Es difícil imaginar los últimos 25 años de la historia de Sega o, en su defecto, de los videojuegos en general sin la serie Yakuza. Aunque muchos digan que es el Grand Theft Auto de Japón, la ahora renombrada obra de “Like a Dragon” tiene drama, honor y un linaje que muchos fans alrededor del mundo reconocen. Este es un producto con corazón que vale la pena disfrutar, especialmente con “Infinite Wealth”.
El equipo de Ryu Ga Gotoku Studio lleva una racha importante con los juegos relacionados con la serie de “Like a Dragon”. Basta ver “The song of life”, la recién iniciada historia de Kasuga y también el spin-off de “The Man who erased his name” para apreciar que frente a nosotros contamos con una serie que ha madurado mucho y que el público occidental y oriental aprecia por igual.
Ahora, Like a Dragon: Infinite Wealth sigue la historia de Ichiban Kasuga, el héroe de Yokohama que hizo uno de los movimientos más inesperados dentro de la historia de Yakuza. Lo que vivimos en esta nueva entrega es la irremediable continuación de los hechos y cómo no todo está escrito en piedra, especialmente cuando crees que una época de paz espera a todos.
A eso añade que la serie principal ahora se dirige en un camino por el RPG cuando durante muchos años las mecánicas de juego eran de un juego de acción y aventura. Muchos aún no se acostumbran, pero la forma en que este “gameplay” es implementado y pulido en esta entrega hace que la experiencia sea mucho más entretenida.
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Like a Dragon: Infinite Wealth punto por punto
Las desventuras de Ichiban Kasuga y el destino de Kiryu
Desde el juego Yakuza: Like a Dragon, la historia de esta serie gira alrededor de Ichiban Kasuga, quien se podría decir que es el nuevo protagonista de la serie o al menos ese es el ángulo que mostraron los distintos avances liberados por SEGA. Ahora, debemos de señalar que a diferencia de Kiryu, Ichiban es muy noble, muy bien intencionado, de una mente sincera y con un sentido de justicia grande, a pesar de pertenecer a los Yakuza.
¿Por qué “desventuras”? Bueno, Kasuga es tan buena persona que también sufre del síndrome de que muchos se quieren aprovechar de su nobleza, especialmente después de que la gente se entera de que él es el héroe de Yokohama y que hace favores sin pedir nada a cambio. Técnicamente quiere seguir con los ideales de su difunto jefe y no terminar como el heredero del clan que lo vio crecer dentro de la Yakuza.
Luego tenemos a Kazuma Kiryu, el viejo protagonista de la serie al que vimos recientemente en el juego de The Man Who Erased His Name. Su destino ahora está en manos del clan Daidouji y tiene que hacer toda clase de favores. Tal vez sí sea necesario haber jugado un poco el spin-off antes mencionado antes de entrarle a Like a Dragon: Infinite Wealth, sin embargo, puedes sobrevivir con el contexto que te ofrece este título.
La forma en que ambos cruzan sus destinos no pudo ser mejor en esta historia. Técnicamente es ver al Aniki (hermano mayor) trabajar con su heredero y así resolver un grave problema que va a terminar agitando los cimientos de la Yakuza sobreviviente dentro de Japón. Porque sí, no todo se resume nada más a lo que depara el destino de Ichiban Kasuga, también a todos los que lo rodean.
Un RPG a la vieja escuela
Like a Dragon: Infinite Wealth sigue con la misma línea de Yakuza: Like a Dragon. Es decir, es un RPG hecho y derecho con elementos fantásticos ambientados dentro del universo de este juego y una progresión ciertamente eficiente. Bueno, eso es a grandes rasgos. ¿Cómo funciona? Primero que nada, es un sistema por turnos donde tienes un menú donde tienes 4 selecciones: atacar, defender, especiales y el uso de ítems.
Lo genial del sistema RPG del título de Ryu Ga Gotoku Studio es que aprovecha todos los elementos dentro del escenario y se centra en ese espacio. Es decir, si andas en un callejón, pues los combates se realizan en un camino estrecho. Lo mismo sucede en el cuarto de un hotel y así sucesivamente. Los personajes usan los objetos a su alcance para combatir y hasta pueden hacer equipo cuando los compañeros están alineados de cierta manera.
