Bestias fantásticas y dónde cazarlas.
No quiero aburrirlos con la clásica reseña de “el juego tiene gráficos impresionantes” y “fabulosas mecánicas”, eso ustedes ya lo saben… mejor pasaré a contarles por qué Monster Hunter World es uno de los juegos que más me han gustado en los últimos años.
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Tal vez me satanicen por ser uno de esos “parias”, pero, jamás había tocado un Monster Hunter, y confieso que esta saga de Capcom siempre llamó mi atención más que nada por el diseño de sus monstruos. Al ver que World llegaría a PlayStation 4, Xbox One y PC, no resistí más la tentación… después de todo, soy tan solo un simple cazador.
De visita en el nuevo mundo…
Tu historia en Monster Hunter World comienza con el ataque de Zorah Magdaros al barco en el que tu personaje se encontraba; sin embargo, con acciones heroicas logras escapar y llegar a tu destino, el Nuevo Mundo. Y ¡vaya que World te presenta con un mundo impresionante!; desde el primer paso sabes que estás en un lugar especial que esconde cientos de secretos y ruega por ser descubierto.
Siendo un cazador novato, y habiendo escuchado historias de terror de cómo ciertos monstruos trataban a los jugadores, decidí planear mis pisadas. Busqué absorber todo lo que me decían los tutoriales, pero nada me preparó para tan emocionante inicio de juego. ¡Caramba!, ni habían pasado 20 minutos y ya pasaba mis primeros sustos. ¿Qué haría si no sabía utilizar mis armas o equipo!
Mi emoción pronto se transformó en preocupación, ya que yo no tenía ni la más pálida idea de cómo iba a enfrentar a semejantes bestias, pero World se mostró benévolo y me llevó paso a paso de absoluto novato a cazador profesional en poco tiempo. Sí, este Monster Hunter es uno de los más accesibles de la franquicia, aspecto que tiene molesto a muchos fanáticos, pero también mantiene (y esto lo comento gracias a las decenas de jugadores con los que me he encontrado) la pureza de las entregas del pasado.
Y así me fui soltando en este mundo que me ordenaba cazar monstruos cada vez más interesantes y raros, así como más imponentes y poderosos. Desde mi primera cacería aprendí que Monster Hunter World no te va a perdonar los errores, que los ítems son valiosos para cada expedición y tener el arma y elemento indicado para cada encuentro puede cambiarte la vida. Y así pasaron las horas.
Después me detuve un rato, y caí en cuenta de algo: Monster Hunter World había captado mi interés a un punto en el que yo rogaba por leer más sobre sus mecánicas, sobre lo que vendría después y más importante aún, me urgía seguir matando monstruos para construir esa preciosa arma/armadura que tanto anhelaba. Ah caray, pero esto es “grindear”, ¿no? Sí, y en World pasarás un buen rato repitiendo tus cacerías para obtener los ítems necesarios para hacerte de tu equipo. Lo que le diferencia de otros juegos similares es que el Nuevo Mundo hace que cada pelea sea emocionante, única y memorable. Cada vez que empiezas una misión te preguntas a ti mismo qué es lo que encontrarás, y por más experimentado que seas, si lograrás sobrevivir.
No juegues solo, ¡antisocial!
Si bien cazar solo es divertido, llevar la experiencia al modo multijugador lo hace aún más adictivo y emocionante. En cada ocasión en la que participes con otros cazadores, la dificultad aumentará y el monstruo será mucho más agresivo y ágil, creando un nuevo tipo de desafíos. En sí, hay monstruos en los que, a menos que te guste sufrir, es muy recomendable ir acompañado y tal vez hasta con un poco de vaselina.
Además, el modo multijugador me convenció de que la gran variedad de armas y armaduras en Monster Hunter World sí encuentran hogar; casi siempre me topo con jugadores que utilizan armas diferentes a las mías o que gustan de equipo diferente. Incluso los que llegan a usar una Insect Glaive persiguen un árbol de desarrollo del arma distinta a la mío o tienen elementos diferentes… ¿Qué decir? Todos los jugadores tienen su historia y, (al menos los que a mí me han tocado), han sido amigables.
Compartir las cacerías no solo cambió mi forma de jugar Monster Hunter, sino que también aprendí habilidades que se encontraban (tal vez) escondidas, los mapas se volvieron más interesantes por la forma en la que interactuábamos todos con él para así ser más efectivos y la gloria se convertía en alegrías.
Fueron estos pequeños momentos los que me tienen pegado a Monster Hunter, son los sentimientos que se derraman; desde el nerviosismo de llegar a un área nueva y peligrosa hasta las risas y felicidad que da capturar o matar a un monstruo. Son los detalles en cada mapa, desde la vida silvestre que se protege de los depredadores, los elementos que puedes recoger para crear pociones o antídotos hasta seguir los rastros del monstruo que estás cazando y terminar en la guarida de uno todavía más desafiante. Fue la sensación de descubrimiento, el perderme con los escenarios, el aprendizaje y sobre todas las cosas, el sobrevivir a una cacería al recoger materiales mientras continúa mi combate.
Si aún no juegan Monster Hunter World, háganlo, es todo lo que muchos juegos en línea (que por muchas razones no mencionaré) desearían en su sueño más húmedo llegar a ser. Es adictivo, emocionante y satisfactorio.