La serie de HBO sorprendió a fans y nuevos
Vivimos tiempos gloriosos para contar historias; para el pesar de muchas personas, la televisión no podría ser más trascendente gracias a los contenidos, personajes y situaciones en las que estas creaciones se desarrollan.
Por su parte, HBO viene de realizar la que se considera una de las series de TV más importantes e impactantes de todos los tiempos; sí, hablo de Game of Thrones (2011).
No obstante, otra de las producciones que habían anunciado mantenía escéptico a más de uno, tratándose de una obra original del mundo de las novelas gráficas: Watchmen.
La primera adaptación de esta obra de Alan Moore se ganó un lugar en el entretenimiento, ya sea por sus buenos o malos comentarios, pues adaptó sus raíces: una serie de personas con poderes o habilidades sobrehumanas mostraban su lado más humano e imperfecto.
Todo dentro de una situación donde también se cuestionaba el alcance de estos personajes, así como el dilema de usar una máscara “para hacer el bien” conocidos como los Minute Men.
Watchmen bajo la lupa
Lo cierto es que, según se cuenta, la película de Watchmen (2009) junto con V for Vendetta (2005), tenían un contrato “fraudulento” que haría que el propio Moore no pudiera generar ganancia alguna con ellas, razón por las que un Moore – un cascarrabias de por sí– terminase odiando la industria del cine.
Así que esta nueva adaptación nos llenaba de dudas; ¿bajo qué concepto viviría?, ¿qué tan vigente sería una historia que se considera ya “consagrada”?, ¿o cómo sería su recibimiento bajo la sombra de Game of Thrones?
Para nuestra fortuna, HBO es una compañía capaz de tomar decisiones arriesgadas, cuya plataforma es miel para los showrunners talentosos y dispuestos a contar historias sí en formato de TV, pero de una forma valiente.
Identidad bajo la máscara
Watchmen comienza con lo que, aparentemente, no se trata de un momento donde se cuestiona a los superhéroes, sino a la autoridad; tras un ataque contra la policía en un pequeño poblado, todo Estados Unidos ahora requiere que los oficiales porten una máscara y no revelen su identidad para mantenerlos a salvo de un grupo de extremistas.
Hasta aquí todo parecería un giro interesante, mas no sorprendente, un tono que se mantiene hasta el episodio 3.
Para ello, Watchmen nos presenta en pantalla a una serie de personajes que se ven afectados por el asesinato de un jefe de policía cuya identidad, claramente, debería estar entre las sombras.
La oficial Angela Abar (Regina King), intentará revelar lo que sucedió con su mentor, mientras que Damon Lindelof, la mente brillante detrás de esta adaptación y reconocido por una de las series mejor calificadas de los últimos años, The Leftovers (2014), empieza a dar esbozos de la locura que se avecina para la serie.
Sin spoilers
Realmente hablar de qué va Watchmen sin arruinar la historia es todo un reto, pero no me malinterpretes; se trata de una trama intrincada y que requiere que te tomes un respiro entre episodio y episodio para digerir los diferentes formatos y esquemas para narrar una historia.
Por contarte algo Lindelof nos lleva hasta los precursores de los Minute Men; expone una serie de acciones donde la humanidad ha sido timada para asegurar el control de unos pocos e incluso se da el lujo de tener un episodio entero para revelar por qué Angela es un personaje crucial en la serie, mas no el único que se robará tu atención en pantalla.
Lleno de sorpresas
La serie, que está conformada por nueve episodios, evoluciona y cambia de esquema narrativo constantemente. Es probable que hayas visto en social media que un episodio se robó los corazones y dejó boquiabierta a la crítica; ese episodio es el número seis llamado This Extraordinary Being, que explora la naturaleza de las personas que usan una máscara.
En él, el personaje principal comienza a usarla tras darse cuenta de que su color de piel le impide generar un cambio positivo en su entorno y, bajo la fantasía de ser un personaje, poco a poco se despoja de su identidad. Sin embargo la máscara también le permite explorar sus deseos, como su sexualidad, exponiendo sutilmente un dilema.
Pero, más allá de este episodio, existe uno que se convirtió en mi favorito por tener un tono completamente distinto a los demás y su encanto increíble: A God Walks Into a Bar.
En él, Lindelof explora la naturaleza del amor en uno de los espectros más increíbles que he podido ver en una serie de televisión, pues va desde lo mágico de un encuentro –íntimamente relacionado con el Dr. Manhattan– hacia las intenciones, la necesidad intrínseca de ser amado y una estructura de tiempo que roza –o incluso supera– la genialidad.
Watchmen: Algo único en la televisión
En Watchmen, tenemos una serie difícil de describir, pero que fácilmente se puede recomendar a cualquier persona que quiera ver algo ‘distinto’ en la televisión.
Con esta adaptación, HBO demuestra que hacer televisión es más relevante que nunca y lo mágico que puede ser contar historias en este formato.
Sus personajes, más allá de solo ser un pivote en una trama, son partes de un panorama más amplio donde parecería que ni ellos mismos lo esperan, pues su showrunner no teme a mostrar el dolor y la dualidad de una máscara.
Watchmen ya se encuentra disponible en formato digital a través de HBO.