Reseña: Final Fantasy XIV: Dawntrail es ese viaje inesperado que quieres contar a todos

Olvidemos por un momento que Final Fantasy XIV tuvo uno de los inicios más difíciles en la historia de los MMO y enfoquémonos en que actualmente es uno de los videojuegos como servicio más sólidos de la última década. Si no es que más. Con cada expansión se nota una mejora notable o algo que el jugador disfrutará. Y Dawntrail es exactamente eso.

Ahora bien, ya pasó de todo en Final Fantasy XIV: conflictos políticos, batallas con dioses, dungeons difíciles de pasar y hasta viajes a la luna. ¿Qué más es necesario? Bueno, el aventurero merece, de alguna manera, unas vacaciones. La cuestión es que con todo y viaje a una zona paradisiaca, pues tenemos una nueva narrativa y amigos por conocer.

En otras palabras, no es que te salgas de un problema para meterte en otro, es más bien que eres un imán de situaciones fantásticas. Por algo eres ese Warrior of Light que pone su granito de arena para salvar al mundo. Lo que te espera es una experiencia refrescante en cada esquina, porque más o menos se nota que Final Fantasy XIV seguía una línea progresiva después de cada expansión.

Ahora lo que te ofrecen es una exploración como pocas, con mucho por descubrir, el desarrollo de una nueva heredera a un trono y también un conflicto entre las tradiciones y la preservación forzada de todo. Así como hay que honrar, también hay que dejar ahí. Como dice la canción Good Riddance de Green Day: “toma las fotografías e imágenes fijas en tu mente”, no tienen por qué quedarse en alguna clase de nube de unos y ceros.

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Vienen algunos spoilers de Final Fantasy XIV: Dawntrailç

Un paradisiaco escenario después de la friega que te pusiste en las expansiones previas

Shadowbringers y Endwalker fueron expansiones de Final Fantasy XIV con una serie de revelaciones que de seguro dejaron con el ojo cuadrado a muchos jugadores. Digamos que fue por el éxito de estas producciones que le dieron a Naoki Yoshida la responsabilidad de hacer FFXVI.

Pero volvamos a FFXIV, especialmente a Dawntrail. Que un conflicto “principal” termine no quiere decir que no venga uno después. Cuando Goku murió y Gohan derrotó a Cell ¿quién iba a decir que les iba a caer Majin Buu para iniciar una nueva historia? Bueno, aquí sucede lo mismo. Tu viaje hacía Tural es en barco. Trae mareos, mucho sol y la llegada a un paradisiaco lugar que vas a querer explorar.

Lo primero que notas es que Tural está seriamente inspirado en culturas mesoamericanas. Esto no quiere decir que las esté recreando, es más bien que a partir de ellas surgen las ideas y se instalan en el universo de Final Fantasy XIV. Dawntrail nos muestra un escenario ciertamente amable, lleno de diversidad por todos lados y ganas de ir de un lado a otro.

Ver el paisaje desde las casas que están lo alto de la costa de Tural, ir de un punto A a punto B para desbloquear los Aetherytes y conocer la nueva arquitectura. Todos lo sientes realmente fresco en el mundo de FF. El escaparate de esta expansión es el ideal para que una nueva historia se vaya desarrollando, una que te despierta empatía a su personaje central.

Tarda en arrancar, pero es para conocer mejor a al personaje central

Wuk Lamat es la protagonista de la historia de Final Fantasy XIV: Dawntrail y no, no puedes quejar de que “se están metiendo con furros” porque si algo hay en este videojuego es diversidad. ¿Acaso crees que los Viera son humanos con orejas de conejo? – eso que tiene Krusty el payaso en la cara no es maquillaje -.

La presentación de Wuk Lamat sigue el tropo del anime donde el protagonista es torpe, con un balance entre buena y mala fortuna, pero siempre con una actitud positiva muy a pesar de todo lo que le pueda suceder – bueno o malo -. Tal vez me estoy volviendo loco, pero guardando proporciones tiene un poco de la positividad y determinación de Tanjiro Kamado de Kimetsu no Yaiba, el corazón de Usagi Tsukino de Sailor Moon, entre otros héroes.

Durante gran parte de la aventura puedes llegar a desesperarte porque a Wuk Lamat le molestan ciertas cosas que no deberían ser tan dramáticas, pero después de un rato te dan ganas de seguirla apoyando. Su camino hacía “la cima” está ciertamente empedrado, pero de alguna manera, te mantiene atado.

