No lo negaremos, también nos sorprendió que ésa no era su inspiración
Muzan Kibutsuji, el rey de los demonios, guarda muchos secretos en Kimetsu no Yaiba. Sin embargo, uno de los que más ha llamado la atención a la comunidad de fans es su apariencia, su sombrero y pantalones de color blanco, junto a su cabello rizado resaltan mucho en el mundo de Koyoharu Gotouge.
Pero, ¿de dónde toma inspiración su atuendo? Lo primero que hay que hacer para resolver esta duda es contextualizar su mundo. El manga nos deja en claro que la historia toma lugar en la Era Taisho de Japón, esta época va de 1912 a 1926 y su conflicto central fue la modernización de Japón.
Durante esos años, la población japonesa tenía un gran miedo sobre la ‘occidentalización de Japón’, pues durante mucho tiempo se le criminalizó a cualquier objeto proveniente de fuera. De acuerdo con el catedrático Christopher Sailus: ‘¡Los gobernantes japoneses del período moderno temprano tenían tanto miedo al cambio y la influencia extranjera que se negaron a permitir que los extranjeros desembarcaran en las islas durante casi 250 años!’.
Un mapa japonés de la época titulado ‘Un mapa caricaturesco de la situación global mundial’ demuestra cómo percibían al mundo occidental. En el caso de Estados Unidos, podemos ver que representan tanto su desarrollo tecnológico como sus problemas con la mafia y el crimen.
Por esto, no es sorpresa que la inspiración del principal villano provenga de la apariencia estereotípica que tenían las mafias italianas de aquella época, que dominaban la zona de Manhattan y el estado de Nueva York:
La Era Taisho de Kimetsu no Yaiba
El crecimiento de la mafia italiana en Estados Unidos sucedió a mediados de la Era Taisho. De acuerdo con el diario El Español: ‘El 17 de enero de 1920, Estados Unidos se quedó seco. La 18ª Enmienda, ratificada un año antes, prohibía la ‘fabricación, venta o transporte de licores embriagantes’ dentro del país. Así empezó la época de la Prohibición, casi 14 años de una orgía de delincuencia sin parangón’.
Pero, esta no es la única inspiración para crear el atuendo de Muzan Kibutsuji de Kimetsu no Yaiba. Otra fuente es Diez noches de sueño de Natsume Soseki, en este libro conocemos sus diez viajes al subconsciente en los que este autor japonés nos revela sus miedos e inseguridades.
La más importante de ellas es la última de las noches, en la que conocemos a un dandy llamado Shotaro que usa el llamado sombrero de Panamá, muy parecido al de Muzan. En el sueño, este personaje termina luchando contra una banda de cerdos que intentan lamerlo hasta su muerte.
De acuerdo con Ian Meyers, Sōseki muestra los miedos de la sociedad japonesa a la influencia occidental en Japón. Sus personajes como Shotaro caricaturizan cómo imaginaba a la mafia occidental adentrándose en su país.
Por esto, no es sorpresa que Koyoharu Gotouge haya decidido emplear a este arquetipo del imaginario japonés de la época para representar a Muzan Kibutsuji, el rey de los demonios, en Kimetsu no Yaiba.
Muzan Kibutsuji y Tanjiro Kamado
Además, no podemos negar el simbolismo que existe en Kimetsu no Yaiba entre Muzan Kibutsuji y Tanjiro Kamado. Su primer encuentro ocurre en el distrito de entretenimiento de Asakusa, un lugar que podría representar ‘la perversión occidental’ en Japón. Tanjiro representa el lado inocente del país, apegado a sus raíces y sin interés en las novedades que hay en el distrito, incluso expresa lo abrumado que se siente por las luces y el ruido.
Para escapar de la ‘influencia’, se retira a un puesto de udon para pedir fideos cubiertos con ñame de montaña japonés rallado. Todo sobre su encuentro establece a los dos como polos opuestos. En un rincón, tienes a Muzan con su ropa y sombrero de estilo moderno que le permiten mezclarse en un mundo lleno de luces y fiesta. En la otra esquina, está Tanjiro con su tradicional chaqueta con patrón Ichimatsu (a cuadros), que tiene problemas para asimilar todos estos cambios y encuentra consuelo en la comida que le recuerda su crianza rural en el mundo natural de las montañas japonesas.
Por último, la manera en que es Muzan quien puede convertir en demonios a objetos puros japoneses es un elemento importante para entender su inspiración en Kimetsu no Yaiba. Un ejemplo claro es Rui, el demonio araña que crea toda una familia de grotescos seres gracias a él. Contrario a lo que podríamos pensar, las arañas se consideran criaturas muy benévolas en el budismo japonés. Pero Muzan, el símbolo andante de la modernidad, tomó a esa gentil criatura de la naturaleza y la corrompió en algo aterrador.
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