Blizzard prometió cambios en los gráficos que nunca llegaron, y eliminó elementos importantes del juego original. Reforged se siente como algo innecesario para un título que envejeció muy bien
Warcraft III: Reforged es una versión remasterizada del título original de 2002 de Blizzard Entertainment. Este título de estrategia en tiempo real contenía el juego base Warcraft III: Reign of Chaos y la expansión The Frozen Throne.
La delgada línea entre remasterización y remake
Antes de todo hay que aclarar lo que entendemos por remasterización dentro de la industria.
Si bien no hay una definición estándar al respecto es posible coincidir en que una remasterización se basa en mejorar el audio y los gráficos (texturas, resolución), con la posibilidad de añadir nuevos elementos, mecánicas de juego, e incluso un cambio de motor gráfico.
El rango es muy amplio y en ocasiones es difícil distinguir entre una remasterización y un remake; no obstante, en el caso de Warcraft III: Reforged, la promesa se basó principalmente en la mejora visual y de sonido.
Los antecedentes de grandes franquicias
Al hablar de revivir títulos antiguos es imposible ignorar el estándar que ha fijado Capcom con Resident Evil; cuando se hizo el remake de Resident Evil 2 se utilizó el motor gráfico proveniente de Resident Evil 7, lo más reciente de la franquicia.
Esto generó dudas y molestias por parte de los sectores más puristas, no obstante, el resultado fue un buen producto.
Lo opuesto sucedió con Warcraft III: Reforged. Y sí, es muy diferente porque en este caso se trata de una remasterización, pero hasta en ese aspecto hay mejores ejemplos.
El caso de una remasterización bien lograda
No vayamos tan lejos y dejemos a Resident Evil aparte, Age of Empires 2: Definitive Edition también es una remasterización de un título de estrategia en tiempo real. Y ¡sorpresa! También tiene alrededor de 20 años de vida.
A este título se agregó una nueva expansión, y la inteligencia artificial tanto enemiga como propia mejoró; además del soporte para 4K y las mejoras (pequeñas pero notables) en partículas y ciertos entornos.
Todo esto sin dejar atrás la esencia y jugabilidad del título.
Una vez establecidos los estándares de la industria, vamos a analizar con cuidado los problemas de Warcraft III: Reforged.
El problema de mantenerse (tan) fiel al original
Uno de los primeros problemas con los que nos encontramos es que Reforged está desarrollado con el motor gráfico original, el mismo del 2002.
La intención de Blizzard, como lo han repetido en múltiples presentaciones, era darles a los nuevos jugadores la misma experiencia que Reign of Chaos tuvo en su época.
Y de igual manera pretendía hacer que los jugadores veteranos se sintieran como en casa, sin embargo, si este era el fin ¿por qué no hacer un re lanzamiento con algunas características extras? Se hubiese ahorrado presupuesto y una serie de decepciones por parte de la comunidad.
Especialmente en el caso de las cinemáticas y en el editor de mundo, pero iremos a ello más adelante.
El problema con los mapas de la comunidad
A pesar de que una de las razones principales para mantener este motor gráfico también tuvo que ver con que todos los mapas y creaciones por parte de la comunidad fueran compatibles con Reforged, y que existiera la posibilidad de crossplay entre Reforged y Classic, esto no fue suficiente.
Porque respecto a los nuevos mapas creados, Blizzard agregó una restricción: todos los mapas y modos que se creen utilizando herramientas de Warcraft III: Reforged le pertenecen a Blizzard, y más aún, puede monetizarlos.
Una decisión consecuencia de lo que sucedió con Dota y Warcraft III, pues del modo creador surgió la idea (y el mapa inicial) para este popular MOBA.
Las promesas que nunca se cumplieron
Warcraft III: Reforged se anunció durante la Blizzcon de 2018 y la cinemática promocional definitivamente fue hecha desde cero, presentando los altos estándares a los que Blizzard nos tiene acostumbrados; por que sí, durante muchos años fue reconocida como la compañía con las mejores cinemáticas.
Tal vez la audiencia se mostró ingenua al pensar que todas las cinemáticas tendrían este nivel visual, y que no solo sería una imperceptible mejora en HD (o que incluso algunas escenas serían eliminadas).
Por ejemplo, Blizzcon 2018 mostró el inicio de la campaña ‘La Matanza’ en la cual Arthas comienza su descenso por la locura al purgar todo Stratholme; y con una escena dentro del juego (breve pero bien trabajada) era posible apreciar las mejoras visuales a los nuevos modelos.
