Cuando Bethesda, no Arkane o cualquier otro estudio, ¡Bethesda! Va a publicar un juego, se espera de todo, pero especialmente estamos a la expectativa de un producto enorme que haga volar nuestra imaginación. No es que Deathloop o Red Fall no sean tan grandes, pero cuando es un Fallout o The Elder Scrolls, la barra se eleva. Y sucede exactamente eso con Starfield.
Este es uno de esos juegos que son abrumadores. No tiene sentido que lo juegues con prisa porque no lo vas a disfrutar. Starfield es una de esas propuestas donde un solo juego te mantiene ocupado durante meses porque siempre hay algo que hacer. Y no me refiero a “realizar tareas diarias” como si se tratara de un juego como servicio, hablo de una razón real para jugar, por más mínima que parezca la acción por realizar.
Sí, ya son palabras mayores, especialmente porque algo tan ambicioso dista de ser perfecto, pero, no por eso deja de apuntar a la excelencia. Esta es una de esas ocasiones en las que todo lo bueno, que es muchísimo, termina eclipsando las imperfecciones que de seguro van a imperar en Internet y que mucha gente creerá que se trata de un proyecto mal hecho.
Sí, Starfield será la manzana de la discordia durante años porque es exclusivo en consolas de Xbox, pero no por eso deberíamos demeritarlo o restarle puntos. De verdad, esta es una de esas ocasiones donde de verdad un juego debe ser disfrutado de manera lenta, con calma, con sentido, con ganas de divertirte y entretenerte en una odisea espacial que no deja de expandirse como el Big Bang.
Starfield punto por punto
Viajeros del espacio
Starfield se lleva a cabo en el espacio, en un área más allá del Sistema Solar, a 50 años luz de algo llamado Settled Systems. Si somos realistas, la conquista del espacio no trae felicidad a los seres vivos, todo lo contrario, solo genera colonialismo y eso se nota en este videojuego, especialmente porque hay dos facciones que pelean entre sí.
Dichas facciones – o más bien poderes – son la United Colonies y el Freestar Collective. Ambos luchan en un conflicto llamado la Colony War. Starfield toma lugar 20 años después de este evento cuando hay una paz que está a nada de romperse. Tú formarás parte de una organización de exploradores espaciales llamada Constellation.
El gancho de la historia se desarrolla de una manera muy especial, pues un acontecimiento provoca que te embarques en lo que será una aventura que requerirá que explores la vía láctea. Este ejercicio puede ser tan abierto o directo como desees, pero el objetivo siempre estará ahí y dependerá de ti llegar a ese punto donde la historia de pronto cobra una relevancia en la que ya no hay marcha atrás.
Sí, este es uno de esos juegos de mundo abierto donde sientes que el juego tarda en arrancar, sin embargo, cuando pones atención, entiendes que se trata de un libro largo donde el desarrollo se desenvuelve con un ritmo muy particular. Acelerarlo no tiene sentido y por eso es por lo que el juego llega a ser tan abrumador, pues debes digerir mucha información. Si fuera distinto, no sería un RPG de Bethesda.
Exploración robusta y moderada a la vez
El segundo nombre de Starfield es, sin lugar a duda, exploración. Esta es tan grande que de verdad parece que nunca acaba. Pero ¿cuándo y cómo empieza? Bueno, para no caer en spoilers, digamos que para el desarrollo de la historia, vas a tener que subirte a la nave y viajar por el espacio, de un planeta a otro, de una luna a otra y de estación en estación espacial.
El juego es muy claro con las reglas de los viajes. No puedes ir de un punto A a un punto C sin haber pasado antes por B. Sí, parece que eso restringe la supuesta libertad, pero si somos listos, ¿acaso no sería peligroso e inútil saltarse los puntos? Vamos, hay que comprender cómo funciona el sistema de navegación de nuestra nave para poder viajar sin problemas y no todo puede ser tan “automático”.
Ahora, ya en el espacio tienes la posibilidad de escanear los planetas o territorios que vas a explorar y puedes darte una buena idea de qué materiales podrían esperarte que te serán útiles durante tu aventura. Vale la pena señalar que durante cada exploración no solo asistes a puntos de interés, generas también áreas donde marcas que ya aterrizaste.
