La violencia y la brutalidad también aplica en aquellos jugadores que abandonan partidas en Mortal Kombat 11
Es muy fácil encasillar a Mortal Kombat 11 como un juego que sirve de escaparate para mostrar violencia gráfica, sin embargo, viendo más allá es un título con un gran apartado técnico en sus mecánicas de juego y su apartado visual.
El juego de NetherRealm Studios se siente un poco más amigable y se nota que en la ejecución está evolucionando en una ruta mucho más competitiva y vistosa la cual podría ponerlo a la par con otras propuestas como Street Fighter V.
Ahora, Mortal Kombat 11 tiene algo más que simple violencia gráfica, cuenta con una serie de detalles que más de un jugador va a agradecer. Además de los tradicionales y crueles Fatalitys, hay una nueva ejecución que premiará tus ganas de seguir combatiendo.
Verás, jugar en línea puede ser una actividad llena de recompensas pues mides tu nivel con otros jugadores. El problema es que esos mismos usuarios suelen ser un dolor en el trasero el cual a veces hay que soportar, especialmente cuando se desconectan por arte de magia.
Con esto en mente, NetherRealm Studios se dio a la tarea de castigar a esos jugadores que prefieren escapar de una partida en vez de seguir peleando y mostrando que tienen el nivel para aprender y competir.
Esta mecánica llamada Quitality que ya había sido introducida en Mortal Kombat X volvió a Mortal Kombat 11 pero con algo mucho mejor que la explosión de una cabeza. Ahora tenemos esto…
¿Cómo funcionan los Quitalitys en Mortal Kombat 11?
Bueno, en la edición pasada de Mortal Kombat, estallaba la cabeza de los peleadores que escapaban de una partida en línea a forma de castigo. En esta ocasión podemos apreciar cómo el cuerpo explota y aparece la palabra Quitality en la pantalla.
En Mortal Kombat: Deception, los jugadores podían aplicar un Hara-Kiri el cual le daba al jugador un modo muy especial de autodestrucción, lo cual permite a los jugadores rendirse sin permitir al oponente la satisfacción de sentir la victoria.
Mortal Kombat siempre funcionará de modos muy curiosos y la onceava entrega demuestra que no es la excepción.