Ahora bien, no todo es miel sobre hojuelas. La historia puede tener un ritmo lento como la llegada de la quincena. Sientes en más de una ocasión que no avanza la historia o que no estás haciendo absolutamente nada. Claro, hay momentos donde dices “¡me dieron un taco!”, ahí están las Alpacas, pero después te quedas con una sensación de “¿esto para dónde demonios va?”.

Final Fantasy XIV se volvió en un escaparate de culturas y se nota más con Dawntrail

Lo bonito de Final Fantasy XIV – en general – es que es un escaparate de culturas dentro de su universo. Hay de todo. A donde voltees verás algo diferente y eso genera aceptación y apertura. Pasas buena parte de la historia conociendo todas las leyendas y tradiciones de la gente de Tural, lo cual puede ser cansado y abrumador, pero tiene su valor a nivel narrativo.

Los Yok Huy, por citar un ejemplo, son una de las razas que aparecen en Dawntrail y a pesar de su apariencia que puede parecer “grotesca” o “muy dura” tiene una manera de ver a la muerte muy interesante. La manera en que recuerdan a los que ya se fueron es muy especial y podemos decir que es muy característica de las tradiciones de nuestro continente.

Con todo y que Dawntrail puede tener unas misiones muy tediosas y lentas porque finalmente estás narrando un nuevo escenario, la experiencia en general cumple cabalmente con su tarea de mantener el hilo narrativo. Wuk Lamat es parte de la razón por la que sigues ahí, avanzando, pasando una MQS tras otra. Porque bien podrías irte a hacer las dutys diarias, subir de nivel y luego saltarte la historia, pero sigues ahí.

Luego de ahí viene la Queen Sphene de Alexandria que es el contrapeso de la historia, pues ella está en un sitio totalmente opuesto a Tural. Incluso es otro tropo gastado en las historias del cine y lo videojuegos, sin embargo, el choque cultural a la hora de la historia vale mucho la pena. Algunos podrían considerar que la aparición de este nuevo reino se da tal vez tarde o ya que te “cansaste”, pero plantea un escenario adicional que le suma a la historia.

Dungeons y Trials que se ponen un poco más intensos de lo normal y los jobs que son bienvenidos

En medio del conflicto que se da entre los Yok Huy y la gente de Sphene, o como quien dice entre reinas – y no como en House of the Dragon – tenemos una serie de dungeons y trials que parece que les metieron más dificultad de la normal. No es que lo que llegó con Shadowbringers o Endwalker no fuera retador, aquí la cosa se pone pesada. Incluso al momento de escribir esta reseña, veo a algunos colegas sufrir, especialmente en las dutys donde hay más de 20 jugadores participando.

Pero, como buen MMO, o uno que está haciendo el esfuerzo por balancear el reto con la diversión, Final Fantasy XIV: Dawntrail te va a entretener mucho. Te vas a sentir recompensado por todo lo que haces y eso es lo que le da valor a la experiencia y por lo que la gente le invierte decenas de horas al inicio de una expansión.

Huir de los jefes y sus ataques, rotar, sufrir porque no te cura el healer o que no lo defiendes lo suficiente o no acabaste un combo de tres pasos por X o Y razón hará que te metas mucho en el juego. Igual que como sucedió con las expansiones previas del juego. Incluso las narrativas de las dutys llegan a ser muy satisfactorias y dramáticas. Vale mucho la pena la inversión del tiempo – y la suscripción – que sinceramente no es nada barata.

Los jobs que llegaron con Final Fantasy XIV: Dawntrail son el Viper y Pictomancer. Dependiendo de cómo lo veas, el Viper que es un DPS puede ser el más complicado de manejar, especialmente por todo lo que te da desde el inicio ya que lo agarras de nivel 80. Lo que sea de cada uno, tiene unos combos muy salvajes, pero si fallas, pues se vienen los regaños de tus compañeros de equipo. El Pictomancer también tiene su gracia. Cuenta con magia que hace daño severo a los enemigos y también buffea a los compañeros. Ahora sí que dependiendo de tu estilo de juego decides si vas por lo nuevo o te quedas con lo que ya tienes. Eso sí, esta expansión viene muchos ajustes a otros jobs, así que si decides quedarte con tu Monk, pues, verás que tiene varios cambios.