El ejercicio de la exploración requiere mucha atención, porque puedes llegarte a perder entre la instrucción de seguir la misión o la de dirigirte a un punto y, cuando crees que vas a seguirte derecho a cierto destino, de pronto vas a terminar dando la vuelta de regreso a la nave porque te equivocaste en lo que tenías que hacer. Con un poco de práctica y, literal, horas de vuelo, los viajes en el espacio se vuelven en un ejercicio muy fácil de disfrutar y que siempre esperas.
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Cargar o no cargar, he ahí el dilema
Starfield es un juego donde la recolección y administración de materiales es muy importante. No poner atención a este apartado puede provocar que tu personaje se canse hasta de correr porque el sobrepeso que lleva. Digamos que tienes que entender que tu cuerpo resiste cierta cantidad de masa, sobrepasarlo va a traerte problemas y tu no quieres eso.
Sin embargo, durante buena parte del juego vas consiguiendo muchos materiales, armas, munición, botiquines de saluda. Administrar tanto requiere que sepas cuáles son esos artículos esenciales para que la aventura no se vuelva un dolor de cabeza. Por ejemplo, de pronto puedes llevar más de 3 o 4 trajes los cuales, quieras o no, pueden llegar a servirte, pero lo importante es que sepas cuál es el mejor. Aquí partimos al tema de que no existe uno “máximo” sobre los demás, porque, así como tienes uno con ciertas estadísticas de resistencia, puedes contar con otro enfocado en que sea ligero y te muevas rápido.
Los materiales que vas consiguiendo, ya sea que le quites a tus enemigos o a otros seres espaciales, puedes llevártelos o mandarlos a tu nave. La obviedad de querer llevarte todo puede ser estresante, porque hasta el ítem más inútil puede ser un ligero diferenciador en la aventura. Lo que podría ser una especie de veneno recolectado, luego lo podrás procesar en alguna medicina.
Aquí es donde Starfield luego se sientes muy abrumador, porque tienes tantas cosas por recoger, luego procesar y utilizar. El chiste es que tengas mucha atención en lo que realmente quieres aprovechar para que tu experiencia de juego sea eficiente. Es por eso que no es bueno jugar a las carreras, disfrutar y poner atención a todo lo que haces es clave para que la aventura valga la pena.
Diversidad en la creación de personajes
Starfield parece un juego aparte a la hora de crear un personaje – y eso que se trata del mero inicio – porque puedes pasarte mucho tiempo ateniendo la apariencia de tu explorador del espacio. Y ojo, una cosa es lo que haces para que tu “héroe” se vea como desees y luego el tiempo que inviertes en su personalidad, porque a pesar de que este individuo no tiene una voz, sí va a contar con ciertas habilidades por defecto.
Por ejemplo, tienes que elegir entre si serás un introvertido o un mago del habla. Esto puede influir en que tengas el don para realizar misiones a solas sin la ayuda de nadie o que puedas armar una tripulación con la que vas a interactuar y, eventualmente, te ayudará a superar ciertos obstáculos. Ahora, nos estamos enfocando solo a un simple parámetro de interacción con otras personas, también te puedes meter con si eres todo un guerrero o tal vez un maestro de la negociación.
Aquí es donde Starfield se vuelve en lo máximo en cuanto a juegos de rol occidentales. Ajustar a placer todos los parámetros de tu aventurero es lo que realmente hace un RPG un juego de rol. No solo se trata del progreso de las habilidades, también de todos los parámetros posibles como puede ser el sigilo, el don del habla y otras habilidades básicas que requieren desarrollo y atención.
Bethesda sabe perfectamente cómo divertirte a la hora de desarrollar habilidades o que tener una conversación con otro personaje tenga sentido y eso se nota mucho a través de cada misión en Starfield. Sí, el ejercicio puede ser perfecto, pero todas las variables generadas a la hora de llevar una conversación influyen mucho en el desarrollo del juego y eso le da un valor adicional a tu experiencia.
Starfdield y su eterno desarrollo de habilidades
Uno de los puntos clave dentro de Starfield es la experiencia que vas acumulando mientras juegos. No todo se resume a subir y a ajustar tus parámetros. También contamos con ese bonito y pesado árbol de habilidades que te va a tener muy ocupado, especialmente cuando debes pensar bien hacia dónde quieres que tu personaje se dirija.
