Entretenido, con idea, pero algo sucede con la presentación y los argumentos.
¿Qué pasaría si de verdad cayera un ataque zombie sobre la humanidad? ¿El gobierno se vería rebasado? ¿Los ciudadanos harían equipo en pos de defenderse? ¿Tendríamos un escenario como en Zombieland? Es complicado imaginar algo pues, el mundo cuenta con la tecnología y las balas como para acabar con una horda de muertos vivientes, ¿no? De menos, eso es lo que los modos de Gears of War y Call of Duty: Black Ops nos han enseñado. Supongamos que, de verdad, los regidores y la milicia no pudieron hacer nada y solo restan los civiles. Sin lugar a duda, el resultado sería State of Decay 2. ¿Hay manera de salir del aprieto? Los seres humanos podrían salir adelante si se organizan como comunidad, pero, conociendo nuestro pasado, los conflictos de intereses y otras acciones egoístas no permitirían esto y eso sucede durante el juego.
La premisa es muy interesante, pues te plantea un escenario donde la supervivencia básica es un factor clave para salir adelante. No se trata de salir a destajar muertos vivientes nada más por que sí, todo tiene un modo y cada elemento afecta. Hay una medida para el cansancio, otra de saludo y una última relacionada con el estado de ánimo. Sí, se toman en cuenta los sentimientos de las personas y eso tal vez provoque un poco de frustración en ti, pues, como en la vida real, no es sencillo mantener felices a todos al mismo tiempo. El apartado que acabamos de mencionar brinda mucha personalidad a una propuesta que vale la pena explorar si te gusta esta clase de títulos.
Encuentra un asentamiento y arréglalo con los pocos recursos que quedan
State of Decay 2 comienza de un modo muy interesante, eliges entre tres parejas con distintos antecedentes e inicias su historia. En un inicio el juego te muestra cómo debes iniciar y acabar con los muertos vivientes. Durante cada paso te das cuenta de que la base principal de la supervivencia se define en tres conceptos muy claros, los recursos son muy escasos, evita riesgos aprovechando las habilidades de sigilo de tu personaje y, no menos importante, administra bien todo lo que vas obteniendo. Esto nos lleva al siguiente tema: necesitas un asentamiento para enfrentar todos los peligros que te atacarán una y otra vez. Ahora, una mala decisión en la administración de recursos puede atrasar la creación de una enfermería o arreglar una cama para el descanso uno de los miembros de tu comunidad. Esto ayuda a recuperación y a levantar los ánimos de cada uno. Lo mismo va con los alimentos, los cuales también existen en cantidades reducidas y todos van a necesitar desde algo para comer hasta un café para recuperar la resistencia. Enfrentar esto no es problema, el diseño del juego es muy claro y todo el tiempo te recuerda los peligros que enfrentas.
Justo después de esto, te das cuenta de que State of Decay 2 funciona como un sandbox muy limitado, pues las mecánicas de juego son similares a las de un mundo abierto, pero, en decadencia, claro está. Visitas lugares abandonados llenos de zombies y demás artículos para sobrevivir. Las opciones son realmente amplias, hay mochilas llenas de artículos indispensables los cuales son claves para construir. También debes obtener muestras de tejido de los zombies para crear una cura y salir al rescate de los infectados. Todo esto se vive con un estrés realmente profundo. Hasta este punto, la propuesta de este juego desarrollado por Undead Labs es clara, incluso entretenida porque sientes la tención en todo momento, pero de ahí no pasa.
Por desgracia, el juego cae en una clase de monotonía cuando lo empiezas a dominar. Por ejemplo, no hay tantas gratificaciones a la hora de juntar artículos, pues en menos de 10 días, con un poco de empeño, terminas dominando este apartado y caes en una especie de rutina. El problema de verdad aparece cuando necesitas crear un objeto en específico, ahí sí se siente una presión y, de eso se trata el juego. Ahora, esto aporta un grado importante de estrategia a State of Decay 2. Hay maneras de atacar y sobrevivir los embates de los zombies y entre más miembros en tu comunidad, mucho mejor.
Otro elemento importante en State of Decay 2 reside en las misiones secundarias las cuales surgen de forma espontanea cuando alguien pide ayuda a no más de 500 metros de distancia. Ahí deberás ayudar a un “amable vecino” y luchar los zombies genéricos y uno que grita mucho y atrae a más enemigos con su chillido. La inteligencia artificial de los muertos vivientes no es tan complicada, así que no hay nada de qué temer, a menos que no traigas recursos como café para recuperar la resistencia o vendajes para curar las heridas. Llevar eso todo el tiempo ayuda mucho a la interacción de juego.
Por otro lado, no todos los personajes que te ayudan son amigables, a veces, uno buscará disolver tu comunidad justo como un troll en los foros de un videojuego popular. Esto es otro elemento un poco complicado de cubrir, pero, cubriendo las necesidades de los miembros de la comunidad, la experiencia se pone interesante.
State of Decay 2 tiene muchos problemas técnicos
Hasta el momento, no he dejado de alabar las mecánicas de State of Decay 2. Considero que es un apartado sólido y bien pensado, el problema es que el “end game” se cierra muy rápido y ya no sabes ni para dónde voltear para explotar un poco más la experiencia del título. El problema viene en la presentación visual y de ejecución. Las animaciones de los personajes son muy torpes, hay una cantidad exagerada de glitches y errores de programación que entorpecen mucho la experiencia. Esto, a la larga, arruina la experiencia final y se pierden los ánimos de luchar por la comunidad porque el título no es atractivo en lo más mínimo. El diseño de personajes es pobre, la actuación de voces un cliché y no hay un motivador para clavarte realmente en el juego.
Otro problema que surge es el pobre rendimiento del título en consolas. El juego se ve feo, mal y alcanza con muchos problemas los 30 cuadros por segundo. Hay momentos es que sientes que hasta el multijugdor en línea afecta la experiencia. Sí, suena a una tontería, pero, interviene mucho. En PC es muy diferente, con una tarjeta 1050ti de más de 2GB la libras sin problemas en cuanto desempeño gráfico. Un procesador Ryzen 5 también cumple cabalmente con la ejecución del título. Ahora, sí es importante señalar que el título aún no aprovecha la tecnología de Nvidia para que el ambiente sea mejor y, sinceramente, eso es un tremendo problema.
Parece un lanzamiento muy apresurado
State of Decay 2 no es un título para aventar a la basura, se puede disfrutar en PC, no tanto en Xbox One. Lamentablemente, esto castiga la experiencia de juego. Ahora bien, la presentación visual es mediocre, por no decir pobre. El diseño de personajes necesita un poco más, pues en vez de caer en algo genérico, la historia y dirección de cada uno se siente como algo “genérico”. Profundizar le hubiera dado algo más al contexto general del título.
De lado del audio, State of Decay 2 cuenta con un soundtrack discreto, no necesita más. Visto desde un elemento técnico, la calidad de las voces y los sonidos en general es genérica. No es como si se hubiera hecho énfasis en el apartado. Esperas un poco más cuando este título es una exclusiva, ¿no? A final de cuentas, no esperaba tanto del juego y a final de cuentas me entregó una experiencia entretenida que se ve opacada por la gran variedad de errores de programación y física que lo acompañan.
Calificación 6.5
- Es un buen escenario para un Apocalipsis zombie
- Tiene mucho reto
- El multijugador es atractivo
- La comunidad arruina el juego
- No hay tanta profundidad en el sistema de juego
- Los glitches y bugs acaban con la experiencia de juego
- El desarrollo de personajes es muy pobre y no te anima a adentrarte en la historia de tu comunidad