La última entrega de Dragon Quest no solo es una obra maestra, demuestra cómo los elementos clásicos de los JRPG siguen vivos en una era donde parece que ya no hay espacio para los juegos por turnos y una historia sólida.
Héroe es la primera palabra que me viene a la mente cuando quiero describir a Dragon Quest. Desde la concepción de esta franquicia, el objetivo ha sido salvar al mundo de una fuerza maligna la cual parece no tener rival. Si bien esto suena a un trillado cliché linear, la grandiosa narrativa combinada con sólidas mecánicas de juego entrega una gran propuesta con un valor impresionante en cada minuto. El relato, en todos sus niveles, es épico, ágil y profundo. No importa si estás realizando una simple tarea o enfrentando a un temible monstruo el cual te triplica la estatura y puede acabar con tu equipo con un solo golpe, la satisfacción es tal que todo el tiempo invertido en Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age valdrá la pena. Es más, entenderás de una vez por todas por qué la serie detiene a todo Japón cuando sale a la venta.
Un JRPG pensado tanto en los fans de la vieja guardia como en los más curiosos jugadores
Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age te recibe con su tradicional y heroica tonada la cual es interpretada, en esta ocasión, por la Orquesta Sinfónica Metropolitana de Tokio. Si viste las Aventuras de Fly o ya has tocado cualquier otra entrega de la franquicia, te darás cuenta de que el juego te recibe con los brazos abiertos para llevarte de la mano en una aventura, sin exagerar, tan grande como la vida misma. Ahora, el juego también te da la bienvenida si eres nuevo con la franquicia, pues esta propuesta está diseñada de tal forma para que cualquiera pueda tomarla y divertirse con ella.
Ahora, vale la pena señalar que Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age balancea todos esos elementos clásicos que han acompañado a la serie desde su concepción. Cada uno de los apartados fue ajustado para recibir a los jugadores nuevos y viejos, creando un ambiente familiar con sabores nuevos para emocionar al paladar. Con esto en mente, los seguidores de antaño de la franquicia encontrarán a un viejo conocido con una nueva historia por contar, mientras los “novatos” serán llevados de la manita para comprender el enorme y complejo mundo que rodea a esta clase de propuestas. Incluso, los jugadores de antaño, cuya atención en los detalles es alta, verá una serie de increíbles conexiones las cuales te abrirán los ojos.
Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age y sus solidas mecánicas de juego
Afortunadamente, Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age no hace experimentos o apuestas descabelladas a la hora de presentar sus mecánicas de juego, al contrario, se enfoca más en los elementos que acompañan a la serie desde hace muchos años, en otras palabras, como no está roto, decidieron mantener como está. ¿A qué me refiero con este inciso? En el apartado del combate el juego sigue siendo por turnos. Puedes atacar con tu arma, poner una posición defensiva, lanzar un ataque mágico, realizar un movimiento especial, utilizar un ítem o tratar de escapar. También tienes la posibilidad de organizar a tus personajes antes de combatir y luchar hasta salir vencedor o derrotado según sea tu suerte.
A diferencia de los juegos de acción RPG, las mecánicas por turno de Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age brindan un elemento muy sólido de estrategia el cual otorga una gran cantidad de variantes al jugador. Justo antes de iniciar un combate, puedes organizar la actitud de cada uno de los cuatro personajes a los que controlas, por ejemplo, el héroe principal puede atacar a diestra y siniestra; otro tendrá una actitud más conservadora, pero sin abandonar la ofensiva; el siguiente usará ataques mágicos y el último se dedicará a curar a sus compañeros. Obvio, esto es muy básico, pero útil cuando estás subiendo de nivel. Si lo tuyo es vivir la emoción, sudar la gota gorda y conocer todo lo que pueden hacer los personajes, también puedes elegir controlar las acciones de cada uno. A través de este apartado es que se vive más a fondo este RPG de Square Enix. Incluso, vale la pena dedicarle unas 5 o 6 horas para aprender lo más posible todas las combinaciones posibles que suceden durante el combate.
