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La triste historia de muchos locales de arcades que se transformaron en lugares e apuestas

Si creciste en algún barrio popular de México seguramente el significado de ir por las tortillas o a la tienda es totalmente diferente para ti, ya que cada salida implicaba una visita obligada a las arcades, conocidas popularmente como ‘maquinitas’.

Era completamente normal aprovechar el cambio para una o dos retas de Street Fighter, The King of Fighters, Marvel vs. Capcom y hasta títulos como Los Simpsons o Las Tortugas Ninja, las cuales también eran populares.

Con el paso del tiempo todos los locales de arcades cambiaron, algunos desaparecieron y otros tantos intentaron adaptarse a los nuevos tiempos. 

Esta vez quiero tomar este espacio para platicarte sobre lo que ocurrió en mi barrio, donde muchos de los locales de maquinitas terminaron convirtiéndose prácticamente en casas de apuestas, y seguramente algo similar ocurrió por donde vives.

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La era de oro

A principios de los 90, cuando era un pequeño niño ansioso por conocer el mundo, mi papá solía llevarme a los locales de arcades que existían cerca de donde vivo. En ese momento abundaban y recuerdo que incluso había tres por cada tienda de la zona.

Seguramente quienes nacieron después del año 2000 no lo experimentaron tanto, pero existían locales dedicados pura y exclusivamente a las maquinitas, así que eran puntos de reunión en donde hasta llegaban a vender botanas y bebidas.

En promedio, cada local contaba con 7 u 8 máquinas con juegos para todos los gustos y edades, aunque un género siempre destacaba.

Local de Arcades o maquinitas
Imposible olvidar los negocios dedicados a las arcades.

En ese momento la oferta era muy grande, pero los clásicos juegos de pelea eran los más populares y  había todo un ritual para jugar: Comprabas tus fichas y si querías jugar tenías que formarlas en la parte inferior de la pantalla.

Como en todo título competitivo, inevitablemente las emociones llegaban a explotar, así que  las peleas eran muy normales, al menos en mi barrio, donde cada visita incluía una entrada de primera fila para ver duelos a golpe limpio y hasta a cinturonazos.

Jugando maquinitas arcades
Seguro viviste esto en tu infancia, y era de lo mejor.

Por esta razón muchos vecinos tenían la creencia de que solo los ‘marihuanos’ y borrachos se reunían en estos lugares, y por precaución mejor me limitaba a las famosas maquinas de multijuegos en donde podía disfrutar de Mario, Double Dragon y uno que otro juego de aviones.

Este auge de las arcades lo viví entre 1994 y 1998, cuando el modelo de los grandes locales de arcades comenzó a decaer.

La decadencia de las arcades

Entre 1999 y el 2002 comenzó una transformación en estos lugares de diversión, donde primero redujeron el número de máquinas para centrarse en la venta de otros productos, hasta que en cierto momento cerraron.

De cuatro locales de arcades ubicados en mi barrio solo sobrevivió uno, y en este los dueños sacaban más dinero de la venta de helados que del uso de videojuegos, al menos hasta que encontraron una opción que dejaba más ganancias.

Del 2000 al 2006 las arcades pasaron de ser lugares de reunión a convertirse en accesorios que podías encontrar en tiendas y farmacias, así que usualmente podías ver una o dos máximo, casi siempre con la famosa ‘Tekino faiters’, como le solían llamar mis amigos.

En este periodo de tiempo empezaron a llegar al barrio las famosas máquinas tragamonedas, donde metías entre uno y cinco pesos para tener la oportunidad de ver tu dinero multiplicado.

La más popular de todas te mostraba un cuadro con frutas que eran recorridas por una luz, y te daba la posibilidad de elegir cuáles de ellas quedarían seleccionadas.

Maquina Tragamonedas en arcades
No era exactamente igual a esta, pero se ve parecida.

Cuando la primera de estas máquinas llegó al último local de arcades que había sobrevivido, fue todo un éxito, y de nuevo volví a ver largas filas que antes se hacían para jugar una reta de KoF,  Marvel Vs. Capcom o Street Fighter.

Al demostrar que generaba muchas más ganancias, los dueños comenzaron a sustituir las maquinitas por tragamonedas, y recuerdo perfectamente el orden en que fueron desapareciendo.

La primera fue la de Los Simpson, luego siguió la de Las Tortugas Ninja, después Marvel vs. Capcom y por último Street Fighter. La única que sobrevivió fue The King of Fighters, y eso porque todavía había algunos jugadores que disfrutaban las retas.

De Arcades a sitios de apuestas

Poco a poco las máquinas tragamonedas desplazaron a las arcades, y fue aquí cuando ocurrió algo peculiar, ya que algunos de los locales en donde jugaba de pequeño reabrieron, aunque con un look más parecido a un casino.

Los viejos locales de arcades se convirtieron en pequeños casinos.

Como te comenté hace un momento, la moda empezó con el famoso mueble donde seleccionabas frutas, pero pronto la oferta se amplió y comenzaron a aparecer más ofertas con temáticas de futbol, basquetbol y hasta de reggaeton.

Si mi memoria no me falla, estos locales duraron poco con este formato, pues entre 2004 y 2006 se implementaron leyes que prohibían las tragamonedas.

De nuevo los locales volvieron a cerrar, pero las máquinas restantes pasaron a formar parte de tiendas y farmacias, donde al parecer estaba permitido tenerlas.

Las tragamonedas siguen viviendo, las arcades no

En este punto las arcades de mi barrio quedaron totalmente extintas, y aunque un Recorcholis intentó traer de vuelta la experiencia, terminó quebrando por la poca asistencia de clientes, quienes preferían quedarse en casa con sus propias consolas.

Consolas
Muchos dejaron las arcades cuando obtuvieron su propia consola de videojuegos.

Poco antes de la pandemia hice un recorrido para ver cuántas maquinitas de videojuegos quedaban, y lamentablemente no pude encontrar ni una, aunque si hablamos de tragamonedas la cosa es diferente.

Actualmente existen tres locales dedicados a este rubro, en donde además se vende alcohol y se reúnen personas para jugar ‘Poliana’, dominó y hasta cartas.

De los locales de arcade no queda rastro, aunque tampoco de mis amigos de la infancia, con quienes en más de una ocasión pasé tardes divertidas después de unas retas de futbol o de un pesado día de escuela.

Cuéntanos qué pasó con las arcades de tu barrio.