Esta nueva entrega de GRID combina experiencia de 11 años con la tecnología de hoy
Codemasters continua forjando su legado como uno de los desarrolladores que mejor entiende los juegos de carreras. Esta vez continuando con la serie GRID, un título que prefirió saltarse la numeración y que funciona como una especie de reboot de la serie.
GRID cuenta con el mismo pedigree que podrías recordar del primer título de hace 11 años, pero con estándares y prácticas que simplemente lo convierten en un juego moderno, en toda la extensión de la palabra.
Una de estas prácticas es la habilidad de personalizar tu estilo de juego y modificar la dificultad a través de diversas ayudas. Sin nada de esto, GRID sería un juego bastante intimidante, pero estas adiciones le otorgan a GRID una accesibilidad que invita a pilotos veteranos y nuevos a ver de qué va esta nueva entrega.
Adelanto: este es uno de los títulos en los que no se necesita un buen volante para disfrutarlo por completo.
Debo hacer un paréntesis aquí para aclarar cómo estoy utilizando la palabra “arcade”. Estoy más acostumbrado a juegos de carreras que funcionan como simuladores, con sistemas de daño que alteran la forma en que manejas, con penalizaciones por mal comportamiento en carreras, etc.
Si bien GRID es más permisivo y pone la acción y diversión frente a ti desde los primeros minutos sin reglas ni contratiempos, no considero que sea algo necesariamente malo. Simplemente se toma algunas libertades que otros juegos más serios pretenden inculcarte antes de ponerte al volante.
Dicho esto, continuemos…
De lo bueno, poco
GRID tiene un detalle que resultará evidente para todos los aficionados al género: su plantilla de autos y de localidades es mucho más reducida que otros títulos.
Por supuesto que no podemos negarnos a la posibilidad de contar con más contenido vía DLC (más locaciones ya están oficialmente confirmadas) en estas épocas, pero lo que obtienes ahora mismo es un paquete más compacto de lo que podrías esperar.
Y sin embargo, esta selección modesta funciona a la perfección. No hay una localidad aburrida gracias a detalles como un público bastante animado en las pistas más urbanas o los efectos de luz en una noche de fuegos artificiales. Si bien no me parece que la lluvia cambie fundamentalmente la forma en la que manejo, es también un espectáculo visual que luce estupendamente.
Así mismo, cada auto en GRID se ve y se siente como su propia máquina, pocas veces he disfrutado tanto los detalles del daño a un auto después del castigo al que se expone con un piloto novato. El rugido del motor es prácticamente único para cada modelo y todos los sonidos de un buen auto de carreras está presente y listo para ser disfrutado (dicho sea de paso, de preferencia con un buen headset).
El modo carrera de GRID no es nada extraordinario. Como podrías imaginar está dividido en diversas categorías. Ganas dinero, lo gastas en autos nuevos, contratas a un compañero de equipo y repites hasta ser el indiscutible campeón. El modo en línea se divide en carreras públicas o privadas.
Ahora ¿qué tan difícil es GRID? Eso depende de las ayudas que actives y de tu experiencia previa, por supuesto. Pero hay un sistema que me parece maravilloso y que involucra a las IA contra las que compites.
Al ser demasiado agresivo con algún otro piloto te conviertes en su Némesis. Dicho corredor obtiene un aumento temporal en sus habilidades y además de buscar la victoria, busca devolverte el favor sacándote de la pista, obstaculizando un rebase, chocando tu defensa en una cuerva importante.
Es un sistema que yo hubiera bautizado como “patán” que resulta divertido pero que puede ser una buena razón para aprender a conducir de manera menos agresiva para evitar complicaciones o simplemente empujarlo a ver hasta dónde puede llegar tu némesis.
Y entonces ¿GRID está bueno?
GRID es un juego de carreras que tiene mucho que ofrecer a aquellos que buscan un rato de reto, diversión y buenos gráficos. Es una experiencia arcade, como lo he explicado antes, pero esto no demerita la calidad que aquí puedes encontrar.
Es una especie diferente a los GT Sport o Forza de allá afuera. Pero la personalidad de GRID asegura diversión, accesibilidad y reto para todos los niveles de interés y habilidad entre los jugadores.
Si bien este título se ha alejado de complejas pantallas de personalización, reparación de elementos, departamentos de investigación y desarrollo, administración de equipo humano y tantas otras capas que han vuelto a otros juegos verdaderos RPG, la simplicidad que GRID ofrece me parece la más adecuada en un género en el que la calidad se basa generalmente en el realismo de la conducción y nada más.
Estamos ante un juego que sabe que el realismo no debe interferir en el factor diversión, nunca.
Reseñamos GRID en Xbox One X.