Durante los duelos, obtienes puntos de experiencia y dinero. Conforme avanza la historia, verás que los enemigos te brindan puntos de experiencia y dinero. A veces las proporciones no son tan justas, incluso, pienso que tal vez la economía del juego no es tan equitativa, sin embargo, el balance entre la compra y venta de artículos de combate y la creación de armas es bastante bueno. Por otro lado, mientras combates a los enemigos, te aparecerá una opción llamada Pep Power. A través de este apartado se ejecutan acciones que se traducen en ataques muy poderosos que hacen una buena cantidad de daño a los enemigos. La mayoría se hacen en pareja y es importante ser muy paciente si quieres ejecutarlo en el momento correcto.
Desarrollo del árbol de habilidades y progresión de los personajes
De la mano de las mecánicas de combate viene un árbol de habilidades y también la progresión de los personajes. Además de subir de nivel después de acumular cierta cantidad de experiencia, también juntas puntos los cuales vas repartiendo en un árbol que desbloquea habilidades. Ahí verás que hay apartados para las armas que trae tu personaje y uno dedicado a la magia o movimientos especiales, por ejemplo, el árbol del héroe es muy amplio por la variedad de armas con las que puede luchar. Ahora, ¿es posible desbloquear todo? Es probable, pero deberás grindear mucha experiencia y eso toma mucho tiempo, además de que vuelve repetitiva a la experiencia.
La progresión del personaje no requiere gran ciencia, incluso se puede decir que es lineal pues los atributos van creciendo de forma exponencial conforme alcanzas otro nivel. Esto quiere decir que el verdadero apartado de personalización se encuentra en el árbol de habilidades pues ahí donde puedes crecer atributos a tu gusto como son la cantidad de puntos de magia, agilidad, resistencia y demás. Si te dedicas a subir de nivel y no atiendes el árbol de habilidades, técnicamente te pierdes de la mitad del juego. Ahora, a nivel diseño, Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age es un poco tacaño en la repartición de puntos pues desbloquear habilidades requerirá, a veces, subir dos o tres veces de nivel para acumular una buena cantidad y así ir desarrollando mejor al personaje. Si bien esto invita a jugar, también desgasta la experiencia. Claro, puedes borrar todas las habilidades y reorganizar a tu gusto, sin embargo, te das cuenta de que necesitarás jugar mucho para sacar todo. Esto, a final de cuentas, puede ser un reto muy difícil de superar.
¿Mundo abierto? Exploración, vehículos y traslado
A pesar del bastó mundo por explorar y el extraordinario diseño de niveles, Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age es un juego lineal. Verás, un sandbox te brinda libertad a la hora de explorar e interactuar con ciertos elementos en el juego, sacrificando el apartado de la historia. En este JRPG de Square Enix la narrativa tiene un peso superior y se apoya mucho del la exploración para contar un maravilloso relato que se va desarrollando de una manera inteligente. Ahora, este enorme escenario está repleto de una gran variedad de países que van desde pequeñas villas con un aspecto medieval hasta portentosas ciudades con un castillo en medio.
Cada lugar mínimo contará con un representante eclesiástico o una estatua para poder guardar tu partida. Luego ya vienen los extras como un “hotel/hostal” para dormir, la tradicional tienda de ítems y después la de armas. Los demás comercios son bares o fondas donde los NPC realizan alguna actividad. Ahí es donde puedes conocer más información sobre la situación actual del sitio que estás explorando. Dejar de hablar con ellos puede ocasionar que te pierdas de algún dato clave dentro del juego. Ahora, sí te sientes perdido, siempre habrá un punto color rosa en el mapa el cual te ayuda a dirigir tus esfuerzos al camino correcto, en otras palabras, te dices por dónde debes ir a con quién debes charlar para continuar la historia.
