Esta popular cinta coreana del cineasta Bong Joon-Ho fue considerada como una de las mejores del 2019
Parásitos es una película que lo tiene todo: drama, suspenso, humor negro y una dura crítica social hacia el clasismo imperante. Dicho reclamo resulta pertinente no solo en Corea del Sur, sino en todo el mundo.
Esta cinta ganó la Palma de Oro del Festival de Cine de Cannes de 2019, lo que la convirtió en la primera película coreana en obtener esta distinción.
¿De qué se trata la película?
La historia narra las dificultades económicas de la familia de Ki Taek, quienes apenas subsisten viviendo en un sótano y consiguiendo dinero de donde pueden.
Cuando el hijo de Ki Taek, Ki Woo, consigue un empleo dentro de la casa de la adinerada familia Park, las dos familias comienzan una extraña relación que terminará de manera impredecible.
La opinión de Bong Joon-Ho
Evidentemente habrá spoilers pues hablamos del final de la película, si aún no has visto Parásitos te recomendamos volver después de hacerlo.
En una entrevista con el medio Vulture, el director Bong Joon-Ho explicó lo que Parásitos significa para él.
‘El verdadero horror y miedo en Parásitos no tiene solo que ver con la situación actual, sino que todo continuará volviéndose peor’.
El final de Parásitos
Después de una masacre nada anticipada, Gi Taek, decide ocultarse en el sótano secreto de la casa Park; para así evitar ser arrestado por asesinato.
En una toma llena de fantasía y esperanza, Ki-Woo lee la carta que le escribió a su padre: tiene un plan, irá a la universidad, ganará mucho dinero y logrará comprar la casa de los Park.
Su sueño es que, en una casa que ahora es legítimamente de ellos, Ki Woo y su madre esperan a Ki Taek mientras vuelve del sótano en el que estuvo recluso tantos años.
Si bien la toma pudo haber terminado ahí y dar al espectador una sensación de ambigüedad y de genuina esperanza, la cámara vuelve al sótano donde Ki Woo continúa viendo la carta llena de promesas.
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Esa es la realidad, su deseo de superarse y volverse rico es demasiado ambicioso e improbable. La esperanza es el verdadero parásito de la película: es lo que nos impulsa a seguir pero al mismo tiempo nos va desgastando.
‘Es un tiro de gracia’ comentó a Vulture.
‘Quizá si la película hubiera terminado cuando se abrazan, los espectadores podrían imaginar <Bueno, es imposible que se compre esa casa>. Pero la cámara vuelve al sótano, es cruel y triste; aunque pensé que estaba siendo real y honesto con la audiencia.
Tú sabes y yo sé, todos sabemos que ese niño no va a ser capaz de comprar esa casa.
Pensé que la franqueza era lo correcto para la película, incluso si es triste’.