Vaya, existe una cierta libertad de movimiento para que los ataques especiales no solo hagan daño a un objetivo si no a varios. Ahora, si a eso añadimos el ambiente de la serie, pues en vez de pociones o plumas de fénix para revivir a alguien, pues usamos bebidas que compramos en una tienda de conveniencia o, en su defecto, farmacia. Los precios de los productos son más o menos iguales a los de la vida real y el dinero que ganas de los combates pues va justo con la economía del juego.
El sistema de juego es ciertamente entretenido y va evolucionando de la mano con la historia y el progreso de los personajes. El resultado es satisfactorio y nos da por resultado un juego con el que no te vas a aburrir mientras estás enfrentando a toda clase de malandros. Seguramente este sistema evolucionará con el paso del tiempo y se refinará, pero tal como está, es muy bueno.
Progresión de la historia y sus personajes
Uno de los puntos fuertes dentro de los juegos que hace Ryu Ga Gotoku Studio es el de crear una historia sólida que va de punto A a B y luego a C y así sucesivamente. Sí bien se trata de una experiencia lineal, siempre hay oportunidad de desarrollar microhistorias y conocer mucho más de cada uno de los personajes se involucran en la historia de Ichiban y, en este preciso caso, de Kiryu.
Por ejemplo, al inicio parece que toda la vida de Ichiban Kasuga está, de alguna manera, bajo control. Incluso ya tiene una especie de plan de vida y algunos objetivos perfectamente trazados. La cuestión es que no ha dejado de ser ese chico noble, lleno de honor y humildad que creció como un Yakuza. Su capacidad de sospecha no es la mejor y eso lo mete en muchos conflictos.
Ahora, su espíritu Yakuza también sirve para que Ichiban no se deje y salga de los aprietos más complicados. Es un personaje que persevera ante las adversidades y eso mismo sucede durante esta fatídica historia donde se revela un detalle de su pasado que deberá investigar en Hawaii. Este detalle saca de un modo interesante a la serie que por lo general se centra nada más en Japón. Gracias a esto, tenemos un modo de juego de administración de una especie de isla paradisíaca que parece que toma prestados elementos de Animal Crossing.
Del otro lado, hablando específicamente de Kiryu, pues estamos frente al fatídico destino del longevo protagonista de la serie que no ha tenido de otra más que dar hasta la vida por los suyos. Al tratarse de un RPG mucho más complejo, pues ahora contamos con jobs, justo como sucede con los títulos de Final Fantasy. La manera en que bajan este apartado es interesante y hace que pongas mucha más atención en ciertos parámetros de desarrollo de Ichiban, especialmente a la hora que tiene que tratar con otros personajes.
Como buen juego de Yakuza, lo importante es detenerte a oler las flores
Like a Dragon: Infinite Wealth podría decirse que se trata del juego más grande de toda la serie, especialmente por los distintos escenarios que vamos a visitar. Y sí, bien podrías seguirte todo derecho de un punto a otro y realizar la historia principal sin problema, sin embargo, tanto las misiones secundarias como los distintos escenarios que visitas y lo bien recreados que están, provocan que la experiencia de juego sea también contemplativa.
Sí, porque si hay algo que le sobra a Like a Dragon: Infinite Wealth es sin lugar a duda la forma en la que recrea las ciudades de Japón. Vamos, ganas no te van a faltar de querer visitar Yokohama y conocer los barrios que aparecen en el juego. Claro, no están totalmente recreados al 100% pero sí habrá sitios que de verdad lucen casi iguales a los reales y eso le da un valor adicional a la experiencia.
Por eso es importante tomarte tu tiempo para disfrutar cada metro cuadrado alrededor de la historia de Ichiban Kasuga en Infinite Wealth. Incluso cuando estás en los edificios, porque así como hay unos que se notan muy genéricos, hay otros con mucho detalle. Incluso, si me apresuras, en el caso de que hayas visto Tokyo Vice, te darás cuenta de que sí existe una cultura como tal de la Yakuza y cómo se resguarda.
Ahora, si bien todo luce perfecto y muy completo, también hay que admitir que por la misma física de la experiencia de juego, habrá muchos objetos que parecen de cartón o plástico cuyo peso es casi nulo. Es una especie de vicio que tienen los desarrolladores de la serie, pues esta característica acompaña a la serie desde el inicio. Eso sí, cuando se trata de hacer cinemáticas dramáticas, son los genios y les quedan geniales.
