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Street Fighter: La última batalla es recordada como una de las peores adaptaciones de una franquicia de videojuegos. Vamos a recordar a qué se debe.

Durante esta semana, y gracias a un reporte de parte de The Guardian, volvió a surgir como tema de discusión una de las cintas basadas en videojuegos más infortunadas de todos los tiempos: Street Fighter: La última batalla. Lanzada en 1994, es probablemente una de las peores adaptaciones de todos los tiempos, al nivel de la película de Super Mario Bros. OK, exageramos, no es tan mala, pero por muy poco.

Es por eso que nos dimos a la tarea de recordar cinco razones porque a nivel de la crítica (que no financiero) esta cinta es de lo peor. De verdad, es como un caso de estudio acerca de cómo no hacer un filme basado en una franquicia. Pero si tenemos en cuenta que Capcom aprueba cosas como los filmes de Resident Evil con Milla Jovovich, ya estamos curados de espanto.




01. Poco respeto al material original

Desde un inicio empezaron los problemas cuando el director a cargo de Street Fighter: La última batalla, Steven E. de Souza, se inspiró más en filmes de James Bond que en la sencilla idea de un torneo de artes marciales. Un año después de la salida de esta película, Mortal Kombat retomó dicha idea y todavía es recordada como una de las mejores adaptaciones de un videojuego. Una pena de verdad.

02. Desconocimiento de la franquicia

Las cosas en la película estaban muy forzadas. Roshan Seth, el actor que interpretaba a Dhalsim, supuestamente era un científico que se encargaba de crear súper soldados para M. Bison. Pero este intérprete no entendía las motivaciones de su personaje, y era lógico. ¡Todo lo relacionado a éste no aparecía en el videojuego! A eso hay que sumarle la muy notoria ausencia de efectos especiales.

03. Los problemas de salud de Raúl Julia

¿De verdad era necesario que un actor con cáncer de estómago participara? Fue por demás inconsciente por parte del equipo de producción contratar a Raúl Julia para el papel de M. Bison. De hecho, cuando empezó la filmación él estaba muy demacrado, pero como buen profesional dio lo mejor de sí. A un grado tal, que muchos críticos alabaron su trabajo. Pero esta cinta le costó la vida, ya que murió tiempo después.

04. Jean Claude Van Damme y su poco profesionalismo

Jean Claude Van Damme es un excelente actor cuando se lo propone, pero al trabajar en Street Fighter: La última batalla se pasó de la raya. Eso de que estuviera drogado, bebiendo y cortejando a Kylie Minogue en el set de filmación no debió permitirse. Pero como era la estrella del momento después de TimeCop, se le pasó casi todo. Y de plano fue responsable de encarecer el presupuesto.

05. Un guión sin pies ni cabeza

Street Fighter II estaba en la cima de su popularidad cuando salió Street Fighter: La última batalla. Muchos fans fueron al cine ilusionados con ver una gran película basada en su videojuego favorito. Pero quedaron decepcionados con su adaptación, y una historia que no se parecía casi nada al juego. Más parecía que estaban viendo G.I. Joe que otra cosa. ¿Por qué se complicó tanto todo?

Menos mal que Street Fighter: La última batalla no arruinó la carrera de varios de los actores involucrados.