Por ejemplo, dar énfasis en el sigilo puede ayudarte a que los encuentros con otros enemigos no terminen en un tiroteo del cual no vas a sobrevivir, puedes llevarla con mucha calma – a la Metal Gear Solid – e ir eliminando a tus objetivos poco a poco. También puedes volverte en el maestro de la negociación y hacer que tus enemigos se entreguen o tus aliados te tengan una mayor estima. Aquí es donde la elección de diálogos es clave y va aportando mucho a la historia.
Aquí es donde se hace mucho mayor énfasis a lo que es la interpretación real de un juego de rol, porque por lo general creemos que se trata de agarrar al héroe de la espada y salvar al día acabando con el dragón. Eso está limitado a una sola dirección y no influye en la historia. En Starfield, todo lo que dices o haces termina ajustando la historia y todas las misiones.
Sí, desarrollar el árbol de habilidades de tu personaje requiere una inversión de muchas horas, sin embargo, eso no quiere decir que alguien te esté apresurando al jugar o que el mismo Starfield te exija avanzar rápido parta que vayas desbloqueando todo lo que se pueda.
La ciencia de hacer un poco de todo
Starfield será realmente abrumador para aquel que no está acostumbrado a atender tantos parámetros dentro de un videojuego. Lo normal es que seas el héroe con su arma legendaria y salves el día eliminando a la amenaza que pone en peligro a tu mundo. Es como querer ir de un punto A a B y listo. Este juego de Bethesda no va por ese lado.
Por ejemplo, el ejercicio de estar recolectando materiales es realmente pesado y requiere que pongas mucha atención a lo que vas generando. Por ejemplo, para desarrollar botiquines, antes necesitas desarrollar ciertos materiales y cuando llegas a ese punto, todavía tienes que hacer algo más. Es una especie de ida y vuelta en el que debes invertir mucho tiempo.
Ahora, en paralelo también está el apartado de generar las habilidades de cocinar. Sí, tienes muchos momentos en que puedes agarrar la sartén por el mando y crear platillos, unos más sencillos que otros, para que la supervivencia no sea un reto insuperable.
Digamos que Starfield te da – de verdad – muchas tareas por realizar que no se van a detener nada más en presionar un botón para poder hacer, digamos, un sándwich. Hay que saber hacer el pan, conseguir el jamón y los demás condimentos. Aquí es donde de verdad el juego pone a prueba tu paciencia y te pregunta cuáles son tus habilidades para que hasta el dilema más diminuto lo puedas atender. Y espera, porque cuando te enfermas, no te curas nada más con dormir, también requieres volverte boticario armar medicinas. Suena bien ¿no? Bueno, ese es otro parámetro por atender.
Combate a la vieja escuela en la búsqueda de artefactos
El desarrollo de la historia de Starfield gira alrededor de la recolección de artefactos que van a responder una incógnita que va a requerir tiempo. El desarrollo de este apartado es, digamos, medio lineal. Porque un compañero de tripulación lo encuentra y luego tú tienes que ir tras él y obtenerlo.
Aquí es cuando los combates se vuelven ciertamente básicos porque son duelos de pistolas. En un inicio, cuando no entendía bien el sistema de las armas, pues trataba de acabar con todos los enemigos con una cortadora de materiales que hacía daño, pero no era mejor que un revolver.
Las armas están centradas en objetos punzocortantes como navajas de todas las clases, hachas y demás objetos. También contamos con armas de fuego como escopetas, rifles y subfusiles de corto alcance. Muchas veces todos estos objetos los obtienes después de vencer a ciertos jefes o a enemigos menores. En un inicio, la munición se vuelve limitada, pero con el paso del tiempo, te llega a sobrar para las armas más básicas.
Muchas veces estas batallas se resumen a duelos con otros enemigos que son muy diestros para disparar y si no llevas suficientes botiquines o materiales para aguantar los calambres o dolores de cabeza que te pueden dar, pues vas a ver que lo que parece un duelo sencillo, se vuelve en una misión que deberás repetir varias veces hasta que logras superar a tus rivales.
¿Y la razón para jugar?
Al igual que otros juegos de Bethesda, lo importante de Starfield no está en llegar a la conclusión si no en el viaje. Pongámoslo así, la misión principal es muy directa o básica, sin embargo, las misiones secundarias siempre tienen algo para contarte y el desarrollo narrativo de estas te atrapan. Claro, realizar estas tareas podría ser mucho más emocionante si los diálogos no se sintieran a veces tan planos, pero pues no se puede tener todo en esta vida.