Ahora, podrías pasará casi todo el mundo caminando, sin embargo, esa sería una tarea bastante pesada e innecesaria. Para viajar de un lugar a otro tienes la opción de: correr cual maratonista por todo el mundo, usar un caballo para trasladarte de un lugar a otro, usar una técnica mágica para moverte de un lugar clave a otro o depender de vehículos o seres fantásticos para ir un poco para agilizar el trámite de la exploración. Este apartado agiliza mucho la historia y hace menos tediosa la experiencia de juego. De esta forma es mucho más sencillo completar ciertas misiones secundarias que requieren traslados exageradamente largos.
Creación de armas
Uno de los elementos más entretenidos dentro de Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age es la creación de armas. Este apartado es clave para profundizar más en el juego. Verás, en un juego de rol cualquiera, por lo general, asistes a una tradicional tienda para gastar ese dinero que obtienes después del derrotar a un duro enemigo. En un inicio, los artículos tienen un precio pasable, sin embargo, luego se elevan como si la nación donde sucede Dragon Quest XI estuviera pasando por una especie de crisis. Para no depender solamente de viajar de un lado a otro y comprar, tienes la oportunidad de crear tus armas. Ahora, no todo es tan simple, también debes mejorar tus habilidades como un artesano de la guerra.
La creación de armas se basa en la recolección de ítems los cuales están esparcidos por todo el mundo y de cómo los vas forjando a golpes. Obvio, tu habilidad para crear va subiendo mientras crece el nivel de tu personaje. Tal como lo mencioné, este es un trabajo artesanal y entre más exacto, mejor. Es decir, si tu espada, escudo o hasta vestido está hecho a la perfección, obtienes esferas para mejorar otros artículos que ya tienes y, de paso, otorga mejores parámetros al que acabas de hacer. Ahora, no haces las piezas por arte de magia, todo lo contrario, debes explorar y encontrar la recetas e instrucciones para aprender a hacer artículos nuevos. Esto, al menos para su servidas, brinda variedad y espacio para preparar una estrategia dentro del mismo juego.
Narrativa e historia
La narrativa de Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age se va desarrollando a un tiempo muy particular, sin prisas, pero, tampoco cayendo en la lentitud. Es como la cadencia de un vals el cual requiere un paso a la derecha, luego a la izquierda y después un giro. Ahora, la historia es heroica y te emociona tanto que deseas ir a cumplir con el objetivo a como y dé lugar, sin embargo, es necesario conocer el entorno y a los demás personajes secundarios que acompañan este relato. Ir entrelazando cada una de las historias te hace sentir que lees extraordinario libro el cual, al final, te entrega un grandioso final.
Por otro lado, esta aventura no la llevas solo, vas conociendo a otros individuos con personalidades muy distintas. Primero tenemos a Erik un personaje con pinta de ladrón muy bueno con los cuchillos y los boomerangs. Su forma de pelear es muy especial y desearás tenerlo la mayor parte del tiempo a tu lado. Luego aparece Veronica, una pequeña maga con toda la actitud. Serena es, como su apariencia lo indica, la support de toda tu partida, después aparece Sylvando, un hombre encantador con la agilidad de un cirquero y la fuerza de un caballero. Jade es una chica que tal vez te recuerde un poco a Mam de Las Aventuras de Fly, pues su especialidad es el combate cuerpo a cuerpo. A Rab no lo juzgues por su edad, más bien piensa en toda su experiencia y su capacidad de acabar con todos los rivales. Todos, combinados con tu héroe, hacen milagros y buscan cumplir con la misión de acabar con Mordegon.
Las misiones secundarias y su valor narrativo
A estas alturas de la vida, todos los videojuegos con elementos RPG cuentan con un apartado de misiones secundarias. A veces son algo inútiles y solo sirven para gasta tiempo y alargar innecesariamente la vida de un juego y en otras cuentan con alto valor narrativo. En el caso de Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age podemos decir que hay de todo, pues a veces debes realizar las tareas más simples como recolectar un material y entregarlo a la persona que lo necesita y en otras ocasiones debes de entregar un mensaje o derrotar a cierto enemigo. Ahora, todo tiene una recompensa para el jugador; puede ser desde un simple ítem hasta esas valiosas recetas que sirven para crear más armas.
