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Pareciera que no, pero la carencia de información, la lentitud y la falta de compromiso generan demasiadas dudas

Sony acaba de dar sus resultados anuales para el año fiscal 2019 – 2020. Los números no fueron nada alentadores porque no se cumplieron las metas que se tenían previstas.

La caída fue de al menos 5 por ciento. No suena a mucho, pero en el papel, no cumplir con las expectativas castiga el valor de una empresa.

¿Dónde falló Sony? Primero, el negocio de smartphones y pantallas no marcha bien y ahí es donde viene el primer problema. El otro apartado que acarreó números negativos fueron los servicios de videojuegos y redes, los cuales están relacionados con PlayStation.

¿Qué sí tuvo un buen desempeño? Bajita la mano, soluciones de imagen de Sony fueron exitosas ya que técnicamente es el proveedor más importante de lentes y chips para smartphones.

Ahora, el apartado de los videojuegos, que es el que nos importa más, tiene problemas muy claros debido a la desaceleración en la venta de consolas y software. Sin juegos, no hay necesidad de comprar un PlayStation 4.

Dualsense de Sony

A esto debemos añadir que el cambio del valor en las divisas afecta los ingresos de Sony y esa es una variable mucho más complicada de ajustar. Si esto no es suficiente, ya estamos en mayo, y la información acerca del PlayStation 5 es escasa, no hay siquiera el tradicional anuncio del anuncio para crear expectativa.

Pareciera que Sony cree que las cosas se van a dar solas porque la marca de PlayStation, a pesar de los tropiezos, siempre brinda resultados.

¿PlayStation ya no es el bastión de Sony?

No cabe la menor duda de que el PlayStation 4 fue clave para que Sony tuviera números negros en la última década. Si los videojuegos se vuelven una carga para la compañía japonesa, podríamos ver el fin de una marca que solo está ofreciendo exclusivas y nada más.

Vámonos al valor de Sony; una acción de la compañía japonesa vale 62 dólares. ¿Cuánto vale una de Microsoft? 179 dólares. Casi el doble. ¿A dónde quiero llegar? Microsoft no necesita de Xbox y por eso se diversifica lo más que puede, por su lado, PlayStation es un pilar para número negros y mucha calma para los inversionistas gracias a su éxito.

¿Qué debe pasar para que el escenario cambie por completo? De buenas a primeras, el PlayStation 5 debe ser un éxito rotundo en el apartado de ventas, el problema es que Microsoft tiene la mano en esta nueva generación gracias a la potencia de la que presume el Xbox Series X. ¿El PS5? Bueno, tiene un disco duro de estado sólido que cualquiera podría comprar.

Uno pensaría que son las exclusivas lo que sostendrían la consola, sin embargo, al menos de aquí a que salga Ghost of Tsushima parece que no van a decir nada sobre la siguiente generación. Estamos hablando de que le están dando todo a Microsoft para que Xbox Series X se afiance desde antes.

Tal vez la primera presentación de juegos de Xbox Series X no fue la mejor, pero, al menos era real y creó un estándar. Superar esa barra de calidad será muy sencillo cuando venga la caballería de juegos por parte de los Third Partys importantes… A menos que ellos tampoco tengan nada y nos estén engañando a todos.

Necesitamos juegos y menos discursos

¿Por qué los fans de PlayStation son llamados ‘piperos’? Porque parece que Sony parece que vende pipas que solo saben hacer humo. Ahora, la compañía japonesa ha callado bocas cuando publica los juegos, pero, cuando no lo hace, parece que duerme en sus laureles.

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Tanta espera causa incertidumbre, preocupación y desesperanza. A eso sumemos todo lo que causa el COVID-19. Pareciera que la industria de los videojuegos luce próspera, pero, son demasiados retrasos y eso provoca especulación.

Ojalá todo mejore y Sony sea contundente con el PlayStation 5, sin embargo, tanto tiempo, mantenerse alejados de sus usuarios, tanta lentitud, todo eso solo genera desconfianza.