La exclusiva para Nintendo Switch tiene cosas muy valiosas y, al mismo tiempo, detalles muy aburridos que nos recuerdan los problemas que tienen los juegos del género de Mechas
Me emocioné mucho cuando anunciaron Daemon x Machina en E3 2018 porque el proyecto incluía la participación de Shoji Kawamori, el creador de Macross. No me importaba tanto que estuviera el equipo de Armored Core, porque ya sabía qué podría esperar de ellos y, en especial, una producción de Marvelous Entertainnment.
Ahora, los juegos de Mechas son un género que al menos en occidente no ha funcionado tan bien que digamos. No existe una franquicia que realmente sea sobresaliente. ¿Podría Daemon x Machina volverse en ese juego? Me hubiera gustado pensar que sí, pero en realidad su presentación deja mucho que desear.
Daemon x Machina es un grato intento por tener una propuesta sólida en el género de los Mechas, pero, se queda corto en el diseño de personajes, en los escenarios y en su concepto. Podría ser un proyecto mucho más ambicioso, pero, tal vez la plataforma no da para más.
El piloto novato al rescate
Así como muchos otros juegos de esta clase, Daemon x Machina cae en el cliché del piloto novato que salvará el día mientras aprende a usar su Mecha y mejora sus habilidades en el campo de batalla.
Obvio, eres un héroe anónimo con apariencia personalizable gracias a las herramientas disponibles al alcance de tu mano. Con un poco de ocio e imaginación puedes crear personajes muy atractivos.
Ahora, también es posible personalizar a tu Mecha, el cual es una combinación entre un robot de Macross (Robotech) y Patlabor. ¿Hay transformaciones? Lamentablemente no.
¿Debería tener puntos menos por esto? Bueno, a menos que hables de Gurren Lagan, Eureka Seven o Evangelion puedes tener poderosos robots con cierta personalidad, pero, estamos hablando de Shoji Kawamori y, en el pasado, logró que los Guymelef de Escaflowne se pudieran transformar y aquí no sucedió.
Ahora, el chiste de un juego con un contexto como este es que pueda contar una historia dramática acompañada de combates complicados. Daemon x Machina solo cumple cabalmente con el segundo precepto pues si es un juego con mecánicas exigentes que necesita tiempo para conseguir piezas para desarrollar a tu mecha y dinero para mejorar tu armamento.
¿Su historia? Es aburrida. Su diseño de personajes parece de plástico, simplemente no te causa alguna empatía pues cada mercenario es un cliché en vez de una propuesta de diversidad con la que los jugadores puedan identificarse.
Daemon x Machina brilla por su diseño de misiones y su calidad estratégica
Sí bien la historia no te atrapa lo suficiente como para querer ser el mejor mercenario de todos o querer salvar el día a como de lugar, las misiones y el combate resultan altamente gratificantes en más de un renglón.
Por poner un ejemplo, a veces deberás enfrentar a una horda de enemigos, luego puedes defender un objetivo y en otras ocasiones lucharás contra un Mecha de dimensiones gigantes. Todo tiene un reto y la variedad brinda mucha diversión.
Por otro lado, no se trata de solo disparar con un botón, defender con otro y lanzar misiles. Variar tus ataques durante los combates evita que te aburras y busques la mejor estrategia para derrotar al enemigo.
Incluso habrá momentos en que considerarás mejor atacar con una espada y un escudo mientras lanzas misiles al igual que lo hace el RX 78 de Gundam a solo estar dependiendo de un rifle y estar realizando movimientos de acción evasiva.
Antes de acceder al campo de batalla, estás en una especie de base donde ves portentoso a tu Mecha con el cual realizarás tus misiones. Es un lugar muy simple el cual no tiene mucha gracia que digamos, sin embargo, ahí está todo lo que necesitas para personalizar tu robot antes de salir a combatir.