En el apartado narrativo, varias misiones secundarias cuentas historias muy sencillas las cuales vale la pena leer, pues así comprendes el trasfondo de los espectadores de todo lo que sucede en el mundo de Erdrea. Si bien no se involucran directamente con la tragedia alrededor de la línea principal del juego, te dan a entender que cada quien tiene sus problemas y busca ayuda paran resolverlos. Ahora, vale la pena señalar que el tiempo de juego podría alargarse sin problemas más de 90 horas haciendo todas las tareas y, tal vez, no estarías llegando al final.
Un combate fluido lleno de acción
Gracias a Unreal Engine, Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age luce de un modo impresioante y eso provoca que los combates por turnos se luzcan todavía mejor. Ahora, aquí tienes dos opciones, jugar con una cámara un tanto libre la cual te permite mover incluso a tu héroe mientras se realiza el combate o mantener la vista fija y cambiando las tomas para que luzcan mejor los ataques. Aquí es donde aparece el primer problema, pues ninguna de las dos opciones funciona correctamente al 100%.
El combate está lleno de acción y emoción. Si bien hay duelos fáciles de superar, también hay enfrentamientos muy complicados que requerirán de mucha táctica. Ahí es donde luce mejor el esfuerzo invertido en el árbol de habildiades, pues puedes tener a un personaje especializado exclusivamente en curar a tus compañeros y que cuente con muchos magic points, mientras puedes armar a un tanque con mucho HP y ataques realmente poderosos para acabar con los enemigos. No dudes también en desarrollar un mago el cual pueda manipular los stats de tus personajes y los de los enemigos. Todo esto, sumado a los ataques combinados, da un valor impresionante al apartado del combate como no tienes idea.
¿Innecesariamente largo o tiempo justificado en todo momento?
Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age justifica cada uno de sus segundos. En ningún momento piensas que estás perdiendo el tiempo o que grindear no te entregará algo a cambio. Sí, subir experiencia puede ser una tarea ardua, sin embargo, también trae consigo muchas recompensas. Incluso, de lo que más me agradó del juego es que la duración es larga, pero, no tiene relleno innecesario. Si a eso sumas las misiones secundarias, entonces cuentas con un juego enorme.
Por otro lado, cabe recalcar que la presentación visual es realmente impresionante. Unreal Engine, el diseño de personajes, los calabozos y distintos escenarios están hechos de una forma en que lucen en todo momento. La calidad entre las animaciones prerendereadas y el juego en sí es mínima. Es uno de esos títulos con una atmosfera llena de color la cual disfrutas en todo momento, especialmente cuando se llegan esos momentos cardiacos claves en la historia.
El valor narrativo de la música para afrontar la historia
La música fue compuesta por Koichi Sugiyama, músico japonés que ha acompañado a Dragon Quest desde sus inicios en 1986. Las tonadas son familiares, ricas y emocionantes. Los distintos temas te causarán nostalgia pues tienen ese sentimiento de nobleza y heroísmo con una ligera dosis de ingenuidad que un escenario lleno de monstruos puede entregar.
Uno de los mejores títulos de 2018
Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age vive a la Altura del hype en todo momento. ¿Valió la pena esperar tanto? Sí, pues Square Enix ajustó la presentación del juego en general, por ejemplo, en Japón no había un doblaje y los menús estaban demasiado sencillos. La inversión puesta en la edición occidental del juego vale cada centavo y da, en todo momento, mucho valor a los jugadores.
La localización también tuvo un trabajo muy bueno, pues varios nombres y personajes no podían tener una traducción literal, necesitaban una tropicalización la cual mantuviera los chistes. Ahora, hay cosas que no cambiaron o fueron censuradas, por ejemplo, el “Puff-Puff” esrá de regreso y vale la pena explorarlo, pues te vas a encontrar con más de una sorpresa.
Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age es un juego sólido, sus mecánicas de juego son realmente entretenidas y su historia es absorvente. La duración está plenamente justificada y demuestra que un juego puede ser largo y con contenido útil.
Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age tiene alma y corazón, mantiene vivos elementos clásicos de juegos que nacieron hace tres décadas de un modo impecable.