Particularmente en esta generación de consolas el tema de los remasters es una constante en los videojuegos. No tenemos datos exactos pero es fácil asegurar que estamos en una época donde estos proliferan, pues casi en cualquier evento de anuncios nos encontramos con uno nuevo.
Qué mejor prueba de esto que esta semana en la que un par de sus lanzamientos más importantes fueron versiones mejoradas de TES IV: Oblivion y Days Gone los cuales además fueron recibidos con diferentes puntos de vista. Esto nos hizo preguntarnos, cuándo son válidos y cuándo no.
Los remasters pueden dar nueva vida a series durmientes
A pesar de que en los últimos años los remasters se han ganada algo de mala fama, la realidad es que no siempre son malos en la práctica. Sobre todo cuando tomamos en cuenta a qué juego se le está dando, si es a uno bastante popular o a uno que en su momento no pudo brillar por diversos factores.
Entre estos ejemplos podríamos poner a Okami HD. Este título vio la luz en la época de PS2 y después dio el salto al Wii, pero lamentablemente ninguna de estas versiones fue un éxito en ventas. Sin embargo, su remasterización le dio una oportunidad más para brillar e incluso ya tenemos su secuela en camino.

Esto es principalmente porque los remasters pueden usarse como una herramienta para evaluar el mercado. Otro ejemplo reciente son los remasters de Soul Reaver 1 y 2 que Crystal Dynamics está usando para probar si se dan una vuelta más por la saga de Legacy of Kain.
Finalmente de nuevo tenemos a Capcom que le da a los fans la oportunidad de disfrutar de la saga de Onimusha al remasterizar sus juegos de PS2 antes de la llegada del siguiente en 2026. Además de que seguramente el éxito de remasterizar Warlords en 2018 tuvo que ver con su decisión para darnos Way of the Sword.
Así que si los remasters sirven tanto para ganar nuevos fans como para recordarles a los viejo por qué se enamoraron de la saga. Especialmente si son sobre juegos o sagas que quedaron un poco olvidadas por el tiempo. Lo cual nos lleva al siguiente punto.
Son válidos cuando nos dejan disfruta juegos ya no tan fáciles de conseguir
Hasta tiempos recientes se volvió más común la retrocompatibilidad en las consolas. Hace muchos años el cambio de generación implicaba dejar totalmente atrás tu colección de juegos lo que por consecuencia hacía un poco más difícil disfrutar de algunos títulos que se quedaron atrapados en sus respectivas consolas.
Ahora remasters como los hechos por Nightdive Studios y Aspyr traen de vuelta ciertas joyitas olvidadas para ser disfrutadas por las personas que o no lo disfrutaron en su tiempo o no tienen las consolas necesarias a la mano. Ya no necesitas un PS1, PS2 o Nintendo 64 para disfrutar de títulos como The Thing, los Tomb Raider originales, la trilogía de Turok o varios más.

Ahora comparemos con algunas remasterizaciones para juegos que son bastante recientes y muy fáciles de conseguir todavía. Aquí tenemos por supuesto a juegos como The Last of Us, Horizon Zero Dawn y justamente Days Gone. Son juegos de la pasada generación que todavía se pueden comprar y además se ven bastante bien incluso sin las mejoras gráficas añadidas. Es aquí donde queda más en evidencia que se hacen con el mero deseo de exprimir más dinero de los fans.
Incluso Nintendo parece que seguirá esta tendencia con algunas de sus versiones de Nintendo Switch 2 para juegos de la híbrida original que prácticamente son remasters sin el nombre. Quizás lo ‘peor’ en este aspecto es que al igual que Sony, tienen varios juegos de épocas pasadas que les vendría muy bien una remasterización en lugar de darle apoyo a juegos que no sólo son fáciles de conseguir, también fueron muy exitosos en su momento.
También hay remasters que borran la línea entre remasterización y remake
Otro aspecto que podemos considerar para determinar si un remaster vale la pena son los cambios que hacen. Mientras algunos sólo se enfocan en darles un cambio estético otros van más allá, haciéndolos más disfrutables para los jugadores modernos o agregando varios aspectos que las tecnologías de su época no permitían.
Aquí fácilmente entra la reciente remasterización de Oblivion que realmente borra la línea entre un remaster y un remake. Su jugabilidad se mantiene similar, pero modernizada y también hicieron un enorme trabajo al darle unos gráficos que no le piden nada a los actuales. Sólo basta con ver comparaciones con su versión original de 360 para ver que se esmeraron bastante. Sin olvidar que hay 19 años de distancia entre el original y su remasterización.

También recordemos a Dead Rising Deluxe Remaster que también fue más allá al prácticamente eliminar las pantallas de carga, darnos un centro comercial mejor conectado, textos más legibles y una IA totalmente mejorada para los supervivientes arreglando casi todos los puntos débiles del original.
Si los remasters ya van a cobrar casi el precio de un juego nuevo, más vale que nos ofrezcan mejoras considerables. De otra manera sólo los incautos o los muy fans lo comprarán ya que no justifica para nada su existencia. Quizás sólo para jugadores realmente nuevos que quieran la versión más actual en su consola recién comprada.
Aunque realmente no hay remasters totalmente necesarios, por lo menos ya sabes cuáles valen más la pena. Aquellos que reviven sagas, nos dan juegos que ya no se pueden conseguir tan fácilmente y además los mejoran bastante son los que merecen todo tu dinero y tu apoyo. Los demás sólo juegan con su popularidad y esperan a ver cuántos caen en sus trampas de dinero.
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