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Las historias de zombies siempre tienen un encanto único que atrapa a los fans, y esto no solo ocurre en el cine, pues en los videojuegos hemos contado con verdaderas obras de arte.

Hace casi seis años llegó a la pantalla grande World War Z, una cinta inspirada en el libro del mismo nombre, escrito por Max Brooks y publicado en 2006.

En aquél momento Brad Pitt tomó el rol protagónico, y aunque las calificaciones fueron medianamente buenas, sorprendió a más de uno con sus efectos visuales, sobre todo, por el comportamiento de las hordas de infectados.

Después de todo este tiempo, World War Z por fin dio el salto a los videojuegos, y lo hizo con un título que traerá nostalgia y mucha diversión a los amantes de los muertos vivientes.

Un modo de juego muy familiar

Desde que vimos los primeros adelantos algo se hizo muy evidente, pues el modo de juego lucía muy similar al que vimos en Left 4 Dead, y déjame decirte que no nos equivocamos.

La forma en que están construídos los niveles funciona de una forma algo parecida, así que era inevitable hacer esta comparación en algún punto.

World War Z te sitúa en un grupo de cuatro personajes que deberán luchar para salir de las infestadas calles de diversas ciudades, por supuesto, enfrentando algunos obstáculos que pondrán las cosas interesantes.

En total, deberás recorrer 11 niveles cargados de acción y desafíos que te obligarán a coordinarte a la perfección con tu equipo, o en su defecto, a aprovechar el comportamiento de la inteligencia artificial.

Cada escenario opera de forma similar, pues cuentas con un recorrido lineal que en varios puntos te obligará a detenerte para cumplir algunas tareas, estas pueden ser, defender una locación, proteger a alguna persona o simplemente eliminar a la terrible amenaza “Zed” para continuar tu camino.

Como puedes darte cuenta, suena como un sucesor de Left 4 Dead; sin embargo, existen varios elementos que logran diferenciarlo y hacerlo sobresalir.

Una clase para cada situación

En juegos similares, las armas parecían ser el único elemento que podía diferenciar tu estilo de juego del de tus compañeros, y este detalle era bastante circunstancial, pues dependía del loot de cada nivel.

World War Z va mucho más allá, y aunque puedes seguir escogiendo si ir con una escopeta o una ametralladora, lo que te hará verdaderamente único es el sistema de clases.

En total podrás escoger entre seis especializaciones que le darán a tu equipo ciertas ventajas sobre el campo de batalla, mismas que serán más evidentes en dificultades elevadas.

En este título podrás convertirte en un amo del daño, un experto en explosivos, un médico, un letal peleador a melee e incluso en un experto en artefactos, y lo mejor de todo, es que te volverás mejor conforme más juegues.

Tal y como leíste, World War Z cuenta con un sistema de progresión de clase que te permitirá acceder a talentos y habilidades especiales, mismos que se desbloquearán después de alcanzar cierto nivel.

Algo similar ocurre con las armas, pues aquellas que uses con mayor frecuencia te darán acceso a potenciadores que incrementarán tu desempeño ante las hordas de “Zeds”.

Esto es el apocalipsis

Como te mencioné anteriormente, tendrás que recorrer once niveles diferentes que estarán situados en ciudades reales.

A lo largo de tu aventura recorrerás desde la ajetreada ciudad de Nueva York, hasta las frías tierras de Moscú e incluso Tokio, en donde tendrás solo unos momentos para contemplar el devastado paisaje.

La construcción de estos escenarios está bien realizada, pues refleja la soledad de un mundo que se encuentra al borde de la extinción; sin embargo, lo que vale la pena rescatar del apartado visual no está aquí.

Tal y como ocurre en la película, los “Zeds” no se desplazan como torpes entes en busca de comida sino que se organizan para cumplir tareas en equipo, por ejemplo, trepar estructuras.

El comportamiento de esta masa de destrucción es muy evidente a la hora de defender posiciones, pues la sensación que te provoca ver a una ola de enemigos corriendo hacia ti puede ser muy imponente.

En la dificultad normal no es un problema enfrentarse a esta concentración de enemigos, pues en solitario son muy frágiles, pero ten cuidado con los grandes grupos, ya que podrían hacerte pasar un muy mal rato.

Por supuesto que el apocalipsis ha logrado transformar a unos cuantos Zeds en seres especiales que aparecerán esporádicamente en tu partida, y será entonces cuando necesitarás el apoyo de tu equipo, pues en solitario podrían matarte sin que puedas hacer mucho.

Compañeros torpes, pero funcionales

World War Z es un juego diseñado para disfrutarse en equipo, pero cuenta con una opción para quienes prefieran enfrentar la campaña en solitario.

Cada vez que elijas aventurarte sin conexión tus compañeros serán controlados por la inteligencia artificial del juego, y créeme, a pesar de su torpeza terminarás amándolos.

Si eres uno de los veteranos jugadores de Left 4 Dead notarás que los personajes no son tan torpes como en el título de Valve, y de hecho, te salvarán el trasero cuando más lo necesites, pero no te confíes, ya que la mayor parte del tiempo estarán algo alejados de ti.

Al jugar en dificultades altas estos sujetos podrían volverse un problema, pues tienden a cruzarse en medio de tu línea de disparo, y como en este título existe el fuego amigo, en más de una ocasión terminarás mandándolos al suelo.

Un modo online que no termina de funcionar

La verdadera experiencia se vive al jugar con otras personas, así que puedes unirte a la lucha de varios usuarios a través de internet; sin embargo, no siempre saldrá todo bien.

El riesgo de no unirse con amigos es que la mayoria de las veces caerás en partidas muy avanzadas, así que prácticamente llegarás a saludar, disparar un par de veces y volver a la sala de espera.

Durante las horas que jugamos World War Z sufrimos de varios problemas de conexión que dificultaron mucho nuestras partidas, pero estas fallas aparecían de forma intermitente.

Este título cuenta con un modo PvP que no termina de ofrecer mucho, pues cuenta con modos como “rey de la colina” y el clásico “Deathmatch”.

Un repetitivo juego que se salva por ofrecer diversión

World War Z es uno de esos juegos en donde puedes pasar horas y horas divirtiéndote con amigos, viendo cómo fracasan al intentar cumplir una misión y mentando madres cuando alguien hace las cosas mal; sin embargo, es extremadamente repetitivo.

Todos los niveles funcionan bajo el mismo formato, es decir, avanzas unos metros y defiendes posición, avanzas un poco más y buscas artefactos o formas de escapar, por supuesto, mientras una horda de enemigos te ataca.

Esta fórmula resulta ser efectiva para pasar el rato, pero después de unas cuantas horas puede hartar a más de uno.

El sistema de clases y su progresión le dan un buen pretexto para jugarlo una y otra vez, y seguramente lo disfrutarás mucho si te quedaste con ganas de ver un Left 4 Dead 3.