Digamos que la interfaz en este apartado es medianamente amigable pues requiere un poco de atención. Esto, en una pantalla pequeña es ciertamente cansado, pero desde un televisor es mucho más cómodo. Las piezas del Mecha que puedes cambiar son los brazos, piernas, torso y la cabeza. También puedes variar el arma principal y las secundarias colocándolas en el lado que mejor te plazca.
Daemon x Machina es sencillo de jugar
Daemon X Machina tiene un sistema de juego claramente básico, ZL y ZR sirven para usar las armas de los hombros. L lanza misiles, tiene un botón para realizar un dash y todo el tiempo dependes de una resistencia la cual vas gastando mientras te mueves en el escenario.
La forma en que el robot se desplaza en pantalla puede ser a través de volar/flotar por el aire y, también deslizándote por el suelo con la ayuda de unas turbinas.
Estos movimientos son los de Mechas, así que tienes que entender que posees un vehículo un poco pesado mientras camina y rápido cuando está deslizándose por el suelo. Con el dash es fácil realizar giros los cuales sirven para esquivar el ataque de los rivales.
Gracias a esto, la acción es ciertamente vertiginosa. Lo que no tiene tanto chiste es la mira pues es automática. No es la gran cosa, pero, funciona de tal manera como una especie de soporte.
Las mecánicas, al ser tan sencillas, son fáciles de adoptar, el problema es que la complejidad no la adquieres tan pronto y a veces vas a sentir que no estás causando el daño suficiente a los enemigos.
La habilidad no basta para ganar, es necesario que estés obteniendo dinero y compres más armas y mejoras para tu robot gigante. A final de cuentas, eres un mercenario y tu efectividad para acabar misiones se mide con el dinero obtenido al finalizar cada una de ellas.
Más horas de juego con el multijugador en línea
Bendito sea el momento en que decidieron darle a Daemon x Machina un modo multijugador en línea. Las misiones cooperativas son realmente entretenidas y brindan muchas más horas a un juego que parece tener una caducidad inmediata cuando ya llegas al final.
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Vale la pena experimentar las batallas contra los enormes robots u otras hordas de mercenarios. Lástima que la comunicación sea un poco deficiente dentro del mismo juego.
Afortunadamente, invertir tiempo durante el modo cooperativo te va a traer muchas recompensas. Digamos que es el espacio ideal para obtener “loot” y, así, darte a la tarea de acabar el juego con mucha más facilidad. Sí, no es la octava maravilla de sistema, sin embargo, funciona cabalmente.
Daemon x Machina es un juego atractivo, hasta donde el Nintendo Switch lo permite
El rendimiento de Daemon x Machina en Nintendo Switch es bastante interesante. Hablamos de un juego de acción con objetos pesados que requieren una física muy específica. Las animaciones de los Mechas, el manejo de las partículas, todo saca lo mejor de la consola de la Gran N. Obvio, no es la calidad más alta o la óptima, sin embargo, el resultado es bastante positivo.
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Por otro lado, la música es ciertamente pobre y no aporta gran cosa a la experiencia de juego. Podría ser algo mucho más sólido que te emocione, pero, simplemente no llega a niveles altos de producción. Tal vez como la historia no tiene tanto peso emocional, la composición musical no ofrece algo mucho más sólido.
Ahora bien, los personajes dejan, de verdad, mucho que desear. Como ya lo mencioné párrafos antes, no tienen alma o un trasfondo que cree un lazo entre el juego y el usuario. El trabajo de doblaje es muy exagerado y no cuenta con una dirección correcta. Podría ser algo mucho mejor.
Es la franquicia de Mechas que merecemos, no la que podemos tener
En mi sueño más mal viajado veo que Bandai Namco lanza un nuevo juego de Macross para el Nintendo Switch. No es tan bueno, pero, gracias al contexto que ya tiene el producto, tenemos un juego que cumple los deseos de un fan que ama los títulos de Mechas.
Ahora, Daemon x Machina no es eso, es real y entrega una experiencia la cual puede entretenerte un buen rato si seguiste la franquicia de Armored Core y te gusta el trabajo de Shoji Kawamori. No es perfecto, pero, vale la pena.