Towa and the Guardians of the Sacred Tree: un lienzo bellísimo, 8 guardianes y una búsqueda de equilibrio mecánico

Towa and the Guardians of the Sacred Tree es una entrega de acción y combate roguelike que añade una nueva inspiración folclórica, muy japonesa en formatos 2D, con un estilo fantástico muy especial, pero con un mapa mecánico que te recordará la esencia de uno de los grandes del género: Hades. Y ante ello, ¿qué queda? Aquí te comento mi experiencia.

Towa and the Guardians of the Sacred Tree será lanzado el 19 de septiembre de 2025 para las plataformas Nintendo Switch, Xbox X/S, PS5 y PC.

Tuve la oportunidad de probar la beta de Towa and the Guardians of the Sacred Tree, previo a esta reseña.

Mis primeras impresiones fueron las siguientes: Towa y los guardianes del árbol sagrado: lo que debes saber acerca de esta entrega de fantasía.

El mundo de Towa: el tiempo y los misterios

En principio estamos en un mundo mágico en el que Towa, como especie divina, tiene la misión de guiar a ocho guardianes mágicos para proteger al mundo de Magatsu, que es un ente maligno. La historia comienza con el núcleo narrativo que se planteará posteriormente como la vertebra mecánica del título.

Me refiero a que Towa tiene que reunir a sus guardianes y llevar a cabo una especie de ritual que exilie a Magatsu, pero para esto, tenemos una pequeña misión en la que pasamos unos breves minutos manejando a Towa, tras lo que todo sale bien, derrotas a un jefe particular y pruebas el tipo de mecánicas y los entrecruces que tendrás durante todo el título.

Sin embargo, luego de pasar esa pequeña misión, el ritual con los guardianes sale mal, y cada uno tiene un cambio en el lienzo espacio-temporal. Towa tiene la responsabilidad de poner las cosas en marcha nuevamente y ante ello es que, resurgen en un nueva línea de tiempo, en la que se rige la narrativa de subsanación tras la primera falla.

Justamente, las mecánicas del germen narrativo guían la aventura, ya que, debes sobrevivir a los mapas con mini arenas para pasar al siguiente nivel. No hay forma de retomar un mapa a medio camino, si ya has perdido la salud: un reset.

Towa rescata y convoca nuevamente a los guardianes que habrían sido dispersados para romper la estructura de poder que podría salvar al mundo. Para volver a realizar el ritual y desterrar a Magatsu, los guardianes tendrán que ir en parejas a combatir en los distintos niveles de las mini arenas en las que derrotan a distintos tipos de jefes.

Towa es la sacerdotisa de Shinju, que tiene a 8 compañeros que comparten su fuerte convicción de derrotar a Magatsu. Cada uno de ellos es distinto y será construible, tanto para tu tipo de mecánica preferida como para el diseño y personalidad que prefieras.

Así comienzas la aventura que se divide en el mapa de arenas y en el de la aldea. Ahí hay un dojo, una forja, la casa de Towa (en la que guardas tus cosas y tienes fichas de información). Además, gracias a este espacio fuera del campo de batalla es que tienes oportunidad de los “mini juegos”, aunque en realidad no son muy entretenidos y tampoco lo suficientemente intuitivos. Son una buena idea, pero el aterrizaje no es óptimo.

Las formas de pelear a través de las mini arenas y los daños inadecuados

Towa and the Guardians of the Sacred Tree nos muestra a un catálogo de ocho guardianes. Sin embargo, al entrar a la arena debes seleccionar a dos personajes: un kagura (fuerza de agresión) y un tsurugi (fuerza de defensa y sanación). Es cierto que los personajes, en su núcleo, pueden ser mejor para cierto tipo de rol, sin embargo, fuera de la arena son construibles, por lo que, puedes mejorar sus habilidades aunque vayan ligeramente en contra de sus principios mecánicos originales.

En teoría Towa and the Guardians of the Sacred Tree apuesta por la perfilación de los personajes por parte de los jugadores. No obstante, dentro de las mini arenas, las cosas que consigas sólo podrás conservarlas si sales victorioso de estas. Si encuentras algún poder esencial (las cartas de gracias y demás), y no sales vivo de la arena, lo perderás. Por esto, debes asegurarte de sobrevivir cuando sea importante salir con lo encontrado.

Sin embargo, puedes realizar cambios, mejoras y particularización de los personajes en el escenario de la aldea de Towa. Lo que hagas ahí sí se mantendrá en tu personaje. Ahora, el catálogo de los ocho guardianes crea una ilusión de pluralidad, no obstante, es como en cualquier título: tú debes hacer que el catálogo sea versátil a como avances; también puedes estancarte con ciertos personajes.