Todavía hay más por hacer

Dawntrail es una expansión con suficiente contenido como para sacarle provecho a Final Fantasy XIV durante un buen rato. Incluso, a menos de un mes de salir, el juego ya cuenta con eventos de raids especiales para que juegues y saques recompensas. En otras palabras, se nota que el equipo de desarrollo no solo atiende a ese grupo de locos que acaban una expansión en 2 fines de semana, también a los que llevan un ritmo de juego más lento.

En lo que publicamos esta reseña, es casi un hecho que vengan parches, algunas adiciones a la historia, misiones y todo al ritmo al que esta unidad de desarrollo de Square Enix nos tiene acostumbrados. En lo particular, aprecio mucho este esfuerzo, pues se nota que lo que inviertes en el juego te trae recompensas en experiencias.

Asimismo, Dawntrail provoca que la historia de Final Fantasy XIV expanda su horizonte, lo cual es bueno y hace que el futuro, en términos narrativos, sea prometedor. Porque si algo tiene este MMO es que no deja de contar su historia. Esta se expande y tiene muchas cosas que decirte y eso es lo que vale.

Espero que vengan más lugares, tal vez entrelazar el pasado con el presente actual de la serie. Ahora sí que el chiste es que el jugador se sienta involucrado en todo lo que sucede para que crezca y se sienta ese Warrior of Light que ya salvó varias veces al mundo y que se quitó un peso de encima… Que no duró mucho porque quedó en medio de un nuevo conflicto.

Mejoró la apariencia visual

Final Fantasy XIV: Dawntrail viene con una mejora visual – de menos en su versión de PC, PS5 y Xbox Series X|S, lo que sigue de bárbara. Hay que aplaudir que Tural y sus distintas regiones lucen espectaculares, coloridas, con detalles por todos lados. La manera en que la arquitectura es presentada sobresale a la de las demás expansiones.

Se nota que hubo un esfuerzo real en hacer que esta experiencia se sintiera mucho más next gen que Endwalker en su momento, que también ya se sentía de la generación actual de hardware. Jugare en PS5 sigue siendo una opción muy loable, pero eso no quiere decir que atrás queden el Xbox Series X o la PC, ahí también luce muy digno el juego. Incluso debemos mandar un aplauso al equipo de desarrollo que ahora debe lidiar con tres plataformas a la vez.

No me quiero imaginar si se diera la posibilidad de que el Nintendo Switch 2 tenga la suficiente potencia para correrlo y guardar el juego. Ahora sí tendríamos FFXIV hasta en el cereal. Pero, si lo que quieres es llevarlo a todos lados, pues de menos el ROG Ally y Steam Deck cumplen con esas funciones, aunque la pila no dure tanto.

La música sigue siendo uno de los valores de producción más altos que tiene Final Fantasy XIV. Masayoshi Soken debería tener una especie de monumento, una calle a su nombre, un personaje dentro del juego con el que se vea inmortalizado. Bueno, todo el equipo creativo detrás de la música del juego merece, como dice el meme, una cerveza bien fría – porque al momento de escribir esta reseña hace un calor infernal en Japón -.

¿Deberías jugar Final Fantasy XIV: Dawntrail?

Los juegos como servicio pueden ser sofocantes como no tienes idea. Eso de tratar de estar al día con el mentado pase de batalla te deja con ganas de mandar todo al demonio y ya no estar sufriendo. Dedicarte a los single player y ser feliz para toda la vida. Pero, se nota desde el inicio cuando un videojuego es entretenido y hace toda clase de esfuerzos por entretener al jugador. Eso es algo que hace muy bien Square Enix con Final Fantasy XIV: Dawntrail. Porque se podrían ir por el camino de meter rellenos de historias y demás, pero aquí no, todo lo contrario, el chiste es que esa suscripción valga cada centavo y te haga decir: “no estoy tirando mi dinero a la basura”.

Final Fantasy XIV: Dawntrail es un punto y aparte dentro de todas las expansiones de esta serie. Los escenarios se sienten frescos, la historia tiene a un personaje central con el que empatizas de inmediato y una narrativa con un conflicto que vas a querer resolver. El inicio es lento y por momentos cansado, sin embargo, coda misión es recompensante y te va llevando de la mano al punto central de la historia. Los nuevos jobs son entretenidos, aunque el Viper puede llegar a ser todo un reto a la hora de subirlo de nivel. La música vuelve a ser genial y los dungeons y trials son mucho más difíciles. Es una especie de reinicio que vale la pena disfrutar y contemplar.

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Jugamos Final Fantasy XIV: Dawntrail con un código de PS5 proporcionado por un representante de Square Enix en nuestra región.