Lo que sí debo admitir es que dentro de Starfield siempre vas a encontrar un poco de todo. Desde conflictos políticos hasta disputas por terrenos. Pareciera que estos momentos son ciertamente inverosímiles, pero en realidad tienen mucho que aportar para el desarrollo de ciertos personajes mientras juegas. Claro, la mayor parte del tiempo pareces un espectador resolviendo problemas ajenos, pero, las conclusiones llegan a traer resultados satisfactorios.
Lo importante es que cada trama secundaria a final de cuentas llega a aportar algo a la narrativa principal. Hacer esto de un modo tan eficiente no es una tarea fácil, especialmente cuando se trata de un juego tan abierto. Mantener una historia interesante requiere de un esfuerzo bárbaro, sin embargo, este es uno de los apartados donde Bethesda brilla con luz propia y lo hace bastante bien.
Finalmente, la razón por la que te mantienes jugando Starfield durante tanto tiempo es que siempre tienes algo que hacer y eso hace que el videojuego tenga suficientes detalles que te atraen a tener sesiones en las que se te va el tiempo porque tienes la tarea de conseguir un material con un pirata y haces el esfuerzo por negociar y no armar un alboroto. Son tantas las opciones que de verdad sientes que todo lo que haces cuenta con un propósito.
No es perfecto, pero sí raya en la excelencia
Bethesda es uno de los desarrolladores de juegos más destacados, de eso no debe quedar la menor duda. La cuestión es que a veces ellos mismos se ponen varas muy difíciles de superar y eso puede traer consecuencias tanto positivas como negativas. Vamos, Starfield no es un juego ajeno a glitches dentro de su física, por ejemplo, que un enemigo se trabe caminando y lo tengas a tu merced para acabarlo de manera fácil o que, una explosión, te saque a volar y termines chueco en un movimiento irreal.
El problema de estos “glitches” es que son demasiado gráficos y generan la peor de las conversaciones en línea, cuando en realidad, si somos objetivos, estos problemas no significan ni una cuarta parte del juego. Incluso, al momento de escribir esta reseña, ya cayó un parche que corrige muchos problemas menores que tiene el juego y que lo vuelven mucho más estable. Esto es algo que también debemos aplaudir porque Bethesda es de esos desarrolladores que dan mucho soporte a sus productos.
Ahora, como dicen por ahí, tenemos unas por otras. La exploración de planetas es ciertamente entretenida y, a pesar de que no en todos los lugares vas a encontrar algo de inmediato, tal vez si te topes con alguna clase de material que te será relevante en algún punto de la historia. Claro, hay sitios mucho más relevantes que otros y que no debemos descartar la variable que significa la generación de mundos de manera procedural, sin embargo, eso no significa que el videojuego esté mal diseñado.
Hay un esfuerzo enorme y eso significa que también vienen muchos riesgos que van a generar tanto resultados positivos como negativos, sin embargo, es en las imperfecciones que también podemos apreciar lo grande y espectacular que puede llegar a ser Starfield.
¿Deberías comprar Starfield?
Starfield es un proyecto abrumador (ya van varias veces que surge esa palabra en esta reseña, pero hay una buena razón para utilizarla). Un juego como Fallout o The Elder Scrolls cuentan con sistemas muy bien planteados que con el paso del tiempo fueron puliéndose hasta entregarnos propuestas memorables, bastan los ejemplos de Skyrim o el mismo New Vegas para ejemplificar a donde queremos llegar.
La cuestión es que en el caso de este videojuego que nos lleva al espacio nos encontramos con varias paradojas narrativas donde nos cuestionamos la narrativa de cómo el hombre se va a desenvolver cuando vaya a la conquista real del espacio. Gundam es un claro ejemplo de cómo la política y el colonialismo van a perseguir al hombre para siempre. Starfield trata de establecer algo parecido, pero bajo parámetros occidentales que también son muy interesantes. La cuestión es que, bajo sus propias reglas, la experiencia puede sentirse realmente compleja.
La razón por la que Starfield llega a brillar de un modo tan espectacular es porque todo lo que haces tiene un propósito que influirá en una historia de la cual quieres saber cómo va a terminar para que después quieras explorar lo que sucede con sus conclusiones. Sí, después del final todavía hay mucho más que hacer y eso hace que la aventura vaya más allá.
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Jugamos Starfield en Xbox Series con un código proporcionado por un representante de Bethesda en nuestra región.