No obstante, eso nunca llegó a la versión final del juego, pues en su lugar tenemos los mismos diálogos pero sin escena animada extra.
Más allá de este problema, y que Blizzard nunca expresó con claridad que esto había cambiado; hay otros problemas en el tintero.
En el aspecto visual tenemos una nueva cinemática que, curiosamente, también formó parte de los promocionales, en esta ocasión para la Blizzcon 2019.
Se trata del enfrentamiento entre Arthas e Illidan, el cual resiente la decisión de mejora visual sobre mejor motor gráfico. Ambos modelos lucen bien, pero los movimientos se sienten torpes y extraños; sin mencionar la falta de música que hace el momento aún más raro.
En el resto de las cinemáticas es imposible distinguir una mejora visual; texturas y otros elementos permanecen exactamente iguales. Hasta este punto, a Reforged le habría venido mejor venderse como un re lanzamiento con mejoras únicamente ‘in game‘.
Un claro ejemplo es una cinemática conocida por todos los fanáticos de Warcraft: La traición de Arthas y la muerte de su padre. La animación es exactamente la misma que en el juego original, ¿no era esta una remasterización?
Sí tiene puntos positivos
Los personajes y las animaciones sí se encuentran totalmente remodelados, solo basta con comparar a los modelos llenos de polígonos con los modelos HD de ahora.
En 2018 prometieron una remasterización de mapas y campañas, y sí, tenemos una resolución optimizada para 4K.
De igual manera se agregó una división en niveles con la idea de balancear la dificultad para los más novatos.
Jugamos la versión en español latino y es necesario enfatizar que este fue uno de los puntos más fuertes del juego; la actuación de voz y la localización son excelentes. Quizá uno de los elementos más disfrutables del juego.
Las cuestiones negativas del juego pesan bastante
Ya hemos hablado de la mayor decepción del juego: los problemas con los gráficos y la animación.
No obstante, la jugabilidad también presenta deficiencias propias del juego original. ¿Cuál es el objetivo de remasterizar un título manteniendo las deficiencias que ya conoces? ¿Por qué no se corrigieron?
Algo tan simple como la posibilidad de ligar ítems a teclas de acceso rápido hubiese hecho una gran diferencia, sí, se entiende que se trató de mantener una experiencia lo más fiel posible al original; pero también se perdió una gran oportunidad de revivir a los títulos de estrategia en tiempo real para las nuevas generaciones.
El engaño con el editor de mundos
El editor de mundos probablemente sea una de las mayores decepciones, pues con una comunidad que aún después de tantos años sigue activa, debieron haberlo hecho mejor.
Varias características prometidas durante la etapa beta fueron eliminadas del editor de mundos en la versión de lanzamiento. Y la mención (o uso) de propiedades intelectuales ajenas a Blizzard ya no son permitidas en este modo creativo.
Los problemas con el modo online
Finalmente, también deja mucho que pensar que con la llegada de Reforged los usuarios que ya contaban con Reign of Chaos sufrieron una actualización obligatoria al menú de Reforged.
Que dicho sea de paso, carece de ciertas opciones para jugar en línea comparado con el original de 2002, como la falta de torneos, la creación de clanes, clasificatorias y más.
Sobre las deficiencias online parece que Blizzard ya ha puesto manos a la obra, pues próximos parches se aproximan para arreglar la mayoría de las quejas sobre el creador de mapas y otras cuestiones en línea.
El veredicto ¿se merece la lluvia de reembolsos?
También hay que aclarar algo, Warcraft III: Reign of Chaos y Frozen Throne son considerados como de los mejores trabajos de Blizzard y probablemente el mejor Warcraft; un título de estrategia en tiempo real tanto innovador como entretenido.
De tal manera que el juego se mantiene vigente para quienes gustan del género, no solo en las campañas sino en el multijugador y en el creador de mundos; la creatividad que podías explotar dentro de Reign of Chaos era ilimitada.
No obstante, la crítica hasta Reforged no es para el juego de 2002, sino para la remasterización que nunca llegó a ser lo que se prometió.
La decepción no proviene del juego original; esta desilusión surge de todo lo que pudo ser Reforged tanto para los veteranos como los novatos, y es que este título ni siquiera se quedó a mitad del viaje, más bien nunca despegó.