Towa and the Guardians of the Sacred Tree te presenta una arena de niveles que puedes elegir según “tu voluntad”. Entras de lleno a un espacio en el que te atacan distintas hordas de enemigos. Cuando acabas con un par de estas hordas, te dejan libres dos caminos que te llevan a otra arena en lo que sucede lo mismo, y así avanzas entre cinco y/u ocho veces. No obstante en este cambio de arenas puedes encontrar aguas termales, tiendas y fogatas que te permiten descansar y recuperar salud. Además, también hay cosas que puedes romper o tomar para recobrarte ligeramente. Muy pocas cosas te restauran al cien por ciento.

Uno de los retos más importantes de Towa and the Guardians of the Sacred Tree es sobrevivir, sin más, evitar el desgaste.

El camino es amplio y la barra de salud la comparten el kagura y el tsurugi; aunque, cabe mencionar, puedes seguir con uno vivo, con tus matices, ya que es complicado avanzar sin el personaje que está destinado a apoyarte en alguna medida.

Tienes distintos ataques que se basan en tu personaje y en las mejoras que le hagas en la evolución de la historia, sin embargo, algo crucial y aplicable para todos es que debes recordar cambiar tu espada cada tanto porque la pueden romper y evitar que des golpes críticos. Es muy importante siempre echar un ojo a la hoja afilada que, además, es frágil, ni de lejos te durará, por ejemplo, toda una mini arena.

Las mecánicas son varias y las mejoras adaptables también, dependen de los personajes y de los roles para los que perfiles sus tipos, además de la armonía que consigas entre los kagura y los tsurugi.

Las hordas de enemigos suelen ser sencillas pero asfixiantes, y te desgastarán lo suficiente hasta llegar al Final Boss o al Boss intermedio. No obstante, no es sólo el número de enemigos lo que desestabiliza tu barra de salud, sino las líneas en el mapa y las animaciones que no siempre te permiten percibir si el daño te alcanzó y cómo.

A mí me gustó el estilo del diseño de escenarios, sin embargo, el delineado grueso de las flores y la tierra, puede llegar a fundirse con el detalle de los enemigos, incluso con los Bosses, y esto ocasiona que estés dentro de su rango, aunque tú pienses que no es así. De esta forma, te desgastan de una forma un poco sucia en varios sentidos. Además, también entran los efectos que, hay que decirlo: son lentos. Y confunden con la apariencia del mapa y te meten en el rango de ataque.

Pese a ello, habrá que mencionarlo: es sencillo escurrirte de los enemigos. Pero la consciencia espacial es traicionera, como comenté.

Y es que, en realidad, los enemigos (casi todos) no tienen algo ejemplar que te haga cuidarte de ellos, más que los alcances difusos de sus habilidad y el agotamiento que se enlaza previo, y que te cansa por los mismos motivos.

Los escenarios, la música y las narrativas secundarias como una crema batida bastante meticulosa… No en el buen sentido

Cuando probé la beta de Towa and the Guardians of the Sacred Tree todo parecía muy prometedor; no es que haya dejado de serlo, pero es mucho más limitado de lo que aparentaba.

Pienso que sí, en efecto, los escenarios son tan traicioneros como en Jigokuraku, pero en sí, la narrativa de Towa, que parecía tan agradable y seductora con las cuestiones de los dioses, el tiempo y el espacio, al final me dejó con un regusto plagado de arquetipos, como si tuviéramos el isekai de The Rising of the Shield Hero en una especie de bucle poco detallada.

La banda sonora pudo aprovechar mucho más el folclore, pero se mantuvo en una idea más plástica y genérica. Por otro lado, los personajes, sus historias, personalidades y vínculos no pudieron ser más reductivistas por mantenerse en los tipos clásicos sin cambiar detalles, como mínimo.

De esta forma, terminamos con lienzos bonitos que se limitan a eso, ser un juego coqueto que pudo ser mucho más si, por ejemplo, mejoraba la forja.

Towa and the Guardians of the Sacred Tree parece una promesa con potencial.

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¿Recomiendo Towa and the Guardians of the Sacred Tree?

Towa and the Guardians of the Sacred Tree es un juego interesante para aquellos que apenas comienzan, los que son fanáticos y no dejarán que nadie les cuente historias, y también para los que aprecian detalles folclóricos.

Por ejemplo, el título no es complicado en sí, pero es problemático (a ello añado ligeros bugs, ocasionados mayormente por las texturas) y aunque faltan cositas en la vértebra para hacerlo realmente sólido, el arte es cautivador, y uno de los puntos fuertes.

Si bien Towa and the Guardians of the Sacred Tree es lento y hay cosas a mejorar con las texturas en pos de la fluidez mecánica y la perspectiva del daño, es un título que te exigirá tiempo para equilibrar a los personajes y para sobreponerte a las mini arenas. Es un videojuego lindo, pero no hay algo realmente impactante en él.

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Jugamos Towa and the Guardians of the Sacred Tree en Nintendo Switch con un código proporcionado por un representante de Bandai Namco en nuestra región.