Actividades y misiones para aventar
Vale la pena señalar que Like a Dragon: Infinite Wealth tiene muchos minijuegos que incluso se pueden disfrutar a través de experiencias multijugador. Digamos que te puedes seguir deteniendo en los edificios para poder revivir una vieja arcade emulada de Sega, claramente emulada en el videojuego o entrar a otras actividades.
Para que te des una idea, tienes mesas de poker y otras experiencias dignas de un casino. Claro, todo esto tiene ciertas limitantes y varias de ellas no están disponibles sino hasta que el juego ya está avanzado. Estos detalles tan simples a veces parecen un relleno, sin embargo, cuando entiendes que son espacios que existen en la vida real, pues los agradeces, ya que son momentos de ocio… Dentro del mismo ocio.
Las misiones secundarias son medio simples e incluso parece que caen en el vicio del diseño de muchos videojuegos que tratan de solo alargar el tiempo de juego con actividades de recolectar objetos. Like a Dragon: Infinite Wealth llega a tener momentos que no tienen mucha gracia y otros que pueden desarrollar las historias de los personajes.
Sí llegas a jugar con prisa, simplemente te vas a saltar mucho tiempo de desarrollo y de búsqueda, pero si tratas con calma la experiencia, verás que sí hay mucho por descubrir y momentos por disfrutar. Eso es lo que le da mucho valor a la experiencia de juego, porque cuando lo acabes, va a ser poco probable que le des una segunda vuelta, más cuando el New Game + está bajo una pared de pago, pero ese es otro tema.
Ryu Ga Gotoku se vuela la barda con Like a Dragon: Infinite Wealth
Un juego multigeneracional suele tener muchos problemas de desempeño, especialmente porque la base suele encontrarse ya en las plataformas más fuertes, colocando “downgrades” en las consolas previas. Jugamos Like a Dragon: Infinite Wealth en PS5 y en el papel el juego funciona con las características más básicas que esperar de la actual generación de consolas, pero sin sobresalir tanto como muchos podrían imaginar.
Como lo mencioné unos párrafos atrás, el juego se enfoca más en las animaciones que en la física. Ahí es cuando ciertos movimientos no se ven tan naturales o se nota demás que muchos objetos se sienten como de plásticos y pobres. No hay tanto volumen o peso en estos y pues ahí ya se pierde todo el chiste. Sí, puede se un juicio muy estricto, pero después de tanto tiempo, este debería ser un apartado con mucho más detalle.
Donde no falla es en la calidad de las animaciones y cinemáticas. Las expresiones, pláticas, incluso las mismas actuaciones hacen que la experiencia de juego sea realmente profunda e incluso te sientas dentro de una serie japonesa live action. Esta clase de puntos son los que vuelven muy sólido a la serie de Like a Dragon y es algo en lo que se ve que nunca van a escatimar.
Sí existen algunas áreas de oportunidad, especialmente a la hora de sacarle mayor provecho a las plataformas actuales, pero seguramente eso no llegará pronto. Ya veremos qué clase de ajustes puede llegar a implementar Sega en entregas próximas o en su defecto con spin-offs.
¿Deberías comprar Like a Dragon: Infinite Wealth?
Como lo dije al inicio, me cuesta trabajo imaginar a los videojuegos sin la serie Yakuza, especialmente por todo lo que han aportado tanto en elementos narrativos como de aventura. Claro, la evolución de la franquicia ahora nos llevó a una experiencia de juego RPG, pero no por eso deja de ser interesante y ciertamente sólida.
Like a Dragon: Infinite Wealth es una experiencia muy emotiva pues empatizas con la forma del protagonista Ichiban Kasuga y con el honorable modo de vista que Kazuma Kiryu. Las mecánicas de juego son las de un sólido y entretenido RPG que no se siente abrumador. En general, contamos con un videojuego sólido con muchas horas de entrenamiento, pero con ciertas paredes de pago como la de un New Game + que no debería de tener y eso le quita puntos a favor a una experiencia de juego muy buena.
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Jugamos Like a Dragon: Infinite Wealth en PlayStation 5 con un código proporcionado por un representante de Sega en nuestra región.