcito.
Por esto, te invito a que hables más con las personas, las cosas que dices son muy tus perspectivas y mientras estés abierto a considerar a los demás, es más que suficiente para fluir en la conversación. Tú dices cosas valiosas y los demás también. Aguas con hacerte la vida pesada con cada detalle de la comunicación –las reacciones, los emojis, los gifts, el tiempo de respuestas–, sólo aprenderás de las palabras usándolas.
¡Feliz 14 de febrero, gamer!
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