Olvidable y genérico
La franquicia de Fast & Furious es algo único en el sentido en el que es una serie de acción que mezcla básicamente todo lo que a un fanático de la acción le gusta: velocidad, adrenalina, violencia… un toque de humor aquí y allá, autos, países exóticos y hazañas imposibles.
Así ha sido una película tras otra, con todo y sus spin-offs. No importa de cuál película estés hablando, es ideal para verla, sacar un poco de estrés y seguir con tu vida.
Por lo menos así es como la he tomado yo a través de todos estos años. No soy un fanático empedernido de la saga, pero la noticia de un videojuego fue bienvenida en su momento ya que sonaba emocionante la idea de sentarte en los asientos de estos hombres y mujeres que hacen cosas imposibles detrás del volante. El potencial era enorme.
Pero en el camino algo salió mal, muy mal. Y encontramos en Fast & Furious Crossroads un título blando, lineal y carente de la emoción que se imprime en los filmes… ¿Por dónde empiezo?
¿Y ese quién es?
La historia comienza con Dom y Letty en una persecución a gran velocidad para capturar a un miembro de una organización secreta; los Tadakhul. Esta misión comienza con un feeling muy familiar, a lo Uncharted 4 probablemente. Pero rápidamente saca a relucir los problemas que este título tiene desde la mesa de diseño.
Para empezar, no recuerdo la última vez que jugué un título de carreras con una barra de vida. ¿Me indica que Dom va a morir si vuelven a chocarme? ¿O que el auto simplemente se va a descomponer? Fue algo muy confuso que llamó más mi a tención que los vehículos de guardaespaldas que me disparaban en ese momento. Esos primeros 5-7 minutos fueron sumamente confusos.
Al terminar la primera misión el juego nos presenta con tres nuevos personajes de cuyos nombres ni me quiero acordar, lo cual me ha parecido no solo una pena, sino una lástima porque más y mejores personajes ya conocidos de la franquicia hubieran sido algo que ayudaría al poco valor de producción del título.
Estos nuevos personajes no tienen fondo, buenos diálogos ni el humor característico que se ha formado con los años de interacción entre los personajes principales de la serie. Son de hecho puro relleno pero que cargan lastimosamente con gran parte del desarrollo del juego.
Fast & Furious Crossroads no es ni arcade ni simulador, sino todo lo contrario
Fast & Furious Crossroads no es un título realista, no que deba serlo… pero tampoco es como tal un título arcade con un montón de cosas por hacer para los jugadores más casuales o inexpertos.
En cuanto a dificultad es fácil, sí, pero no exige ni mucha atención ni mucho compromiso de parte del jugador. De hecho, para ser un juego de carreras, es sorpresivamente poco interactivo.
En este sentido, Crossroads asimila (voluntariamente o no, no tengo idea) el rol de las películas que lo inspiraron, ofreciendo un show predeterminado que dura más o menos lo de una película (poco menos de 5 horas en mi sesión), en vez de invitarlo a que sea el jugador el que arme su historia.
Dicho esto, toda la evolución que el género de carreras ha sufrido en la última década parece no haber influenciado a este juego en lo absoluto. No existe un sistema de puntaje estilo arcade, no hay flexibilidad en las acciones que puedes realizar o en un sistema de múltiples rutas, un mundo abierto o la posibilidad de personalizar profundamente tu vehículo. Todo se rige bajo un “script” y todo debe salir como fue escrito.
Si bien existen algunas mecánicas interesantes como la capacidad de cambiar de conductor y auto “al vuelo” o la utilización de algunos gadgets, esto se hace solo cuándo y cómo el juego lo dicta. Nada de ponerse creativo. Y este tipo de inflexibilidad hace que se pierda el interés muy rápido.
Existe un modo multijugador incluido en el título, pero después de 3 intentos diferentes de más de 30 minutos (de 9 que calculaba el propio juego) de espera, me resultó imposible encontrar oponentes o compañeros para jugarlo y dar mis impresiones.
Mencionaré brevemente que los controles también son un desastre. Lo que en otros juegos es digno de analizarse como el comportamiento del auto, la suspensión, los frenos o la IA aquí ni siquiera aplica.
Fast & Furious ni brilla, ni ruge
Desafortunadamente el apartado audiovisual es otro aspecto que sufre mucho. Si bien algunos diseños de los autos que aquí se usan son sacados de las películas, estos carecen de detalle, no cambian estructuralmente incluso cuando se les castiga mucho ni sufren daños que, de nuevo, no estén en el script.
Algunos escenarios hacia el final del juego lucen más como de esta generación de consolas, sin duda el trabajo más rescatable en todo este apartado.
Oh y el sonido de los autos a gran velocidad tampoco es algo que pueda rescatarse, claramente sacados de material con que ya se contaba.
Hablando del audio, incluso contando con las voces de los actores que dan vida en las películas a Dom, Letty e incluso Roman, las actuaciones carecen por completo de inspiración.
¿Recuerdas esa escena de Los Simpson en la que el payaso Krusty graba los diálogos para su muñeco en segundos, con prisa y de mala gana? Puedo imaginarme a Vin Diesel y compañía haciendo lo mismo. Esta es una de las poquísimas ocasiones en que van a leer que yo diga que hubiera preferido jugarlo con doblaje.
Conclusión: Si vas a hacer algo, hay que hacerlo bien
Yo no sé exactamente qué pasó durante el desarrollo, pero Fast & Furious Crossroads es lo peorcito que ha acompañado al nombre de la franquicia.
Ya sea por presupuestos ajustados, tiempos de desarrollo irreales, la influencia de alguien que conoce la industria del cine, pero no la de los videojuegos o cualquier otra razón, está claro que Crossroads debió ser uno de esos proyectos que se cancelaran a medio desarrollo porque no tiene ni siquiera identidad propia.
Existen decenas de juegos de carreras que toman inspiración de otros, que mejoran una mecánica existente, que innovan, que pulen o que juegan a la segura. Todos ellos entregan productos de calidad para diferentes tipos de fanáticos del género. Pero Fast & Furious Crossroads no hace nada de esto, sino que entrega un corto espectáculo en el que el jugador rara vez tiene influencia sobre lo que sucede.
Algo tibio que realmente no estaría entre mis recomendaciones para ningún fanático o curioso de los juegos de carreras, ni de las películas.
Fast & Furious Crossroads ya está disponible para Xbox One, PS4 y PC. Esta reseña se basó en la versión de Xbox One.