En la nueva entrega de God of War, los dioses de Asgard temen la llegada del Ragnarok, el final de los tiempos, un destino inamovible, pero, desconocido para ellos es que la muerte también puede llegar de las manos del dios de la guerra griego, Kratos.
Después de de los sucesos de la tercera parte de God of War y abandonar su hogar y su pasado, nuestro asesino de dioses se ha establecido en Midgard, la tierra de la mitología nórdica. Kratos se ha convertido en padre de familia, pero todo está a punto de cambiar. Este juego cuenta la historia del Dios de la Guerra y su hijo, Atreus, quienes están cumpliendo el último deseo de su madre, esparcir sus cenizas en la cima de la montaña más alta y en su viaje se encontrarán con muchos peligros y opositores, los mismos dioses de esta tierra vikinga estarán intentando detenerlos por una razón desconocida.
Völupsá – La Edda de Kratos
El “nuevo” Kratos no es el viejo conocido de la era del PlayStation 2, éste es un hombre más apegado a la paz y tranquilidad buscando escapar de Grecia, como lo narra la tercera entrega de esta saga. Ahora, Kratos quiere educar a su hijo y ya no es el despiadado asesino de Zeus a puño limpio; tenemos a un personaje más maduro y concentrado en tener un futuro para su familia, algo no visto estos días en los juegos.
Las interacciones entre Kratos y Atreus son impactantes, la forma en que este antiguo Dios de la Guerra le quiere enseñar a su hijo cómo cazar y comportarse es dura y pesada, se nota estar fuera de su zona de confort, aún más cuando te das cuenta de que Frey, la mamá, era quien educaba al niño mientras Kratos cumplía sus caprichos.
Mientras avanzas en la historia te darás cuenta de cómo el padre sí quiere a su hijo y espera mucho de él, pero no sabe cómo expresarlo y tampoco interactuar con una persona que cree no ser amada.
En las alas de las Valquirias – Explorando Midgard y descubriendo sus secretos
El mundo de God of War es bastante diferente a lo que estábamos acostumbrados en entregas anteriores, aunque si es lineal, deja espacio para un poco de exploración alrededor del área central del mapa. Esta área se va expandiendo mientras avanzas en la historia y Atreus te recomienda explorar Midgard antes de continuar tu misión, lo cual se pagará con creces si logras sobrevivir los retos esperándote en las áreas secretas encontradas en los pasadizos del mapa.
La expansión de los reinos alrededor de Midgard es un poco decepcionante, cuando te encomiendan viajar a Hellheim, el mundo de los muertos, te emocionas, pero al llegar a este plano, el cual es un espejo de Midgard, por alguna extraña razón, te das cuenta de la linealidad de los mapas, es un pasillo recto con un poco de acertijos y verticalidad la cual es muy fácil de seguir. Este no es la excepción, absolutamente todos los mundos que visitas son muy parecidos – Ve al centro, mata a todo frente al camino y regresa al punto de inicio, repite para terminar el juego.
Esto es lo más decepcionante de God of War; se nota en las partes que se ahorraron presupuesto para aumentar la calidad gráfica del juego. Esto es igual con las mejoras de las armas, los poderes desbloqueables en la historia, en juegos anteriores, lo hacías gracias a tu destreza de haber eliminado a un enemigo, como a Medusa en God of War 2; en esta entrega, el poder lo consigues para poder avanzar sin ser la recompensa de eliminar a un jefe.
Pero… ¿Dónde están los Dioses?
Los personajes secundarios son escasos y aburridos, sin profundidad, con diálogos cursis y sin trasfondo, aparte de no tener mucho sentido. Hay uno o dos, máximo, los cuales tienen muy buena actuación y profundidad, sin contar a Kratos y Atreus, ellos están muy bien definidos y los actores que los caracterizan hacen un excelente trabajo. Muchos de los personajes tienen motivaciones banales o inexplicadas quienes solo están ahí para mover la historia hacia adelante.
Llegando al Valhala – El combate Vikingo
El combate es lo mejor del juego – uno de los mejores de este año – es muy parecido al de Hellblade – Senua’s Sacrifice dejando atrás los combos de antaño donde un botón te hacía parecer el dios de los encadenamientos, ya no son el foco del juego, ahora una estrategia de manejo de habilidades y movimientos evasivos es usada para entregar un combate satisfactorio, pero al mismo tiempo profundo y difícil de perfeccionar.
En esta entrega, Kratos ha abandonado sus Cuchillas del Caos para usar un hacha de hielo, mientras comandas a Atreus para disparar flechas de elementos a los enemigos para hacer combos y daño mientras Kratos se concentra en destazar a los enemigos.
Muchas habilidades especiales las podrás desbloquear con puntos de experiencia y ayudarán mientras atacas, algunas otras aparecen en formas de Runas las cuales podrás equipar para desatar ataques impactantes o habilidades que te ofrecen una ventaja en el combate, la cual necesitarás, ya que los enemigos de este juego son más sanguinarios y más resistentes: ahora sí son un reto, no solo un estorbo en el camino de Kratos.
El Ragnarök – El fin de la Reseña
No podría dejar de mencionar la emoción al jugar God of War, una de mis favoritas mitologías, (la mitología celta está junto a la nórdica en mi lista de favoritos). Este juego tiene una de las mejores representaciones de la mitología nórdica jamás vista, pero dejaron muchas menciones y apariciones fuera del juego. En comparación a las entregas de PlayStation 2, es más corto, aunque si tiene más end game. Lo más atrapante es el combate, las representaciones de los dioses, la interacción entre Kratos y Atreus. Pero hasta ahí; la historia y el mapa, los enemigos y el ahorro de elementos obvio hacen que, al final, el juego me quedar a deber, es una muy gran experiencia, pero en este caso, el viaje vale más que el destino.
Clasificación 8.5
- Combate
- Interacción entre personajes
- Representación de la mitología nórdica
- Mapa
- Exploración
- Historia