La Interactive Software Federation of Europe responde a la inclusión de la adicción a los videojuegos en el catálogo de enfermedades de la OMS.
El pasado 18 de junio les informamos que la OMS catalogó la adicción a los videojuegos como una enfermedad mental. Así es como aparece ahora en la lista de International Classification of Diseases (ICD-11). Como era de esperarse, dicha información no le cayó nada bien a algunas organizaciones. Entre ellas, la Interactive Software Federation of Europe (ISFE).
Esta última agrupa a varias compañías desarrolladoras de videojuegos, que no pudieron ocultar su preocupación ante tan infortunadas nuevas. Es por lo que en conjunto emitieron un comunicado al respecto. Ahí, destacan que hay muchos juegos de múltiples géneros, y que están disponibles en varios dispositivos y plataformas.
La ISFE no está de acuerdo con la OMS
Estos son disfrutados segura y sensiblemente por más de dos mil millones de personas a nivel mundial, con un valor educacional, terapéutico y recreacional de títulos que están bien fundamentados y son ampliamente reconocidos. Por eso mismo, están preocupados porque se incluya a la adicción a los videojuegos en la última versión de ICD-11.
Y eso a pesar de la oposición significativa tanto de la comunidad médica como científica. Argumentan que la evidencia para su inclusión permanece altamente debatida y no es conclusiva. Esperan que la OMS reconsidere con base a la evidencia existente antes de incluir la adicción a los videojuegos a la lista de enfermedades reconocidas por la organización.
¿Debería la adicción a los videojuegos incluirse?
Igualmente, esperan que no sea incluida en la versión final de ICD-11, que será endosada en el 2019. La ISFE espera que otras voces alrededor del mundo se alcen oponiéndose a la inclusión de la adicción a los videojuegos. Sin duda el asunto no es fácil de resolver, y es posible que se requiera mayor investigación para saber si estamos ante un mal real.
Antes de que sea aprobada su inclusión en la lista, será presentada en mayo del 2019, y tomará efecto hasta el 1º de enero del 2022.