Spider-Man: A Través Del Spider-Verso es muchísimo más que una carta de amor para los fans de El Hombre Araña, es la obra consagrada de sus creadores –fans en sí mismos– vertiendo su corazón en cada escena de la película, de principio a fin.
Sin importar qué clase de espectador eres ni cuáles sean tus gustos, encontrarás algo que te fascinará en este tributo a la animación occidental, la cual nos envuelve en un frenesí de acción e ingeniosa comicidad de la mano de muy entrañables versiones del arácnido superhéroe. Si la aventura original de Miles Morales en la pantalla grande ya había dejado la barra muy alto, esta secuela la supera con medalla de platino.
Spider-Man: Un Nuevo Universo, la primera aventura cinematográfica de Miles Morales, resultó en un refrescante –y muy necesario– respiro creativo ante el imparable tsunami de películas y series de TV del universo cinemático Marvel. Más allá de plantear algunas lecciones importantes en cuanto a cómo trasladar con identidad y originalidad el estilo visual de las viñetas de un cómic, a la pantalla grande, dejó claro que las películas de superhéroes no tenían que apegarse una y otra vez a la plantilla Disney, sino que podían arriesgarse a romper estándares y, al mismo tiempo, proponer un nuevo tipo de fórmula exitosa.
La secuela, Spider-Man: A Través Del Spider-Verso, consagra dicha innovación de una manera espectacular y nos transporta a nuevos universos –cada uno maravilloso– repletos de imaginación, personalidad y mucha carga emocional.
Miles Morales no carga con el peso de Spider-Man: A Través del Spider-Verso
Que justo emoción podría ser el hilo conductor de la trama. En A Través del Spider-Verso, Miles no deja su papel protagónico, sin embargo, lo comparte de una forma muy equilibrada con Gwen Stacy y, como era de esperarse, con dos figuras que lo antagonizan de distinto modo: Miguel O’Hara (Spider-Man 2099) y Jason Schwartzman (The Spot).
Sin entrar en demasiados detalles para evitar spoilers, durante la película hay un sinfín de sabores, estilos y colores de Spider-Man, desde una imponente Spider-Woman que patea traseros con más clase y personalidad que ningún otro, hasta un Hombre Araña rockero que parece sacado de la portada de un álbum de banda de los 80s y quien incluso tiene una animación que se contrapone totalmente al estilo del resto de los personajes y escenarios.
Hay tanto sucediendo en pantalla, todo el tiempo, que es prácticamente imposible identificar cada broma, easter egg, referencia, tributo o guiño; lo mejor es simplemente disfrutar el espectáculo con la expectativa de volver a verla un par de veces más para poner atención en nuevos detalles.
Gwen en particular le da alma y sustancia a la narrativa, porque se muestra durante todo el filme como un paralelo a Miles; ambos son mucho más jóvenes que el resto de las versiones alternativas de Spider-Man y eso significa que apenas están enfrentando el dilema de equilibrar su papel como superhéroes con tratar de llevar una vida relativamente normal.
Están ante sus primeras decisiones cruciales ¿lo que hacen como justicieros es siempre correcto? ¿cuáles son todas las consecuencias de tratar de salvar el mundo? ¿se puede evitar el daño colateral en las situaciones más caóticas. Las preguntas existenciales sobran y se van tejiendo durante la trama, al unísono de las secuencias de pelea y persecución.
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Spider-Man: A Través del Spider-Verso es emoción en cada momento
Y vaya que hay secuencias para mantenerse al filo del asiento. Si algo puede presumir esta segunda parte de la trilogía, es que el trabajo de producción visual a cargo del trío virtuoso de Joaquim Dos Santos, Kemp Powers y Justin K. Thompson, superó con creces lo logrado con la película inicial.
La atención al detalle en cada personaje y los escenarios en los que se desenvuelven es magistral, pero sobre todo resalta el toque artístico tan distintivo de cada universo, a veces muy diferente entre uno y otro, a veces sutil, pero que al final hacen del recorrido una liberadora experiencia de colores, estilos, técnicas y movimiento digna nuevamente de un Óscar. Pero aún cuando cada elemento tiene sus propios trazos o su identidad única, todo se integra dentro de una fluidez que nunca pierde ritmo ni cohesión.
No todo en A Través Del Spider-Verso es una apuesta por la perfección y, de cierto modo irónico, es justo esa cualidad la que define los temas de la película en cada sentido: sobrepasar los límites, desafiar las expectativas y encontrar un camino propio, sea la angustiante historia de Miles Morales y Gwen Stacy, la propuesta de animación y estilo visual, la música alucinante o el enfoque narrativo.
Spider-Man siempre ha sido uno de los superhéroes más humanos en los cómics –así como en cada adaptación a otros medios–, contraponiéndose a los estereotipos e ideales del poderoso salvador, pero dejando a cambio un alma entrañable la cual nos hace desear conocer a fondo cada una de sus facetas. Y este filme, con su multiverso y un largo desfile de Hombres Araña, hace que amemos cada una de esas facetas.
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